Espa?a alumbra otra dinast¨ªa
La disputad¨ªsima victoria ante Alemania en la final sub-21 da a La Roja su quinto Europeo y convalida el juego de toque de una gran camada de talentos
Espa?a se coron¨® campeona de Europa sub-21 por quinta vez con una generaci¨®n inolvidable de futbolistas. Lo hizo en una final grandiosa, una batalla disputada cent¨ªmetro a cent¨ªmetro por dos equipos inflamados. Alemania se revolvi¨® contra el primer golpe con la garra que siempre caracteriz¨® a sus futbolistas. El empuje hizo perder a los espa?oles el hilo del partido. A excepci¨®n de Marc Roca, que dio una lecci¨®n defensiva, ninguno de las figuras de la Rojita consigui¨® imponer el ritmo devastador que aplast¨® a Francia y Polonia. Esta vez, la victoria fue consecuencia de un sufriente ejercicio administrativo, rematado al contragolpe por el infatigable Dani Olmo.
ESPA?A, 2; ALEMANIA, 1
Espa?a: Sivera; Mart¨ªn Aguirregabiria, N¨²?ez, Vallejo, Junior Firpo; Marc Roca, Fabi¨¢n Ruiz (Merino, m. 78), Ceballos; Dani Olmo, Fornals (Mayoral, m. 72) y Oyarzabal (Soler, m. 55).
Alemania: N¨¹bel; Klostermann, Tah, Baumgartl, Henrichs; Serdar (Neuhaus, m. 61), Eggestein (L. Nmecha, m. 78), Dahoud; ?ztunali (Richter, m. 72), Amiri y Waldschmidt.
Goles: 1-0. M. 8. Fabi¨¢n, con la zurda desde fuera del ¨¢rea. 2-0. M. 69. Dani Olmo, tras un rechace del portero a un tiro de Fabi¨¢n. 2-1. M. 88. Amiri, desde fuera del ¨¢rea tras desviar Vallejo el bal¨®n con la cabeza.
?rbitro: Srdjan Jovanovic (Serbia). Amonest¨® a Vallejo, N¨²?ez y Sivera.
Unos 25.000 espectadores en el estadio Friuli de ?dine.
Alemania sali¨® al campo con mucho oficio. Dirigida por Eggestein, procur¨® ocupar el campo en una zona intermedia, de forma que sus interiores y sus atacantes pudieran estirar los esfuerzos defensivos para cortar el hilo de suministros entre Roca y sus volantes. Las hostilidades se desataron sin grandes movimientos, con los dos equipos midiendo cada acci¨®n cuidadosamente. La consigna de Kuntz fue tapar a Roca ah¨ª donde se situase, con o sin bal¨®n. Conscientes de que el mediocentro catal¨¢n es el v¨¦rtice de todas las jugadas, el seleccionador rival mand¨® a que Sardar, Amiri, Eggestein, Waldschmidt y Dahoud lo cubrieran sucesivamente seg¨²n la zona para evitar que conectara con Ceballos y Fabi¨¢n.
Metido en la jaula alemana, Roca se movi¨® de banda a banda para intentar recibir la pelota. Los carriles se cerraban por todas partes hasta que ocurri¨® algo previamente pensado. No se hab¨ªan cumplido diez minutos cuando se abri¨® el cielo. Oyarzabal, que jug¨® lesionado desde que se torci¨® el tobillo contra Polonia, hizo eso que puede convertirle en un espl¨¦ndido falso nueve. El vasco ya sabe que Villa hizo carrera actuando en esas zonas intermedias. Lo quiere emular. Lo consigui¨® cuando escap¨® de la vigilancia de los centrales para sorprender a Eggestein con un desmarque hacia la pelota. Lo anticip¨® Roca, que, tapado en las l¨ªneas de pase para entregar el bal¨®n a los volantes, filtr¨® el env¨ªo al punta. Oyarzabal hizo la descarga con precisi¨®n coordin¨¢ndose con la arrancada de Fabi¨¢n. El magn¨ªfico centrocampista del N¨¢poles estir¨® la zancada como un cacique. Como si la tierra, ?dine, el Friuli, el V¨¦neto, sus r¨ªos y sus vi?edos, le pertenecieran. Al avistar la frontal del ¨¢rea, los centrales llegaban a cerrarle el paso cuando solt¨® uno de sus ca?onazos. La pelota se aloj¨® en el rinc¨®n de la red.
El gol oblig¨® a Alemania a tomar la iniciativa. Comenz¨® otro partido. Poco a poco, Eggestein dict¨® los tiempos del juego. No solo se benefici¨® de que en el equipo alem¨¢n existieran futbolistas muy cualificados para administrar la pelota. Result¨® que cuando Espa?a trat¨® de disput¨¢rsela le fallaron algunos eslabones en la cadena de asociaciones y el descontrol gener¨® fatiga. A Fabi¨¢n le pas¨® factura el desgaste derivado de la acumulaci¨®n de partidos. Ceballos y Fornals dieron muestras de ansiedad. Por distintas razones. En el empe?o de Ceballos por retorcer cada jugada prolongando su conducci¨®n se vislumbr¨® un deseo de ajustar cuentas personales.
Firpo, muy vulnerable
Ceballos se agot¨® hasta el calambre por querer demostrar su val¨ªa antes de ganar el partido. A Fornals lo afectaron una sucesi¨®n de desajustes. Primero, la banda nunca fue su puesto natural; segundo, su rendimiento ah¨ª depende de la entrada en juego de los interiores, que se difuminaron; y tercero, debi¨® multiplicarse corriendo hacia atr¨¢s. Lo penaliz¨® el tremendo despliegue defensivo para formar una l¨ªnea de cuatro en el medio campo. La izquierda fue la banda m¨¢s fr¨¢gil: Junior Firpo ni acompa?¨® los despliegues ni consigui¨® encontrar su sitio en toda la noche. Por ah¨ª hubo un coladero.
Espa?a hizo crisis antes y despu¨¦s del descanso. Si sali¨® viva del trance fue por la inteligencia de Roca, la bravura de Fabi¨¢n, y la puntualidad de Vallejo para evitar los disparos alemanes cuando parec¨ªan dictados. La escapatoria se desencaden¨® a la contra. Vallejo rob¨® una pelota en el ¨¢rea y lanz¨® un pase de 40 metros. Fornals lo control¨® y se volc¨® al interior buscando a Ceballos, que se asoci¨® con Soler. La intervenci¨®n de Soler, postergado tras la derrota ante Italia, premia su clase. El valencianista, que hab¨ªa entrado por Oyarzabal, amag¨® con un centro y jug¨® por el medio para volver a Fornals, que habilit¨® a Ceballos. Ceballos explot¨® el descuadre de la defensa tras las dos basculaciones y asisti¨® a Fabi¨¢n. Esta vez el remate del andaluz no entr¨®. Pero Olmo pill¨® el rechace picando la pelota por encima de N¨¹bel.
?nicamente un tirazo de Amiri desde fuera del ¨¢rea, en el minuto 88, amenaz¨® el dominio final espa?ol. Alemania se dej¨® hasta el ¨²ltimo gramo de energ¨ªa para empatar. Espa?a la desactiv¨® con aquello que la convierte en faro del f¨²tbol m¨¢s hermoso: toque, toque, toque hasta la consagraci¨®n de un grupo de jugadores fenomenales. Fabi¨¢n, Roca, Ceballos, Fornals, Olmo y Soler alumbran una dinast¨ªa brillante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.