Serena Williams arruina la gran eclosi¨®n de Osaka: ¡°?Eres un ladr¨®n, un mentiroso! ?Me debes una disculpa!¡±
La estadounidense increpa exageradamente al ¨¢rbitro Ramos, que la amonest¨® por recibir instrucciones de su banquillo durante la final con la japonesa, ganadora a sus 20 a?os (6-2 y 6-4) de su primer grande
¡°?Soy madre, antes pierdo que hacer trampas!¡±. ¡°?Me debes una disculpa, me debes una disculpa!¡±. ¡°?Eres un mentiroso y un ladr¨®n!¡±. ¡°?No me volver¨¢s a arbitrar nunca m¨¢s! ?Es porque soy una mujer y lo sabes! ?Si fuera un hombre no me har¨ªas esto!¡±. ¡°?Est¨¢s atacando mi personalidad!¡±.
Es Serena Williams desatada, montando un circo. Es Serena Williams fuera de s¨ª, de sus casillas, reventando una raqueta contra el suelo, perdiendo los papeles y desmereciendo a su propia leyenda y el magn¨ªfico partido que estaba jugando Naomi Osaka, de solo 20 a?os, su rival. Es Serena Williams desafiante, embistiendo verbalmente con toda su furia al ¨¢rbitro portugu¨¦s Carlos Ramos, que la hab¨ªa sancionado por comunicarse con su banquillo.
Este ¨²ltimo un hecho, importante, reconocido por el propio t¨¦cnico de la norteamericana, el franc¨¦s Patrick Mouratoglou, nada m¨¢s terminar el duelo a la cadena ESPN. Las c¨¢maras de televisi¨®n, adem¨¢s, recogieron el instante en el que le ofrec¨ªa claramente indicaciones a su jugadora.
¡°?Me debes una disculpa, me debes una disculpa!¡±, repet¨ªa una y otra vez mientras pon¨ªa en contra del juez a las 24.000 personas de la pista Arthur Ashe, injustamente, comportamiento absolutamente impropio de una campeona de su talla. Osaka, 17 a?os menor que ella, estaba completando una magn¨ªfica final y enfilaba directamente el t¨ªtulo del US Open; la estaba ganando sobre la pista, jugando mejor, desbord¨¢ndola por tierra, mar y aire hasta que Williams, en su versi¨®n diva, de forma inexplicable, perdi¨® los papeles y se encendi¨®. Su rabieta fue de tal magnitud que tuvieron que interceder sobre la pista el responsable arbitral del torneo y la directora de la WTA (rectora del circuito femenino).
Triple sanci¨®n: instrucciones, raquetazo e insultos
Primero, el coaching; despu¨¦s, al quinto juego del segundo set, racquet abuse y un punto menos por romper su raqueta tras ceder el servicio, cometiendo dos dobles faltas; y para rematar, un game penalty durante el cambio del 4-3 (con lo cual, 5-3 para Osaka) por la retah¨ªla de acusaciones, reproches y malas palabras (verbal abuse) que estaba expulsando por la boca.
Ya hab¨ªa cedido el primer set y al comenzar el segundo, con 1-0 y 40-15 favorable a Osaka, Ramos (47 a?os) la sancion¨® por coaching ¨Crecibir instrucciones desde su banquillo, prohibido en el tenis¨C. Sobrexcitada, la ganadora de 23 grandes lo digiri¨® mal, fue calent¨¢ndose, perdiendo la compostura y protagonizando una escena lastimosa. Interrumpi¨® el choque varias veces, con una reacci¨®n infantil y excesiva, teatralizada seguramente porque as¨ª tal vez pod¨ªa haber desestabilizado a la joven, y se march¨® finalmente sin dar la mano al ¨¢rbitro, objetivo incomprensible de su ira.
¡°No s¨¦ de qu¨¦ habla Patrick. No tenemos signos ni los hemos usado nunca. Le he mandado un mensaje para que me lo explique...¡±, expuso Williams ante los periodistas.?¡°No me estaban ayudando. Si miro a mi banquillo y me dicen: ?vamos, o bien hecho...! Yo no s¨¦ qu¨¦ hacer. Desde ese momento no he vuelto a mirar ah¨ª¡±, agreg¨®. ¡°El ¨¢rbitro me quit¨® un juego y aqu¨ª estoy yo, intentando luchar por los derechos de las mujeres, la igualdad y esas cosas, y me pareci¨® una actitud machista. ?l nunca le ha quitado un juego a un hombre por llamarle ladr¨®n... Esto que me ha pasado es un ejemplo para que otra persona que tenga emociones, que quiera expresarse y ser una mujer fuerte. Ellas van a poder hacerlo por lo que ha pasado hoy. Tal vez a m¨ª no me haya funcionado, pero a la siguiente persona le funcionar¨¢...¡±, a?adi¨® en un discurso revestido de una reivindicaci¨®n que no ven¨ªa al caso.
?Y c¨®mo le explicar¨¢ Serena a su hija, el d¨ªa que sea mayor, lo que ocurri¨® este 8 de septiembre en Nueva York? ¡°Le dir¨¦ que estaba defendiendo lo que cre¨ªa, lo que estaba bien. A veces las cosas no suceden de la forma que queremos, pero siempre hay que ser amable y humilde... Esta es la lecci¨®n que puede aprender de esto que he hecho¡±, se extendi¨® en una comparecencia de 10 minutos en la que lejos de admitir su desproporci¨®n subray¨® m¨¢s su equivocaci¨®n.
El llanto de la campeona
Al final, 6-2 y 6-4 (1h 19m) para Osaka, ganadora de su primer gran t¨ªtulo. La primera tenista japonesa, hombre o mujer, que conquista un Grand Slam. Ella fue, deber¨ªa haber sido, deber¨ªa ser, la protagonista de la vergonzosa noche que le arrebat¨® la m¨¢s grande. ¡°Gracias por ver el partido¡±, pudo decir solo la nipona durante la ceremonia final, al recibir el trofeo con los ojos vidriosos y despu¨¦s del mal trago; habiendo escuchado antes, durante un buen rato, los abucheos de la grada y viendo c¨®mo su ¨¦xito se desluc¨ªa a ra¨ªz de la pataleta de su rival.
Eso s¨ª, Osaka, el ¨²ltimo chispazo del tenis femenino, no se deja intimidar por nada ni por nadie, y a lo largo de estas dos semanas ha jugado como si lo hiciera en cualquier pista p¨²blica de Long Island, donde creci¨® y ha pasado la mayor parte de su juventud. Esta temporada hab¨ªa ganado el t¨ªtulo en Indian Wells y una semana despu¨¦s venci¨® a la propia Serena en Miami. Y en Flushing Meadows, con una tranquilidad pasmosa, la japonesa (ya n¨²mero siete y con un cheque de 3,5 millones de euros) fue derribando rivales para aterrizar delante de su idolatrada hero¨ªna, que ten¨ªa ante s¨ª la posibilidad de atrapar los 24 grandes de Margaret Court y al final dej¨® una p¨¦sima imagen sobre la pista.
Trist¨ªsimo cierre para Osaka, para Nueva York. Para la propia Williams, ensuciando su maravillosa reputaci¨®n. Para el deporte, al fin y al cabo.
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