Benzema est¨¢ para todo
Una asistencia y un gol del franc¨¦s permiten a un Real Madrid gris derrotar a un Espanyol m¨¢s armado que en jornadas anteriores, pero con muy poca pegada
Enchufado a la Liga, este Madrid tambi¨¦n canta bingo en jornadas de desali?o. Ni mucho menos fue un equipo iluminado ante un Espanyol que zozobra en el torneo dom¨¦stico. Pero al Real le bast¨® con el revoloteo de Vinicius, la recurrente eficacia de Benzema y el andamio de Casemiro.
Real Madrid y Espanyol sellaron un partido fatigoso. Un duelo destinado al olvido que no merecer¨¢ ser rebobinado, salvo, quiz¨¢, por Varane, inopinado autor del gol que descorch¨® al conjunto periquito. Muchas faltas, muchas imprecisiones, poca tertulia con la pelota. En definitiva, un encuentro con poca marcha. La ¨²nica, la del reaparecido Vinicius. Un jugador singular. Un futbolista, por ahora, de pr¨®logos. Arranca como pocos, pero se nubla cuando hay curvas, las que suelen aparecer con el gol a la vista. Fue el brasile?o quien m¨¢s alivi¨® la sobremesa en Chamart¨ªn. Vinicius, en carrera un paso por delante de sus camaradas, se plant¨® en varias secuencias ante Diego L¨®pez, que le gan¨® todos los duelos. En uno de ellos, el portero visitante recibi¨® un estacazo del brasile?o, imprudencia que le cost¨® una tarjeta. Tambi¨¦n se gan¨® la segunda, justo tras el 1-0, pero el ¨¢rbitro se hizo el lonchas. Tan cierto que Vinicius se patin¨® como que arroll¨® aparatosamente a David L¨®pez.
M¨¢s all¨¢ de las mo?as burlonas de Vinicius, el Madrid tuvo poca expresividad. No la tuvo Rodrygo, mucho m¨¢s apagado que su compatriota. Y lo lament¨® Benzema, decisivo, pero menos agitador que de costumbre. Quiz¨¢ por la a?oranza de Marcelo y, sobre todo, Hazard, sus mejores socios. Pero Benzema es un ilustrado y, en estos tiempos, rara vez no da con su momento por m¨¢s que el partido parezca que se le escurre. V¨ªctima tambi¨¦n de un Madrid menos arm¨®nico que en las ¨²ltimas jornadas, Benzema emergi¨® cerca del intermedio. El delantero franc¨¦s se revolvi¨® por el embudo del balc¨®n del ¨¢rea, y busc¨® dar hilo a Casemiro. En su camino apareci¨® un forastero del gol, Varane, que estamp¨® la pelota en la red con un disparo seco y cruzado. Nadie del Espanyol detect¨® la sorprendente presencia de Varane en su ¨¢rea, plantado all¨ª desde el lanzamiento de c¨®rner previo.
El gol no hizo despegar a un Madrid discreto. Tanto como su oponente. Ocurre que el Espanyol, que no est¨¢ para alardes, se sinti¨® fortalecido. Lleg¨® a Chamart¨ªn desde las catacumbas y con un sonoro rapapolvo de su t¨¦cnico, Mach¨ªn. En Madrid, sin serpentinas, al menos mantuvo el tipo. No fue un equipo pipiolo. Incordi¨® a su rival con fases de bloqueo en la articulaci¨®n del juego desde Courtois. Planteamiento que altern¨® con repliegues totales, con todo el regimiento por detr¨¢s de la pelota y el desaf¨ªo de sus laterales sobre los del Real y sus centrales expuestos ante los tres atacantes locales. A los blanquiazules les falt¨® m¨¢s tacto con el bal¨®n. No lo tuvo Diego L¨®pez, que m¨¢s de una vez zapate¨® directamente a los pies de Courtois. Ni tampoco Granero, inexacto en los muchos golpeos que tuvo a bal¨®n parado. Mejor le fue con la cabeza. En una jugada invertida, Calleri, la p¨¦rtiga del Espanyol, asisti¨® a Granero, supuesto arquitecto asistencial. Su remate lo palme¨® con ¨¦xito Courtois.
Sostenido por Diego L¨®pez, vencedor de los retos esgrimistas de Vinicius y un disparo con metralla de Valverde, el Espanyol se gan¨® un segundo tiempo para la remontada. De nuevo tuvo el auxilio de su portero, esencial en un mano a mano con Benzema. Poco antes, con el partido en doble direcci¨®n, sin gobernanzas de ninguno, Casemiro meti¨® la escoba con precisi¨®n y extrema firmeza en una aventura amenazante de Darder. Tan deste?ido como Granero y Marc Roca, el consorcio del medio campo perico.
El segundo acto puso en escena a un Madrid m¨¢s dispuesto a la contra. Y a un Espanyol obligado a examinarse al ataque. Ni uno ni otro lograron la tutela del choque. El mismo discurrir. Un partido muy anudado, salvo por las andanzas de Vinicius, cartel del partido. Con mayor o menor fortuna, nadie fue tan emprendedor. En una de sus acometidas puso a Benzema ante el gol, pero se le escap¨® al galo. Pero este Benzema es el Benzema postCristiano. As¨ª que su und¨¦cimo gol en Liga no tard¨® en llegar tras una jugada trenzada con Valverde. Punto final para el Espanyol, al que su cita con el Madrid termin¨® como casi toda la vida. A nadie han ganado m¨¢s los madridistas en LaLiga (103 veces). Su crecida, si llega, tendr¨¢ que esperar, con o sin pipiolos. Para el Real, partido liquidado en un tono gris. Y un mal apunte final: la expulsi¨®n de Mendy, tan justa como innecesaria. Y con Marcelo de baja.
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