Una entrenadora en el pelot¨®n
La navarra Iosune Murillo, que prepara al l¨ªder del Giro de Italia, el ecuatoriano Carapaz, es la ¨²nica mujer en el ciclismo de ¨¦lite
Cuando Richard Carapaz ataca y vuela en las monta?as del Giro de Italia, tan ligero, a una mujer en Pamplona comienza a latirle el coraz¨®n casi tan r¨¢pido, con tanta impaciencia, como al ecuatoriano desencadenado. No, no es su madre que sufre, orgullosa de su ni?o, ni sus hermanas ni su esposa; se trata de su entrenadora, que analiza cient¨ªfica, calcula al vuelo los vatios que descarga su entrenado, concluye cu¨¢ntos kil¨®metros resistir¨¢ a ese ritmo y, finalmente, sorprendida, aplaude.
Se llama Iosune Murillo, tiene 39 a?os y figura en el staff t¨¦cnico del equipo Movistar. Es la ¨²nica mujer con su responsabilidad en los 18 equipos que conforman el WorldTour, la Champions League del ciclismo, los mejores del mundo. ¡°Los campeones son ellos y son ellas¡±, dice Murillo, que entrena a otros tres ciclistas del Movistar masculino y a varias del femenino, como Sheyla Guti¨¦rrez. ¡°Se dice que las mujeres somos m¨¢s disciplinadas, m¨¢s cuidadosas, pero por lo que veo, estamos igual, igual, con los hombres. Todos ellos y ellas quieren y aman su trabajo, y buscan la excelencia¡±.
Murillo los define a ellos y a ellas, y se define a s¨ª misma, una mujer acostumbrada a ser una excepci¨®n en un medio en el que hasta hace 30 a?os no se permit¨ªa la entrada de mujeres que no fueran caras bonitas para el podio. Y a¨²n se cuentan con los dedos de una mano a m¨¦dicas, mec¨¢nicas o masajistas mujeres. ¡°Fui ciclista profesional en los tiempos de Joane Somarriba y estudi¨¦ Ciencias de la Actividad F¨ªsica y del Deporte, y me especialic¨¦ para ser directora y entrenadora de ciclismo¡±, dice Murillo, por tel¨¦fono desde Pamplona, desde donde sigue la actividad de su grupo y donde todos los d¨ªas recibe de ellos llamadas, mensajes, env¨ªos de los datos f¨ªsicos de la etapa y una valoraci¨®n subjetiva de su forma. ¡°Analizo, calculo, y les respondo: ¡®Confiad siempre en vosotros mismos¡±.
Que Murillo acabara trabajando en lo que trabaja ha sido el final inevitable de un camino iniciado junto a su pareja, el exciclista profesional Juanjo Oroz, que dirige el equipo amateur Lizarte. ¡°?l me apoy¨® mucho, me empuj¨®, me motiv¨® para empezar¡±, dice Murillo. ¡°Pero solo pude seguir porque vieron que mis m¨¦todos funcionaban, y fueron ellos, precisamente, los que m¨¢s pelearon para estar conmigo¡±.
En el Lizarte comenz¨® a trabajar con Carapaz, que ya destacaba, Pedrero, Arcas y Castrillo, corredores a los que sigue entrenando ahora que han llegado al Movistar. ¡°Carapaz fue clave. Apost¨® mucho por m¨ª. Cuando dio el salto, exigi¨® que yo le siguiera entrenando, y, as¨ª, poco a poco, este a?o ya figuro en la estructura del equipo¡±, dice Murillo, madre de dos chavales, de 4 y 8 a?os. ¡°Su integraci¨®n en el equipo ha sido una cuesti¨®n natural, ca¨ªa por su propio peso¡±, explica Mikel Zabala, responsable de rendimiento del Movistar.
A Carapaz, maglia rosa desde el s¨¢bado y, a los 25 a?os ganador ya de tres etapas en la carrera italiana, le extra?a que le puedan preguntar si le cost¨® aceptar que una mujer le dijera c¨®mo entrenar. ¡°Pero, bueno¡¡±, dice Carapaz, que lleg¨® de Ecuador a Pamplona hace tres a?os. ¡°?C¨®mo se puede preguntar eso? Con Iosune comenc¨¦ hace a?os y siempre he querido que me entrenara ella. Estoy muy a gusto porque es una persona que dialoga, que escucha y, despu¨¦s de eso, decide. Y sabe mucho. No impone. La conversaci¨®n es fundamental para fijar los criterios y tomar decisiones¡±.
Carapaz, uno de los pocos ciclistas del mundo que resiste la tentaci¨®n de irse a Andorra o a M¨®naco, vive solo en Pamplona, a pocas calles de donde vive su entrenadora, y esa cercan¨ªa f¨ªsica le ayuda tambi¨¦n de forma especial. ¡°Los ciclistas est¨¢n obligados a ser personajes solitarios, a entrenarse solos, cada uno con sus planes¡ As¨ª es f¨¢cil que en noviembre, por ejemplo, cuando empiezan a prepararse, tan lejos de sus objetivos, necesiten m¨¢s apoyo para vencer la soledad¡ Nos vemos de vez en cuando, tomamos caf¨¦, hablamos de todo¡¡±.
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