O Rei fue De Bruyne
¡°Quiero que mis compa?eros vean que hago lo que sea para que ellos se sientan bien con el bal¨®n¡±, dice el mejor del partido
Brasil se puso a los pies de Neymar. Fue lo previsible. Es normal ver equipos al servicio de sus mejores jugadores. Lo extraordinario fue lo que sucedi¨® en B¨¦lgica. Durante los primeros cuatro partidos que disput¨® en el Mundial, su mejor jugador, Kevin de Bruyne, se puso al servicio del equipo.
De Bruyne, que despunt¨® como extremo en la Bundesliga, experiment¨® su primera metamorfosis en el Manchester City. Por indicaci¨®n de Pep Guardiola, el hombre se retras¨® 20 metros en diagonal hacia el medio del campo y comenz¨® a jugar como interior alternando con la mediapunta. Dej¨® de meter tantos goles. Su cara apareci¨® menos en los titulares de los telediarios ¡ªlos jugadores lo llaman ¡°highlight¡±¡ª. Pero ¨¦l se expandi¨®. Dej¨® de ver las jugadas en 180 grados y comenz¨® a orientarse en 360. Dominaba el oficio del desborde y la finalizaci¨®n y empez¨® a controlar los tiempos y los espacios. A su alrededor, a fuerza de pasar la pelota en el momento justo, crecieron sus compa?eros. As¨ª se modul¨® el City campe¨®n de la Premier.
Cuando los jugadores m¨¢s desequilibrantes pasan a jugar en equipos m¨¢s modestos suelen avanzar posiciones. Mart¨ªnez hizo lo contrario cuando retras¨® a De Bruyne todav¨ªa m¨¢s. El movimiento fue un acto de humildad por parte de la estrella del equipo, que dio 20 pasos hacia atr¨¢s. Algo cada vez m¨¢s raro en una industria que premia el af¨¢n propagand¨ªstico, y que permiti¨® a B¨¦lgica explotar las posibilidades de Hazard, Lukaku y Mertens, su magn¨ªfico tr¨ªo de atacantes. De pronto, lo que hab¨ªa sido un prometedor conjunto de individualidades, se volvi¨® una unidad administrada desde los pies del pelirrojo. La solidaridad de De Bruyne contagi¨® a todos sus compa?eros.
Mart¨ªnez cambi¨® el esquema frente a Brasil. Comenz¨® con un 4-3-3 que dio a B¨¦lgica m¨¢s orden en defensa y le rest¨® conexi¨®n porque puso a Fellaini en el mediocampo, en donde carece de claridad. ¡°Nos arriesgamos¡±, admiti¨® el t¨¦cnico; ¡°es muy peligroso cambiar el esquema en medio de un torneo pero quisimos cortar las progresiones de Neymar, Coutinho y Marcelo; a cambio situamos a Lukaku y Hazard en zonas donde pod¨ªamos da?arlos a la contra. Esto no fue m¨¦rito m¨ªo. Los entrenadores nunca ganamos en las pizarras. Fue m¨¦rito de los jugadores que creyeron que pod¨ªan llevarlo a cabo y lo ejecutaron en el campo. Esta convicci¨®n fue la clave¡±. Adelantando a De Bruyne como falso nueve, el entrenador le oblig¨® a hacer un doble esfuerzo: retrasarse para iniciar las jugadas y avanzar para terminarlas.
Eso hizo a la media hora de partido. Cuando Romelu Lukaku traz¨® un eslalon por el mediocampo de Brasil, atravesando la pradera despoblada que dejan Coutinho y Paulinho cuando regresan a ayudar a sus defensas. Cuando Fernandinho y los centrales le salieron, Lukaku dej¨® solo al compa?ero que recorr¨ªa el carril vac¨ªo de Coutinho: era De Bruyne. Con un derechazo, conect¨® la pelota con el empeine y la mand¨® junto al palo m¨¢s lejano. Fue su primer gol en Rusia.
¡°Tengo que hacer lo que tengo que hacer para ganar los partidos¡±, dijo De Bruyne camino de la ducha. ¡°No me importa la posici¨®n que ocupe. Intento contribuir. Si juego atr¨¢s como interior s¨¦ que ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil meter goles, pero mi funci¨®n ahora es asegurarme de calmar al equipo en las situaciones dif¨ªciles. Necesito que mis compa?eros est¨¦n relajados cuando reciben el bal¨®n. As¨ª se asumen riesgos y se acaba jugando bien. Contra Brasil a veces nos apresuramos demasiado pero creo que en otros momentos lo hicimos realmente bien. Quiero que mos compa?eros vean que por ellos me dejo toda la energ¨ªa que tengo. As¨ª es como deben ser las cosas¡±.
El triunfo de Kevin de Bruyne fue el triunfo de un verdadero l¨ªder. Hoy las televisiones incluso le reservar¨¢n un highlight.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.