?Qui¨¦n gana un Mundial?
El f¨²tbol es ya algo tan complejo y t¨¢ctico, irracional e inasible, y tambi¨¦n ideol¨®gico, que se hace dif¨ªcil incluso decir qui¨¦n gana un t¨ªtulo concreto
El f¨²tbol es ya algo tan complejo y t¨¢ctico, irracional e inasible, y tambi¨¦n ideol¨®gico, que se hace dif¨ªcil incluso decir qui¨¦n gana un t¨ªtulo concreto. ?Lo ganan los jugadores, con su equipo t¨¦cnico? En cierto sentido. Ellos corren, piensan, sufren. Ellos levantan el trofeo, experimentan el protagonismo, engrosan el palmar¨¦s. Es una cadena de razonamiento sensata, y hasta sencilla, la que conduce a creer que el triunfo les pertenece. En un momento dado, casi repentino, esas personas pueden llegar a descubrir lo que siempre supieron, que para hacer algo realmente grande resulta que ten¨ªan que hacerlo ellas solas. A partir de este punto, la teor¨ªa empieza a comportar riesgos.
La explicaci¨®n del triunfo no es as¨ª de f¨¢cil otros, que creen que las cosas siempre admiten una explicaci¨®n compleja. Bajo este prisma, la cadena de razonamiento lleva a la conclusi¨®n de que un triunfo no pertenece solo a una plantilla exitosa y afortunada, sino a una idea del f¨²tbol que previamente otros equipos y entrenadores desarrollaron. Ni los grupos ni las personas son islas. El equipo que alcanza el t¨ªtulo no es tanto el ganador como el beneficiario. Los riesgos de esta teor¨ªa afloran cuando se empieza a restar m¨¦rito a los vencedores, aduciendo que tienen demasiadas deudas con sus ascendientes.
Ya hay te¨®ricos se?alando que Francia y su forma rocosa de defender debe mucho a Simeone. Y no solo Francia, sino otras selecciones que en Rusia hicieron del repliegue intensivo un modo de someter al rival. Antes hubo quienes aseguraron que la Espa?a campeona mundial deb¨ªa parte de su ¨¦xito a Pep Guardiola. Para ellos, Guardiola habr¨ªa estado tambi¨¦n detr¨¢s del triunfo de Alemania en el Mundial de Brasil. Los observadores externos son a menudo m¨¢s sensibles a advertir estas conexiones entre mundos distintos. Adivinan las similitudes, como esos cr¨ªticos literarios que le descubren a los escritores los secretos que ignoraban de sus propios libros. Supongo que desde dentro la vida se ve de otro modo. El equipo que vence alimenta la convicci¨®n de que est¨¢ solo en el campo y que nada que no sean sus decisiones y esfuerzos lo har¨¢ campe¨®n.
Quiz¨¢ el momento delicado llegue cuando digamos que Simeone y Guardiola, a su manera, estuvieron detr¨¢s de los mundiales ganados por Italia o la Brasil de Pel¨¦. Tampoco ser¨ªa tan descabellado. Borges ten¨ªa una teor¨ªa preciosa seg¨²n la cual los escritores realmente grandes crean a sus precursores. De Franz Kafka dec¨ªa que su huella hab¨ªa sido tan honda que ¡°al poco de frecuentarlo, cre¨ª reconocer su voz o sus h¨¢bitos, en textos de diversas literaturas y ¨¦pocas¡±. Empieza citando a Zen¨®n, nacido en el 480 a.C., y su paradoja contra el movimiento. ¡°La flecha y Aquiles son los primeros personajes kafkianos de la historia¡±, dec¨ªa. En Zen¨®n ¡°est¨¢ la idiosincrasia de Kafka¡±, pero si a?os despu¨¦s Kafka no hubiese escrito, ¡°no la percibir¨ªamos¡±. Quiz¨¢ esta teor¨ªa proyecte nueva luz sobre las influencias en el f¨²tbol, y nos diga qui¨¦n gana o no los mundiales.
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