El plante femenino: ?Ya basta!
Como futbolista estoy de acuerdo con las jugadoras en ir a la huelga y exigir una regulaci¨®n, pero entiendo a los clubes que se niegan por inviabilidad
Huelga. El f¨²tbol femenino convoca una huelga tras meses de reuniones y negociaciones fallidas. Las futbolistas se reunieron esta semana en Madrid y viendo la situaci¨®n decidieron que ya basta, que ya no aceptar¨¢n cualquier cosa y que aprovechar¨¢n el momento de nuestro deporte para mejorar y crear un futuro mejor.
La huelga es la respuesta final, la manera m¨¢s dr¨¢stica que tienen para reivindicar ciertas condiciones, la manera de protestar ante una situaci¨®n en la que carecen de derechos laborales. Un salario m¨ªnimo, una parcialidad del 75%, vacaciones, ayudas a la maternidad... vamos, que no est¨¢n pidiendo algo que no sea normal, aunque por normal que parezca, nunca se ha tenido.
La lucha por un convenio colectivo siempre estuvo ah¨ª, siempre se supo que era necesario regularizar nuestra actividad, pero siempre se vio como misi¨®n imposible. Hasta hace un par de a?os, cuando el f¨²tbol femenino dio un paso al frente y decidi¨® ser due?o y conductor de su futuro. Hasta que el movimiento 8M nos empuj¨® a la calle, y tambi¨¦n nos empuj¨® en la oficina, y en los despachos, y en juzgados y f¨¢bricas, y en nuestras propias casas, y en el deporte.
El f¨²tbol femenino se convirti¨® en movimiento y ejemplo reivindicativo, y por eso ahora no debe parar. No se reclama el mismo convenio que el f¨²tbol masculino, se reclama uno propio, ajustado a su realidad y necesidades (al menos desde la perspectiva de la futbolista). Reclama unos derechos laborales a los que agarrarse para seguir avanzando.
Pero en el otro lado est¨¢n los clubes y su asociaci¨®n, quienes dicen que no pueden llegar a eso, que ya est¨¢n asumiendo costes por encima de lo que genera la competici¨®n y que la firma de ese convenio supondr¨ªa el descenso o incluso desaparici¨®n de alguno de ellos. Y en esas estamos ahora, despu¨¦s de 18 reuniones no hemos conseguido ser emp¨¢ticos, intercambiarnos las zapatillas y vernos realmente en la situaci¨®n del otro. No hemos conseguido acordar unas condiciones asumibles para unos y satisfactorias para otras. ?Pero tan dif¨ªcil es?
A m¨ª lo que me parece es que ambas partes tienen raz¨®n. Como futbolista estoy totalmente de acuerdo con las jugadoras en ir a la huelga y exigir una regulaci¨®n, pero al mismo tiempo entiendo a los clubes que se niegan por inviabilidad. Siempre hemos crecido de la mano y esto no puede cambiar ahora, es m¨¢s, no debemos olvidarlo nunca, porque cuando ¨ªbamos de la mano est¨¢bamos solos, nadie m¨¢s se un¨ªa ni nos acompa?aba. Nuestros lazos tienen que ser m¨¢s fuertes que los lazos que hayamos formado despu¨¦s con cualquier tercera parte. Y es ah¨ª donde reside el problema, y la soluci¨®n, las terceras partes que tiran de la cuerda y provocan esta guerra civil futbol¨ªstica. Esas terceras partes que muchos no se atreven a nombrar o citar con claridad, la RFEF, LaLiga, el Gobierno, AFE y dem¨¢s familia. Porque lo que realmente se necesita en Espa?a es una nueva regulaci¨®n del deporte, y eso es competencia del Gobierno; una promoci¨®n e inversi¨®n negada durante muchos a?os por parte de la Federaci¨®n; un apoyo con conocimientos y recursos por parte de LaLiga; apoyo positivo y calmado por parte de AFE; y lo m¨¢s importante, ir todos juntos para llegar m¨¢s lejos.
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