La ¨²ltima llamada para el fin de los demonios del Cruz Azul
Los cementeros buscan el t¨ªtulo de la Liga MX frente al Am¨¦rica, equipo al que no vencen desde 2014 y enterrar toda una serie de malas rachas
La final entre Cruz Azul y Am¨¦rica no es la recurrente analog¨ªa entre el club pobre contra el rico. Tampoco entre el d¨¦bil y el fuerte. Se trata de una disputa que ata?e a la dignidad. Ser¨¢ el dolor de la paciencia contra el ego desbordado. Un duelo en el que signifique alargar la tortura de 21 a?os sin ganar la Liga mexicana o perder la autoridad de burlarse del pr¨®jimo. El pr¨®ximo campe¨®n del f¨²tbol de M¨¦xico saldr¨¢ de este pleito entre vecinos.
En la final de ida, los dos equipos prefirieron aburrirse el uno al otro para neutralizarse con un 0-0. Y les funcion¨®. Este domingo (18.30 hora mexicana) quedan 90 minutos en el cron¨®metro, quiz¨¢ una media hora m¨¢s para el suspenso y unos cinco m¨¢s para aumentar la frecuencia cardiaca. Cruz Azul tiene ante s¨ª la prueba de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas: ganarle al Am¨¦rica en el estadio Azteca, su gran guarida desde hace 52 a?os. Ser¨ªa como si el inquilino armara el jolgorio del a?o sin permiso del patr¨®n.
La proeza aumenta cuando las estad¨ªsticas se?alan que los cementeros no han vencido al Am¨¦rica desde 2014. Cuatro a?os bajo el yugo de las burlas, del acoso en las tribunas y en redes sociales. Y la cosa se agrava cuando se revisa el dato de que las ¨¢guilas no han perdido en el estadio Azteca desde hace nueve meses. La peor racha que anotan en cada calendario es la de 21 a?os desde su ¨²ltimo triunfo en la Liga mexicana. Han ganado dos torneos de Copa, en noviembre pasado el m¨¢s reciente, pero con un sinsabor en el torneo local. Su ¨²ltima final liguera fue en 2013 y la perdieron contra Am¨¦rica en los penaltis, con m¨¢s tragedia que f¨²tbol.
"Lo que menos quer¨ªa el jugador de Cruz Azul era que Am¨¦rica fuera el finalista. Como futbolista tienes posibilidad para revertir esa situaci¨®n: ganarle el campeonato en su casa", comenta a este diario Fabi¨¢n Estay, exjugador del Am¨¦rica.
Desde el Am¨¦rica se reconocen como el equipo m¨¢s poderoso de M¨¦xico, y tambi¨¦n el m¨¢s detestado. Una campa?a publicitaria forj¨® su identidad moderna: "?diame m¨¢s". Si triunfan este domingo conseguir¨¢n su decimotercer t¨ªtulo de Liga y les llevar¨ªa a ser considerado el club m¨¢s ganador, por delante de otro de sus rivales, el Guadalajara.
"Cruz Azul es un equipo del barrio, de gente que trabaja todos los d¨ªas, de los cementeros. Es una cooperativa, es una familia donde miles de personas trabajan. Hay familias que dependen de esto, de los logros del equipo. Cuando el equipo tiene un logro importante, si le va bien al equipo, le va bien a todos", explica Joel Huiqui, exjugador formado en la doctrina de Cruz Azul.
En menos de seis meses, el Cruz Azul mut¨®. Era un equipo inestable y con m¨¢s dudas que punter¨ªa. La c¨²pula del club decidi¨® recurrir a uno de los art¨ªfices del glorioso Am¨¦rica de hace unos a?os: Ricardo Pel¨¢ez. Le contrataron como su presidente deportivo para revolcar su pasado y presente. La plantilla actual tiene a tres exjugadores americanistas -Madue?a, Aldrete y Aguilar-, adem¨¢s de compartir el Azteca debido a que tuvieron que dejar su propio estadio porque el terreno ser¨¢ ocupado por un lujoso centro comercial. El mayor aliciente en su viejo campo nunca dieron la vuelta ol¨ªmpica. "Nos vino bien salir de ah¨ª", opina Huiqui.
El f¨²tbol de M¨¦xico ha emulado del f¨²tbol sudamericano toda una cascada de c¨¢nticos para apoyar a sus clubes e incluso la conformaci¨®n de barras bravas; sin embargo, las aficiones de Am¨¦rica y Cruz Azul han convivido en los ¨²ltimos meses sin sobresaltos y solo se escucha el c¨¢ntico de la afici¨®n americanista que le lanza a los cementeros: "Chemo, decime qu¨¦ se siente haber perdido la final, te juro que el 26 de mayo nunca lo vas a superar".
La final definitiva del f¨²tbol mexicano ser¨¢ el ahora o nunca para Cruz Azul para olvidarse de los recuerdos que a¨²n los martirizan en el tu¨¦tano. O tambi¨¦n la amarga experiencia de que los americanistas se queden fuera de casa, escuchando la fiesta del vecino.
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