Muere Josep Llu¨ªs N¨²?ez, expresidente del Bar?a
El constructor dirigi¨® la entidad azulgrana durante 22 a?os, entre 1978 y 2000
Algunas figuras especialmente poderosas han sido caricaturizadas de manera tan entra?able con el tiempo que a veces se ha desvirtuado su verdadera dimensi¨®n; hablar¨ªamos por ejemplo de Josep Llu¨ªs N¨²?ez (Barakaldo, 1931), fallecido este lunes a los 87 a?os en Barcelona, tras semanas ingresado en un hospital. Aquel temible constructor al que no se resist¨ªa ninguna esquina de Barcelona ni edificios emblem¨¢ticos como la Casa Trinxet, presidente plenipotenciario de un Bar?a triomfant que, seg¨²n dijo ¨¦l mismo, daba nombre a la ciudad, enemistado con el omnipresente presidente catal¨¢n Jordi Pujol, se convirti¨® con la edad en un personaje cari?oso, protagonista de los mejores programas de humor despu¨¦s de ser imitado por profesionales (Alfonso Ar¨²s, Manuel Fuentes, Carlos Latre), por aficionados, por padres e hijos e incluso por s¨ª mismo, como se descubri¨® en una llamada de Catalunya R¨¤dio en 2015. N¨²?ez descolg¨® el tel¨¦fono y, despu¨¦s de ser reconocido por el periodista, se hizo pasar por el portero de la finca para negarse y cortar la comunicaci¨®n: N¨²?ez no era N¨²?ez.
N¨²?ez fue un constructor ambicioso que busc¨® en el f¨²tbol el reconocimiento social que no le daba el negocio de los pisos en Barcelona. Algunas informaciones aseguran que fue socio del Espanyol hasta que se present¨® a los primeros comicios celebrados por sufragio universal en el Bar?a en 1978. Utiliz¨® todos los recursos y las artes m¨¢s diversas, tambi¨¦n el apoyo de Johan Cruyff y Carles Rexach, para alcanzar el palco del Camp Nou despu¨¦s de derrotar a Ferran Ari?o y Nicolau Casaus, representante del barcelonismo hist¨®rico, presidente de la Pe?a Solera. N¨²?ez pact¨® despu¨¦s con Casaus y, junto con el hotelero Joan Gaspart, rompieron el porr¨®n que a su juicio se iba pasando la sociedad civil catalana en la presidencia del FC Barcelona. Los tres formaron una sociedad indivisible durante m¨¢s de 20 a?os: Casaus controlaba la parte social, Gaspart dirig¨ªa la deportiva y N¨²?ez, desconfiando de las designaciones arbitrales, quiso mandar hasta en la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol.
Luto en el FC Barcelona por la muerte de Josep Llu¨ªs N¨²?ez, presidente del Bar?a durante 22 a?os (1978-2000) y figura clave en la historia contemporanea del Club.
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) December 3, 2018
Descanse en paz. pic.twitter.com/MAkwLByWro
El desaf¨ªo de N¨²?ez a la Administraci¨®n fue may¨²sculo en su intento de capitalizar el f¨²tbol con una mejor distribuci¨®n de los ingresos, sobre todo por los derechos de televisi¨®n, y dar vuelo al Bar?a despu¨¦s de guerrear con el Madrid. La carga simb¨®lica, manifiesta en la directiva anterior de Agust¨ª Montal, perdi¨® peso respecto al inter¨¦s econ¨®mico, motor entonces del Bar?a. No solo sane¨® las cuentas , sino que hizo sentir al socio due?o del club y dimension¨® el patrimonio con la remodelaci¨®n del Camp Nou y el Palau y la edificaci¨®n del Miniestadi, el Museu y La Masia. El ¨¦xito social ¡ªla entidad super¨® los 100.000 socios¡ª, econ¨®mico ¡ªlos ejercicios se saldaban con super¨¢vit¡ª y empresarial, en tanto que m¨¢ximo representante del negocio de la construcci¨®n que sustitu¨ªa al del textil, convertido el Bar?a en la primera instituci¨®n polideportiva, contrast¨® con las penurias deportivas: pas¨® de fichar a F¨¦lix y Tarr¨¦s a contratar a Maradona y Schuster, y sent¨® a Muller, Rif¨¦ y hasta a Helenio Herrera en el banquillo para entregarse despu¨¦s a Lattek o Menotti. La p¨¦rdida de la final de la Copa de Europa en Sevilla en 1986 supone el mayor de sus fracasos despu¨¦s de lograr una Liga y cuatro Recopas, la primera presidida por el despliegue de la hinchada (40.000 aficionados) en Basilea 79.
El Mot¨ªn del Hesperia
Los jugadores pidieron incluso su dimisi¨®n en el denominado Mot¨ªn del Hesperia en 1988. La plantilla se sinti¨® enga?ada por la junta por los derechos de imagen y los pagos a Hacienda y puso a N¨²?ez contra las cuerdas hasta que encontr¨® auxilio nuevamente en Cruyff. Los nacionalistas, representados por Sixte Cambra y Josep Maria Fust¨¦, aliado con Marta Ferrusola, esposa de Jordi Pujol y responsable del sector deportivo en Converg¨¨ncia, perdieron sus opciones ante el t¨¢ndem N¨²?ez-Cruyff. La capacidad del presidente para generar ingresos propici¨® la remodelaci¨®n exhaustiva de la plantilla que exig¨ªa el entrenador procedente del Ajax. A partir de la Copa ganada al Madrid en Valencia en 1990, justo en el momento m¨¢s cr¨ªtico del cruyffismo, despeg¨® el Dream Team, ganador de cuatro Ligas consecutivas, tres en la ¨²ltima jornada, y de la primera Copa de Europa del Bar?a, en Wembley en 1992.
El triunfo en Londres fue tan apote¨®sico como dolorosa result¨® la derrota en Atenas en 1994. La alianza de N¨²?ez y Cruyff se deterior¨® sin remedio, conscientes ambos de que era una asociaci¨®n tan interesada como antag¨®nica, y dej¨® de tener sentido a partir de 1996. El presidente cuestion¨® la pol¨ªtica de fichajes del entrenador, al que lleg¨® a comparar con la portera de su casa, y se entreg¨® a Louis Van Gaal, un t¨¦cnico holand¨¦s exitoso con el Ajax y que rivalizaba con Cruyff. Antes de que se diera el cambio, sin embargo, hubo una temporada de interinidad que expres¨® el pulso entre cruyffistas y nu?istas y dej¨® a la intemperie a Bobby Robson y Ronaldo. El brasile?o abandon¨® el club despu¨¦s de un a?o plet¨®rico a pesar de no ganar la Liga. El presidente se neg¨® a atender las peticiones de los representantes del jugador en una decisi¨®n que algunos sectores interpretaron como la renuncia del Bar?a a competir en la incipiente industria del f¨²tbol que despu¨¦s liderar¨ªan los gal¨¢cticos de Florentino P¨¦rez.
P¨¦rdida de apoyo
N¨²?ez ni siquiera encontr¨® sosiego con la celebraci¨®n del centenario del club en 1999. A pesar del excelente balance de las secciones, a¨²n a costa de competir con clubes de la propia Catalu?a, las dificultades eran crecientes tanto para la estabilidad deportiva como la financiera y la institucional despu¨¦s, por lo que no progresaron proyectos como el de Bar?a-2000. La maquinaria, dirigida por el gerente Ant¨®n Parera, dej¨® de ser efectiva: aumentaba la cr¨ªtica period¨ªstica, reducida al inicio del mandato despu¨¦s de que fueran purgadas figuras como las de Morera Falc¨® y Alex J. Botines; la masa social se fracturaba y frente a los grupos radicales de apoyo al consejo aparecieran colectivos opositores como el del Elefant Blau, que someti¨® al presidente a una moci¨®n de censura; y la junta ya no era aquel miniparlamento formado por directivos de distinto signo pol¨ªtico e ideado por N¨²?ez para blindarse ante el nacionalismo de CiU.
A N¨²?ez ya no le alcanzaba con el apoyo de los pe?istas y de sus 25.000 socios fieles ¡ª¡°al socio no se le puede enga?ar¡±, repet¨ªa¡ª para gobernar el club y dimiti¨® en 2000. ¡°A Jesucristo tambi¨¦n le crucificaron¡±, afirm¨® despu¨¦s de 22 a?os en el Camp Nou. Austero y emotivo, su figura de presidente continu¨® siendo una fuente de inspiraci¨®n para los programas de entretenimiento mientras su condici¨®n de empresario sufr¨ªa un duro rev¨¦s en 2015 por la condena de dos a?os y dos meses de c¨¢rcel por sobornar a los inspectores de Hacienda.
Habitualmente atormentado, dram¨¢tico incluso en la victoria, N¨²?ez nunca comprendi¨® la sentencia, convencido de que hab¨ªa obrado como correspond¨ªa, igual que hizo en su d¨ªa con Jordi Pujol cuando le pidi¨® que le ayudara en su contencioso con la prensa: ¡°Si t¨² aprietas un bot¨®n, dejar¨¢n de criticarme en TV3¡±. Entend¨ªa N¨²?ez que para triunfar en la vida todo era cuesti¨®n de saber tocar el bot¨®n oportuno como cuando entreg¨® el f¨²tbol a Cruyff. Una visi¨®n que da para una nueva caricatura y tambi¨¦n para aumentar la leyenda sobre qui¨¦n era de verdad N¨²?ez, un empresario hecho a s¨ª mismo a partir de la empresa del padre de su esposa Maria Lluisa y que se eterniz¨® tanto como presidente que se le lleg¨® a confundir con el due?o del Bar?a.
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