La Real acumula su cuarta derrota consecutiva

El plan era perfecto. Se trataba de pasar la ma?ana en el mercado navide?o de Santo Tom¨¢s, visitar a Gilda, la cerda de 340 kilos, estrella de la fiesta; comerse un talo (pan de ma¨ªz) con chorizo, beberse un txakoli; pasear luego por La Concha, con la agradable temperatura que propicia el viento solano, pegarse un viaje en la noria gigante, y por la noche, al f¨²tbol en Anoeta, que se anunciaba el derbi contra el Alav¨¦s.

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La Real no acaba de llegar

Pero el transporte de Gilda lo sabote¨® el Frente de Liberaci¨®n Animal, el txakoli estaba caro, hac¨ªan falta 40 minutos de cola para conseguir el talo con chorizo y La Concha estaba abarrotada como para pasear a gusto. As¨ª que a los donostiarras s¨®lo les quedaban la noria y el f¨²tbol. Y el f¨²tbol de la Real Sociedad es como la noria. Por muchas vueltas que d¨¦, siempre acaba en el mismo lugar. Los partidos del equipo de Asier Garitano son as¨ª, un regresar siempre al punto de partida.

Cuando, adem¨¢s, enfrente est¨¢ un equipo tan bien armado como el Alav¨¦s, consciente de sus cualidades, especialista en tratar de minimizar sus defectos, cualquier imprudencia se paga cara. Sucedi¨® en el minuto 11. La Real, con muchas bajas en la banda derecha, utiliz¨® a Aritz en esa posici¨®n. Abelardo instruy¨® a sus hombres sobre la necesidad de percutir por ese costado. Lo hizo siempre Jony, una bala, una pesadilla para la defensa local, y en esa acci¨®n concreta lo hizo Borja Bast¨®n, al que le sali¨® un centro con dos candidatos al remate. Fue Calleri el que se adelant¨® a Moy¨¢ para marcar el ¨²nico gol del partido.

Luego la noria sigui¨® dando vueltas, una y otra vez, pero la Real regresaba siempre a ese mismo lugar, aunque el Alav¨¦s fue m¨¢s permeable que en otras ocasiones. Theo trat¨® de conseguir, por velocidad, lo que el centro del campo realista, muy espeso, no consegu¨ªa. Januzaj tambi¨¦n tuvo sus opciones por la derecha, pero Pacheco se mostr¨® firme.

Al Deportivo Alav¨¦s, que sigue sumando, le bast¨® con defenderse con ese orden que ha impuesto su entrenador; a la Real, que acumula cuatro derrotas consecutivas, no le llega con nada y el p¨²blico de Anoeta empieza a cansarse de lo que ve. No encuentra respuestas, s¨®lo una noria girando para volver siempre al mismo lugar. Un equipo cuesta abajo.