La faja del Bar?a
El equipo azulgrana se ha destensado y acomodado en las ¨¢reas en lugar de jugar y presionar en campo rival.
LaLiga se ha acabado con dos goles m¨¢s de Messi. El campeonato ha sido m¨¢s que nunca un mon¨®logo del 10. No hay un jugador en el mundo m¨¢s regular que el argentino de Rosario. Ha marcado 36 goles y ha sumado su sexto Pichichi, tantos como Zarra. Ahora aspira a ganar su sexta Bota de Oro y su sexto Bal¨®n de Oro.
LaLiga ha pasado a ser el torneo por excelencia del Bar?a desde que est¨¢ Messi: 10 t¨ªtulos conquistados sobre 15 disputados con el argentino y 16 sobre 73 sin ¨¦l para un total de 26. Un asunto diferente es la Copa: el argentino ha ganado seis sobre 30 a la espera de la final del s¨¢bado contra el Valencia.
La fortuna azulgrana depender¨¢ m¨¢s que nunca del argentino (50 tantos en total) si se toma como referencia el partido del domingo pasado en Ipur¨²a contra el Eibar. No cuenta el Bar?a con m¨¢s delanteros despu¨¦s que algunos se hayan esfumado cuando est¨¢ a punto de comenzar la Copa Am¨¦rica.
Muy pocos pensaban que el equipo competir¨ªa por la Copa cuando se hablaba de ganar la Champions Hab¨ªa quien incluso invitaba a renunciar al torneo espa?ol para no condicionar el europeo hasta que se adivin¨® la posibilidad de aspirar al tercer triplete en la historia del Barcelona.
Hasta que lleg¨® el partido de Anfield y, una vez eliminado de la Copa de Europa, al equipo azulgrana y al barcelonismo le cuesta Dios y ayuda acabar la temporada con el partido de Sevilla. La gente parece estar m¨¢s pendiente de los fichajes de la pr¨®xima temporada que de la Copa.
?Y qu¨¦ deber¨ªa hacer la directiva que preside Bartomeu? Asegurada la contrataci¨®n de De Jong, trata de convencer a De Ligt ¨Ccosa dif¨ªcil si su representante no rebaja su comisi¨®n por el traspaso-, se supone que incorporar¨¢ a Griezmann y buscar¨¢ un lateral zurdo que pueda alternar con Jordi Alba.
La prioridad es rejuvenecer a la plantilla y aumentar su competitividad despu¨¦s que se haya comprobado que no alcanza con Messi para ganar la Copa de Europa. Las posibles incorporaciones invitan al optimismo siempre que se recupere la idea de juego y el trabajo de campo que hicieron ¨²nico al Bar?a.
El estilo exige dos cosas: una presi¨®n alta, solidaria y sincronizada, y una buena circulaci¨®n de bal¨®n, plan que precisa de la intervenci¨®n en ataque y en defensa de los 11 jugadores, y no solo de 8 o 9, y una presencia continua en capo del rival, muy lejos de la porter¨ªa de Ter Stegen.
El Barcelona se ha ido destensando con el tiempo, como si fuera una faja o unos pantalones de ch¨¢ndal cuya goma se afloja de tanto usarlos, suficientemente fuerte todav¨ªa en cualquier caso para ganar los partidos en las ¨¢reas y conquistar tanto la Liga como la Copa.
Los protagonistas son el guardameta y los dos centrales por una parte y los delanteros por la otra, especialmente Messi. ?nicamente hubo un intermedio que dio resultado: el tridente, campe¨®n en Berl¨ªn 2015 despu¨¦s de un gran a?o de Neymar. El brasile?o se fue y desde entonces el Bar?a no reconquista Europa.
A veces parece incluso que el Bar?a juegue para que no se eche en falta a Neymar en lugar de recuperar la versi¨®n original que preve¨ªa que los delanteros fuesen los primeros defensas tanto en el campo como en los entrenamientos; Villa podr¨ªa contar muy bien c¨®mo iban las cosas en el Camp Nou.
Entonces no se buscaban futbolistas altos y fuertes, f¨ªsicamente comparables a los de la selecci¨®n francesa campeona del mundo o al Liverpool de Klopp, sino jugadores r¨¢pidos de piernas y mente, a plena dedicaci¨®n y al servicio de la causa del equipo, siempre reconocible, incluso cuando perd¨ªa.
Las derrotas de Anfield y Roma, para no recordar las de Tur¨ªn, Par¨ªs o Madrid, obligan a revisar la pol¨ªtica deportiva de la junta de Bartomeu, heredero de Rosell, y no a llenarse la boca diciendo que no habr¨¢ otro Xavi ni otro Iniesta y, por tanto, conviene evolucionar, para acabar perdiendo por 4-0 en Anfield.
Tal vez las cosas funcionar¨ªan mejor si Ter Stegen tuviera que intervenir menos, el juego de Piqu¨¦ y Lenglet se localizara m¨¢s en el medio campo y Luis Su¨¢rez se preocupara tambi¨¦n de defender los saques de esquina que concede el Bar?a. Cuando la idea falla se cae en la personificaci¨®n y entonces incluso se acaba por hablar demasiado de Messi.
Messi no necesita amigos sino compa?eros de equipo que se maten para jugar a su lado y le lleven hasta la victoria; eso s¨ª, firmada con sus goles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.