Atl¨¦tico ¨C Juventus: Simeone contra el martillo de Cristiano

La Juventus, la piedra m¨¢s dura que le pod¨ªa tocar, se ha interpuesto en el camino del Atl¨¦tico en su intento por alcanzar la final que se disputar¨¢ en su propio estadio. El equipo de Simeone deber¨¢ medirse al rival que menos deseaban tanto el cuerpo t¨¦cnico como el vestuario. Por la solidez de su f¨²tbol y por tener que defenderse de la pegada de Cristiano Ronaldo, verdugo tantas veces de la defensa rojiblanca.?"Seguramente por c¨®mo funciona la Juventus, la llegada de Cristiano le ha dado un plus a un equipo llamado a hacer una gran temporada", ha analizado Simeone en el programa deportivo de radio de la Rai 1.

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Como suced¨ªa en el Madrid, la voracidad goleadora del portugu¨¦s, 11 goles en la liga italiana y uno en la Champions, fluye independientemente del juego, por lo que los problemas de encaje apenas han existido. Junto a Dybala y Mandzukic, que tendr¨¢ su particular revancha de su gris paso por el Atl¨¦tico, Cristiano comanda un tridente ofensivo incuestionable para Allegri. Con el croata ca¨ªdo a la izquierda, posici¨®n en la que Simeone no logr¨® convencerle para que jugara, el habilidoso y menudo delantero argentino intercambia mucho la posici¨®n con Cristiano. Llama mucho la atenci¨®n que, aunque sea en el ¨¢rea donde su contundencia marca las diferencias, se le vea jugar por todo el frente de ataque y que incluso en los costados haya recuperado ese tono virguero del extremo que fue en sus inicios en el Sporting de Lisboa y en el Manchester United. En el campeonato italiano suma seis asistencias y otras dos en Europa. Es muy habitual ver a Cristiano combinar con los laterales en el dos contra uno o aguantar la pelota y hacer dejadas para la llegada de los jugadores de segunda l¨ªnea. Esa versi¨®n de delantero total que ha mostrado en este primer tercio del curso lo convierte en m¨¢s temible a¨²n. Cristiano transmite un aire de no ser ese jugador atormentado por su autoexigencia que parec¨ªa en el Madrid, incluso cuando estaba en racha.?¡°Es un jugador de la Liga de Campeones, que pesa mucho en esta competici¨®n, donde los goles pesan mucho y ¨¦l los marca. Ser¨¢ un jugador clave para nosotros. Adem¨¢s tiene mucha experiencia y conoce bien al Atl¨¦tico de Madrid¡±, advirti¨® Pavel Nedved, ahora vicepresidente de la vecchia signora.?

La Juve, que se pasea por la Serie A con una superioridad aplastante por la profundidad y la riqueza del plantel, es roca y barreno por igual desde la llegada de Cristiano. Ha firmado en el campeonato el mejor arranque de la historia con 15 victorias y un empate. La tabla refleja un dato demoledor sobre el gobierno dom¨¦stico del equipo de la Fiat: el cuarto clasificado, el Milan, est¨¢ m¨¢s cerca de los puestos de descenso, 15 puntos, que del liderato, 20. La Juve cuenta con un bloque que lleva ya cuatro temporadas bajo la direcci¨®n del mismo t¨¦cnico y al que no se le adivinan grandes fisuras. El retorno de Bonucci le ha permitido volver a formar pareja con Chiellini en el eje de la defensa y por el momento el larguirucho Sczcesny, el sustituto de Gianluigi Buffon, cumple en un conjunto que suele conceder muy poco al rival. Solo ha encajado siete goles en la Serie A y cuatro en la Champions. En los laterales, en los que descarga mucha parte del juego ofensivo, Allegri puede permitirse una multitud de combinaciones. Sin lesiones, lo normal es que el portugu¨¦s Joao Cancelo ocupe la derecha y el brasile?o Alex Sandro la izquierda. Pero tambi¨¦n cuenta con De Sciglio y Cuadrado. Todos con un marcado car¨¢cter ofensivo.

El asentamiento del mediocentro uruguayo Betancur, y el despliegue de Matuidi le otorgan en el centro del campo la gran virtud del campe¨®n italiano: el equilibrio. Pjanic, como creativo, es indiscutible para su t¨¦cnico, en un equipo que puede jugar a dominar o a ser dominado sin dejar de ser una amenaza constante para el rival. Emre Can es otra variable de peso para Allegri en el medio. La radiograf¨ªa de esta Juventus obligar¨¢ al Atl¨¦tico a una eliminatoria muy t¨¢ctica donde se enfrentar¨¢ a un rival que tambi¨¦n es experto en no desperdiciar cualquier migaja en forma de error que se le concede.