La ¡®locura¡¯ de Carlos Soria: pagar 42.000 euros para ir al Dhaulagiri con 79 a?os
El alpinista abulense contin¨²a con su proyecto de ser la persona de m¨¢s edad en subir los 14 ochomiles, pese a no tener patrocinador
Lo primero que suele preguntarse a alguien de 79 a?os es c¨®mo est¨¢ de salud. Si el hombre en cuesti¨®n ha sido operado de cataratas y del menisco izquierdo, sufre artrosis y alg¨²n problema de audici¨®n, no es de extra?ar que responda con un ¡°vamos tirando¡±. Lo extraordinario es cuando responde as¨ª: ¡°Estoy encantado de la vida. He hecho unos entrenamientos muy buenos. He pasado 15 d¨ªas en el CAR de Sierra Nevada, a 2.310 metros, haciendo bastante bicicleta, y subidas y bajadas largas andando, de hasta siete horas, a monta?as de 3.500m. Luego fui a Bolivia, m¨¢s bici en el Salar de Uyuni, a 3.700m, y subiendo una monta?a de 6.000m. Y luego otros 15 d¨ªas en el CAR. Me encuentro fenomenal. He hecho todo lo posible, todo lo que s¨¦ hacer, para estar en forma y coronar por fin el Dhaulagiri [8.167m]. Tengo muchas ganas de subir¡±.
Carlos Soria (?vila, 1939) madruga mucho para entrenarse todos los d¨ªas. Todos. Este antiguo tapicero que se escapaba en vespa a la monta?a persigue convertirse en la persona de m¨¢s edad en conquistar los 14 ochomiles. Solo el Dhaulagiri y el Shisha Pangma (8.013m) le faltan en una colecci¨®n cada vez m¨¢s dif¨ªcil de cerrar porque va cumpliendo a?os y los patrocinadores recelan al saber su edad. Hasta el punto de que el viaje al Himalaya que comenz¨® el pasado jueves se lo ha pagado de su bolsillo: 42.000 euros.
¡°Es una locura. Y solo puedo hacerlo una vez¡±, asume Soria. ¡°Hace alg¨²n tiempo, una persona con muchos contactos que estaba intentando ayudarme me dijo que a las empresas les daba un poco de miedo mi edad. ?Y a m¨ª tambi¨¦n! Pienso que tengo casi 80 a?os y digo: ¡®?Aqu¨ª qu¨¦ pasa? Seguramente les guste otra manera de hacer las cosas, o gente m¨¢s joven, no lo s¨¦. Nunca he pensado dejarlo, pero si el a?o que viene no tengo patrocinador no puedo asumir este gasto¡±.
El abulense ha escalado 10 picos de m¨¢s de 8.000 metros despu¨¦s de los 60 a?os, y tiene el r¨¦cord de longevidad en siete, entre ellos el Annapurna, coronado a los 77. Ha sido en la jubilaci¨®n cuando grupos como el BBVA, El Corte Ingl¨¦s, Correos e Ifema invirtieron en ¨¦l.
El grifo se ha secado. No as¨ª la pasi¨®n de Soria, que ha roto la hucha para ir al Dhaula. ¡°Me sal¨ªa un patrocinador que quer¨ªa poner 20.000 euros, pero quer¨ªa ser el due?o de la expedici¨®n y no me interesaba. Yo sigo con mi manera de hacer las cosas. Como siempre, har¨¦ todo por subir, pero nada m¨¢s. Conozco mucho a esa monta?a y ella me conoce a m¨ª. Si las cosas se ponen mal, no voy a forzar¡±.
La prudencia siempre ha acompa?ado a Soria, que nunca ha tenido que ser rescatado, ni siquiera en esa monta?a que dice conocer tan bien. No en vano ser¨¢ la novena vez que la visite, m¨¢s que a ninguna. Acude a ella agradecido pese a que siempre le ha negado la cima y a que en 2001 se qued¨® con la vida de su amigo Pepe Garc¨¦s. ¡°Podr¨ªa ir a otros sitios, pero ah¨ª es donde quiero ir¡±.
En Sierra Nevada se ha preparado a fondo. En esos picos es plenamente feliz. Entrenar, comer y descansar, rodeado de j¨®venes ciclistas, nadadores, atletas... ¡°Me tratan de maravilla, algo especial por aquello de la edad. En el CAR me siento fant¨¢sticamente. Es el sitio ideal¡±, cuenta. Esta vez hasta ha cogido peso, aunque sigue muy delgado: 57,8 kilos para sus 1,62m. ¡°He cogido peso de m¨²sculo, que es algo muy dif¨ªcil a mis a?os¡±, presume. Su preparador f¨ªsico, Juan del Campo, habla de un superhombre con un 10% de grasa, como un fondista, con 40-45 latidos en reposo (lo normal a su edad son 70-75) y 140 en esfuerzo, y que siempre ha cuidado much¨ªsimo su alimentaci¨®n. ¡°Es un milagro¡±, dice Del Campo, ¡°est¨¢ nacido para esto. Cuanto m¨¢s alto est¨¢, mejor se encuentra. Est¨¢ adaptado al medio, a la altura. A veces hay que frenarle¡±.
Soria calcula que ha vivido m¨¢s de cinco a?os por encima de los 5.000 metros. A esas monta?as vuelve ahora, acompa?ado del c¨¢mara y alpinista Luis Miguel L¨®pez Soriano. Mano a mano los dos, junto a cuatro sherpas, cuando en otras expediciones contaban incluso con un m¨¦dico y con el ge¨®logo Sito Carcavilla. Esta vez toca reducir gastos. ¡°Y si tenemos suerte, seguramente tendremos un patrocinador para terminar el proyecto en el Shisha Pangma¡±.
De vuelta le esperan Cristina, su mujer, a la que conoci¨® en La Pedriza, y sus cuatro hijas. ¡°Mi mujer ha sido una insensata. Siempre me ha dicho ¡®Carlos, t¨² vete, que luego ya se arreglar¨¢ todo¡¯. Yo no podr¨ªa irme si dejara malas caras en casa, pero todo lo contrario. Me animan. Saben que es mi sue?o. Ah¨ª arriba soy feliz¡±.
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