El Alav¨¦s no es un milagro
El equipo vitoriano, apoyado en la solidez que ha encontrado en su t¨¦cnico, Abelardo, ocupa puestos de Champions. En 42 partidos de Liga y Copa, ha conseguido 21 victorias, seis empates y solo 15 derrotas
Abelardo Fern¨¢ndez (Gij¨®n, 1970) est¨¢ acostumbrado a moverse en la precariedad. Como futbolista importante que fue, vivi¨® la abundancia en el Barcelona y en la selecci¨®n espa?ola, pero sus otros dos destinos, el Sporting, su cuna, y el Alav¨¦s, su despedida, eran equipos acostumbrados a la modestia y el ahorro. Como entrenador sucede lo mismo. Desde el Cand¨¢s al Tulia, de all¨ª a Mareo y al Sporting en Primera, y de nuevo al Alav¨¦s.
Con econom¨ªas de guerra en Gij¨®n, m¨¢s desahogado en Vitoria, aunque siempre desde un presupuesto ajustado, sabe que no puede tirar la casa por la ventana ni en fichajes ni en los partidos. Juega con lo que tiene y sabe a qu¨¦ jugar. Su ¨¦xito pasa por la solidez y por amargarles la vida a los rivales a trav¨¦s de explotar sus debilidades, y con esa filosof¨ªa el Alav¨¦s est¨¢ en zona noble de la Champions (cuarto), de la que no sale desde el principio de la temporada. ?Es un milagro? Tal vez no. Solo trabajo.
Viendo jugar al Alav¨¦s da la sensaci¨®n de que el entrenador conoce las limitaciones de su equipo y los jugadores, las suyas propias. Ello supone que no se extralimiten, y que, en los planteamientos previos a cada choque, la intenci¨®n del t¨¦cnico y de sus futbolistas sea la de explotar sus recursos y minimizar los del rival; de sacar el m¨¢ximo provecho a todas las situaciones.
Por eso los n¨²meros indican que el Deportivo Alav¨¦s, con solo 21 goles a favor ¡ªcinco de ellos al Rayo¡ª, y 18 en contra, suma ya 31 puntos, r¨¦cord del equipo vitoriano en una primera vuelta. El n¨²mero de goles a favor y en contra est¨¢, adem¨¢s, un tanto distorsionado, por esa goleada en Vallecas y por los dos resultados de 3-0 por los que cay¨® el Alav¨¦s en el Camp Nou y el Metropolitano. En ambos casos, el resultado fue enga?oso. El Barcelona marc¨® el segundo gol en el minuto 84, y el tercero en el 90; el Atl¨¦tico, en el 82 y el 87. Es decir, ambos sufrieron para ganar al Alav¨¦s, que en 15 de los 18 partidos de Liga ha terminado con un marcador ajustado. S¨®lo un gol de diferencia. En ocho, adem¨¢s, con victoria.
La guardia pretoriana: de Pacheco a Ibai
Abelardo ha convertido a un equipo que ocupaba puestos de descenso, en otro que, salvo por los colores y bastantes de los jugadores, parece uno muy distinto. Desde que lleg¨®, en la jornada 14 de la temporada anterior, sus n¨²meros son impecables. En 42 partidos de Liga y Copa, ha conseguido 21 victorias, seis empates y solo ha encajado 15 derrotas.
El entrenador asturiano lleg¨® y enseguida identific¨® a quienes iban a formar su guardia pretoriana: Pacheco en la porter¨ªa, indiscutible; Laguardia en el centro de la defensa, inexpugnable; Rub¨¦n Duarte, en el lateral, indiscutible para el t¨¦cnico; Tom¨¢s Pina en medio campo, trabajador estajanovista que frente al Valencia hizo un partido excepcional en el que adem¨¢s marc¨® un gol; e Ibai G¨®mez ¡ªal que algunas quinielas colocan en San Mam¨¦s en pocos d¨ªas¡ª, en el ataque
Una versi¨®n mejorada
Esa espina dorsal permanece inmutable una temporada despu¨¦s, pero la llegada de Jony por la banda le ha dado mucha frescura al equipo, como el trabajo impagable de Calleri, o el crecimiento de un jugador de la cantera alavesista, Mart¨ªn Agirregabiria. El segundo Alav¨¦s de Abelardo es m¨¢s s¨®lido todav¨ªa que el primero, porque en defensa tambi¨¦n aparece Ximo, y en ataque se alternan dos delanteros con pegada como Borja Bast¨®n y Sobrino. Adem¨¢s, para todo lo que Abelardo pueda necesitar, est¨¢ ah¨ª el gran capit¨¢n, Manu Garc¨ªa.
El Alav¨¦s durmi¨® en zona Champions el s¨¢bado, y la derrota del Real Madrid le mantiene all¨ª al menos una semana. El s¨¢bado, en Girona ¡ªdonde se estren¨® Abelardo con una victoria bals¨¢mica hace poco m¨¢s de un a?o¡ª, puede empezar a pensar en objetivos m¨¢s ambiciosos. A los alavesistas no les importa siquiera que las alegr¨ªas lleguen en los ¨²ltimos instantes. Est¨¢n acostumbrados a ganar en el descuento.
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