Djokovic escapa de Bautista
El n¨²mero uno se sobrepone a la fabulosa resistencia del espa?ol (6-2, 4-6, 6-3 y 6-2, en 2h 49m) y aterriza en su sexta final de Londres, donde aspira a su quinto t¨ªtulo tras los de 2011, 2014, 2015 y 2018
Se presenci¨® lo prometido, lo esperado: un partido a cara de perro. Y escap¨® Novak Djokovic, pero tuvo que sudar sangre el n¨²mero uno, porque hay pocos adversarios m¨¢s rudos y peliagudos que Roberto Bautista, espl¨¦ndido torneo el suyo y formidable resistencia en su primera semifinal de un Grand Slam. Le faltan manos y pies al serbio para contabilizar trofeos y m¨¦ritos, y aun as¨ª le cost¨® un mundo desembarcar en su sexta final de Wimbledon (6-2, 4-6, 6-3 y 6-2, en 2h 48m) porque el espa?ol le condujo hacia l¨ªmites extremos. Sali¨® del l¨ªo Nole, pero pas¨® un mal rato de a¨²pa. Eso s¨ª, ya est¨¢ donde quer¨ªa, sac¨¢ndole filo a la guada?a mientras esperaba Roger Federer.
Las pas¨® canutas Djokovic durante un buen tramo del partido, exigido de principio a fin. Ya se ha dicho: a Bautista hay que ganarle todos y cada uno de los puntos, no regala ni uno. Compite como los ¨¢ngeles el castellonense y ten¨ªa mucho que ganar, de modo que plante¨® un ejercicio de supervivencia del que sali¨® airoso el balc¨¢nico, no sin llevarse un buen pu?ado de sofocones. Lo tuvo durante un buen rato ah¨ª Bautista, pero escap¨® del fango. Asistir¨¢, pues, a su vigesimoquinta final de un grande e igual¨® la cifra alcanzada por Bj?rn Borg, Jimmy Connors y Rod Laver (6) en el c¨¦sped londinense.
Comenz¨® el pulso sobre ruedas para ¨¦l, dictando y penetrando con ese rev¨¦s cruzado que corta como una segadora. Para cuando uno quiere darse cuenta, el serbio (32 a?os) ya se ha desencajado la mand¨ªbula y ha empezado a engullir al adversario. As¨ª lo hizo con Bautista, pero este se visti¨® de Indiana Jones e interrumpi¨® el banquete de la anaconda. Fue sacando el cuerpo y sacando el l¨¢tigo, escapando y conduciendo el partido hacia ese terreno de la incomodidad del que hablaba el d¨ªa anterior su t¨¦cnico, Pepe Vendrell. Y si en el presente hay alg¨²n tenista del circuito que sepa enredarle en el juego y sacarle de sus casillas, ese no es otro que el castellonense.
Se le atraganta a Nole esa derecha plana y ese tenis metron¨®mico de Bautista, pura fiabilidad sea la circunstancia que sea, siempre ¨¢spero y silencioso como un coche el¨¦ctrico. ?l juega as¨ª, aparentemente sin hacer da?o, pero mientras va clavando los cuchillos. Pese a la ofensiva encajada en el primer parcial, no se arrug¨®. Se sostuvo firme y replic¨® en todos los peloteos. Impresionante ese del tercer set, de 45 golpes, despu¨¦s de que ya hubiera equilibrado y a Djokovic se le empezase a poner mala cara. Le empezaba a hervir la sangre al serbio, tradicionalmente propenso a la combusti¨®n f¨¢cil.
Se inventaba una f¨®rmula tras otra, del cortado al rev¨¦s y del reverso al parapelo, abri¨¦ndo ¨¢ngulos y barriendo l¨ªneas con el drive. Pero no hab¨ªa manera. ?C¨®mo demonios le hinco yo el diente a este hueso? ?Qu¨¦ demonios hay que hacer para ganar un punto limpio y tener un momento m¨ªnimo de sosiego?
El intercambio de los 45 golpes
Entonces ya hab¨ªa roto un par de veces el cordaje, hab¨ªa afeado a la grada que hubiera aplaudido el cierre de la segunda manga porque la ¨²ltima bola hab¨ªa golpeado en la cinta, y empezaba a soltar alaridos que se pod¨ªan o¨ªr hasta en Picadilly Circus. Sin embargo, adjudicarse ese kilom¨¦trico intercambio le dio la vida y aprovech¨® para llevarse el dedo a la oreja, con gesto retador: no os oigo, londinenses. Aqu¨ª est¨¢ Djokovic. Comenz¨® a partir de ah¨ª a reponerse y a contener mucho mejor la respuesta permanente de Bautista, y a este empez¨® a pasarle factura el esfuerzo y perdi¨® un punto de tono. Djokovic es mucho Djokovic.
Sell¨® el de Belgrado el tercer set con una volea que toc¨® suavemente la cinta, y enfil¨® con decisi¨®n la recta definitiva hacia la final. Logr¨® un break en el tercer juego del ep¨ªlogo y otro en el quinto, y aterriz¨® en la cita de ma?ana (15.00) con el ¨¢urea intimidatoria que le envuelve cuando est¨¢ en buena forma. Hay un lobo suelto. ¡°A dream come true (es un sue?o hecho realidad)¡±, apunt¨® Djokovic nada m¨¢s abrochar la victoria. ¡°He jugado muchas finales de Grand Slam, pero obviamente las de Wimbledon son especiales¡±, agreg¨® el defensor del t¨ªtulo, que certific¨® el triunfo a la quinta oportunidad, en otra muestra m¨¢s de la intransigencia de su oponente.
Mientras, Bautista (31 a?os) era despedido entre palmas por toda La Catedral, entre ellas de las de sus amigotes venidos desde Ibiza. Ahora s¨ª, ya hay tiempo para la despedida de soltero, pero antes bien merec¨ªa la pena hacer historia y tener unos d¨ªas de gloria en Wimbledon. ¡°Con suerte, ma?ana estaremos de vuelta en la isla¡¡±, adelant¨®. ¡°Era mi primer partido en la central y no es f¨¢cil. Cada experiencia que he tenido en mi carrera me ha hecho mejor jugador, me ha hecho entender las cosas mejor. Hoy tuve muchas sensaciones nuevas, muchas situaciones nuevas, muchas emociones nuevas. Estoy feliz por la forma en que jugu¨¦. Merec¨ª un poco m¨¢s en el tercer set¡±, se despidi¨® el espa?ol. El rival que nadie quiere.
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