Jo?o F¨¦lix se salta un curso por necesidad
La lesi¨®n de Diego Costa y la falta de gol obligan a la joven estrella a asumir m¨¢s responsabilidad
Con 19 a?os, adem¨¢s de soportar el peso de los 126 millones de euros por los que fue contratado procedente del Benfica, los seis primeros meses en el Atl¨¦tico de Madrid han sido un multimaster para Jo?o F¨¦lix. Arranc¨® con el primer gran debate del equipo por la creencia de Simeone de que en la banda derecha rinde mejor y la correspondiente adaptaci¨®n a los conceptos y al esfuerzo defensivo que exige el entrenador rojiblanco; ya ha padecido una lesi¨®n de tobillo que le hizo perderse seis partidos y vive su primera gran crisis de resultados con m¨¢s responsabilidad de la que se pretend¨ªa otorgarle.
El consenso generalizado que exist¨ªa en todo el club de no cargar con exceso la mochila de la presi¨®n a su joven estrella ha pasado a un segundo plano. La lesi¨®n de Diego Costa y la sequ¨ªa goleadora han puesto por delante de su edad el precio y las virtudes con las que se justific¨® su millonario traspaso. La ausencia del delantero hispano brasile?o le ha incrustado como acompa?ante fijo de Morata en el ataque. Si en este mercado invernal no llega el delantero que reclama Simeone, sus posibilidades de regresar a la banda se reducir¨¢n hasta, al menos, la reaparici¨®n de Costa. El percance de este le da tres meses para ocupar el lugar en el campo que reclam¨® en Granada mientras su entrenador se desga?itaba para atraerlo a la banda. Los dos ¨²ltimos encuentros, ambos como titular, los disput¨® centrado como segunda punta para alivio de empleados del club a los que les chirriaba contemplar al fichaje m¨¢s caro de la historia jugar tan alejado de la porter¨ªa.
Como Griezmann
Contra el Barcelona (derrota por 0-1), F¨¦lix dej¨® los detalles que encendieron a la grada cuando Simeone, que le percibi¨® agotado, le cambi¨® a la hora de juego. En Vila-real (0-0) ya disput¨® el partido completo. Ante la necesidad de ganar y el protagonismo que tuvo, la dosificaci¨®n de esfuerzos que hab¨ªa regido su adaptaci¨®n fue esta vez postergada. En El Madrigal, aunque no marc¨®, Jo?o F¨¦lix lider¨® el juego ofensivo del equipo rojiblanco de principio a fin. El registro de remates, nueve, fue el m¨¢s elevado de todo el curso, en el que apenas promediaba dos disparos (31 en 15 encuentros) hasta ese partido.
Tambi¨¦n fue el encuentro en el que m¨¢s acciones con bal¨®n se le contabilizaron (45). Las conducciones, las veces que se ofreci¨® para recibir y las dos jugadas de gol que arm¨® no concretadas por Koke y Lodi completaron una actuaci¨®n que ha incrementado la sensaci¨®n de que es el jugador m¨¢s capacitado para mejorar el ataque. Es cierto que el contexto del partido, extra?o en el Atl¨¦tico de Simeone, le benefici¨®. Se jug¨® durante muchos tramos a dos porter¨ªas y con muchos espacios.
En el entorno de Jo?o F¨¦lix apuntan a la normalidad cuando se le pregunta c¨®mo digiere este crecimiento de la responsabilidad por las urgencias del equipo. ¡°Solo quiere disfrutar en el campo de su f¨²tbol y ayudar al equipo a alcanzar sus objetivos¡±, aseguran. ¡°Es muy inteligente, sabe escuchar, y cuando ve una cr¨ªtica, intenta corregirla de inmediato¡±, le describe Felipe. El central brasile?o, que lo padeci¨® como rival en el Oporto, tambi¨¦n tiene su visi¨®n particular de cu¨¢l es la posici¨®n en la que puede desplegar mejor su repertorio. ¡°Hablo por m¨ª y me gusta cuando juega bien suelto y fluctuando por izquierda o por la derecha por delante de los centrocampistas. En esa zona conduce, hace un pase o chuta. Quiz¨¢ Jo?o tenga una posici¨®n que le gusta m¨¢s y el Cholo otra, pero es un jugador que nos va a sumar siempre¡±.
La tesitura por la que atraviesan el Atl¨¦tico y Jo?o F¨¦lix es tambi¨¦n una prueba para verificar lo que sus m¨¢s allegados y tambi¨¦n en el Atl¨¦tico mantienen, que es un chaval maduro y con la cabeza preparada para el deporte de alto rendimiento. En el ¨²ltimo entrenamiento previo a este trascendental duelo contra el Lokomotiv, Simeone le hizo entrenarse con un peto de color distinto del resto de sus compa?eros. Un signo de distinci¨®n que su entrenador ya practicaba con Griezmann en algunos ejercicios para se?alar que era el jugador al que todos sus compa?eros deb¨ªan buscar y llevarle la pelota lo antes posible.
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