Los diablos de Cali abandonan el purgatorio
El Am¨¦rica, campe¨®n del f¨²tbol colombiano, supera su paso por la Segunda Divisi¨®n y regresa a la Copa Libertadores, el torneo en el cual hizo ¨¦poca propulsado por el dinero del narcotr¨¢fico
Es noche de f¨²tbol en el barrio de San Fernando. El Am¨¦rica, campe¨®n del f¨²tbol de Colombia, le empata al Deportivo Cali cerca del final del partido y el estadio Pascual Guerrero retumba con el c¨¢ntico ¡°?yo te sigo a todas partes a donde vas!¡±. Un aliento que nunca se extingui¨®, a pesar del largo purgatorio que han atravesado los diablos rojos, una crisis provocada por el mismo dinero del narcotr¨¢fico que antes deton¨® la era dorada del equipo. A pesar de que el cl¨¢sico no se jug¨® durante los cinco a?os en que Am¨¦rica deambul¨® por la Segunda Divisi¨®n ¨Cllamada Primera B en Colombia¨C, los dos clubes de la capital del Valle del Cauca han renovado su a?eja rivalidad.
El cl¨¢sico del s¨¢bado (1-1) fue tambi¨¦n el ¨²ltimo partido antes de que el Am¨¦rica, ¡°la pasi¨®n del pueblo¡±, vuelva a competir, este martes, en la Copa Libertadores, el torneo en el que marc¨® una ¨¦poca. Apodado La Mechita, una expresi¨®n para referirse a un trapo viejo, ha sido tradicionalmente el club de las clases populares ¨Cobreros, cortadores de ca?a de az¨²car, afrodescendientes¨C, mientras Cali el de las ¨¦lites. ¡°La construcci¨®n identitaria de ambos se hizo sobre una l¨®gica muy binaria: ricos y pobres¡±, explica Jaime Londo?o, investigador de la universidad Icesi sumergido en el mundo de las barras. ¡°El hincha americano es muy fervoroso, y vive en La Caldera¡±, a?ade en alusi¨®n al Pascual.
¡°Cali es festiva, es salsa, m¨²sica, alegr¨ªa, fiesta¡ Y cuando gana el Am¨¦rica, lo es en su m¨¢ximo esplendor¡±, lo complementa Alejandra L¨®pez, autora del libro ?Y dale, rojo, dale!, una cr¨®nica del sufrido regreso a la Primera Divisi¨®n que no reh¨²ye la espinosa historia de las fortunas il¨ªcitas que permearon al club de sus amores. El descenso, apunta, fue una manera de expiar sus pecados.
El f¨²tbol colombiano ha estado marcado por los capos de la droga. Al igual que Medell¨ªn, Cali sufri¨® a finales del siglo pasado el estigma del narcotr¨¢fico. Gilberto y Miguel Rodr¨ªguez Orejuela, los hermanos que dirigieron el cartel de Cali, se hicieron con el control del Am¨¦rica en 1979, una sombra que se alarg¨® por d¨¦cadas. El Am¨¦rica, asediado por supuestas maldiciones, no hab¨ªa levantado un t¨ªtulo en su primer medio siglo, pero ese a?o lleg¨® la primera estrella, pre¨¢mbulo de cinco campeonatos consecutivos (1982-1986) bajo el mando del t¨¦cnico Gabriel Ochoa Uribe.
Esos dineros calientes, como reza el eufemismo colombiano, permitieron contrataciones estelares. Primero, los internacionales paraguayos Juan Manuel Battaglia y Gerardo Gonz¨¢lez Aquino. Despu¨¦s, el arquero argentino Julio C¨¦sar Falcioni, su compatriota Ricardo Gareca y el paraguayo Roberto Caba?as, con sus goles acrob¨¢ticos. A ellos se sumaron cracks locales como Willington Ortiz o Alex Escobar, el pibe del barrio obrero.
Con n¨®minas deslumbrantes, el Am¨¦rica domin¨® la Libertadores durante los ochenta, aunque el infortunio le impidi¨® levantar la copa a pesar de esa chequera inagotable. Cay¨® en tres finales consecutivas, la de 1985 contra Argentinos Juniors, la de un a?o despu¨¦s ante River Plate y, en la m¨¢s desoladora de las derrotas: la de 1987 frente a Pe?arol. En esa ocasi¨®n, la ciudad se qued¨® sin luz mientras la gente celebraba un t¨ªtulo que se esfum¨® con un gol uruguayo en el ¨²ltimo suspiro. La d¨¦cada concluy¨® con el asesinato en Medell¨ªn del ¨¢rbitro ?lvaro Ortega y la suspensi¨®n del campeonato.
El diablo satanizado
En los noventa, merm¨® la llegada de astros extranjeros, arreci¨® la guerra del Estado contra los carteles y los hermanos Rodr¨ªguez fueron capturados para despu¨¦s ser extraditados a Estados Unidos. Sin embargo, el equipo sigui¨® sumando t¨ªtulos locales y participaciones en Libertadores. Incluso perdi¨® otra final ante River Plate, en 1996. Ese a?o fue incluido en la temida Lista Clinton, que la Casa Blanca elabora para sancionar a empresas relacionadas con el narcotr¨¢fico.
No era ning¨²n secreto. Anthony El pitufo de ?vila, un ¨ªdolo americano, lleg¨® a dedicar un gol clave con la selecci¨®n colombiana en las eliminatorias a Francia 98 a ¡°unas personas que est¨¢n privadas de la libertad¡Gilberto y Miguel¡±. Varios equipos colombianos estuvieron manchados, pero Am¨¦rica, sin la posibilidad de patrocinios ni cuentas bancarias, fue el que pag¨® el precio m¨¢s alto. La crisis se hizo inocultable en 2011 con el descenso al infierno de la segunda categor¨ªa.
¡°En esos cinco a?os en la B, se devolvi¨® el cassette a la ¨¦poca en que Am¨¦rica era La Mechita y no ganaba nada. La gente lo acompa?aba por esas ans¨ªas, ese deseo de recuperar el pedestal que perdi¨®¡±, explica C¨¦sar Polan¨ªa, editor de deportes de El Pa¨ªs de Cali, el diario local. As¨ª como en los 80 pase¨® su f¨²tbol por el continente, en Segunda elev¨® el perfil de la competencia al arrastrar multitudes a los estadios de peque?as poblaciones. Acumul¨® una deuda cercana a nueve millones de d¨®lares y estuvo cerca de desaparecer. ¡°Hoy el equipo est¨¢ tratando de recuperar esa grandeza limpiamente¡±, valora.
¡°Lo ¨²nico bueno que pudo haber tra¨ªdo alguna vez el narcotr¨¢fico a esta ciudad es que los Rodr¨ªguez tuviesen al Am¨¦rica, y que Cali tuviese a Falcioni, a Gareca, a Battaglia, a Caba?as jugando f¨²tbol en el Pascual¡±, dice Jorge Iv¨¢n Ospina, el alcalde de Cali. Mientras permaneciera en la lista Clinton, ¡°era mucho m¨¢s f¨¢cil que el equipo fuese manejado de manera informal por lo ilegal, por testaferros, piratas y delincuentes¡±, explica a EL PA?S en su despacho, el mismo que ya hab¨ªa ocupado entre 2008 y 2011. En esa primera alcald¨ªa promovi¨® el resurgir del Am¨¦rica desde la legalidad, y se reuni¨® con todo tipo de autoridades estadounidenses para explicarles la fuerza y el arraigo del equipo. La Libertadores, sostiene, es un ¡°anhelo colectivo¡±.
Am¨¦rica sali¨® del listado en 2013 y regresaron los patrocinios. En el ocaso de su carrera, el argentino Ernesto Far¨ªas fue uno de los h¨¦roes del ascenso de 2016 al marcar en el partido decisivo contra Quindio (2-1). Entre posters de estrellas de la salsa, un popular cartel en honor del Tecla, acompa?ado del lema ¡°La resurrecci¨®n¡±, ocupa un lugar en La Linterna, la legendaria imprenta de la ciudad.
El diablo est¨¢ de regreso. Con un f¨²tbol pr¨¢ctico y los goles de Michael Rangel, el equipo del t¨¦cnico brasile?o Alexandre Guimar?es celebr¨® en diciembre su decimocuarta Liga. Fue una temporada redonda porque el equipo femenino tambi¨¦n hab¨ªa conquistado el torneo local. ¡°Despu¨¦s de cinco a?os de espera en la B, nada es demasiado pronto¡±, dice Tulio G¨®mez, un empresario de los supermercados que se convirti¨® en el m¨¢ximo accionista del club. ¡°Hemos saneado mucho, pero nos falta todav¨ªa¡±, apunta sobre las finanzas.
Am¨¦rica de Cali, sediento de t¨ªtulos, regresa a su adorada Copa Libertadores, donde comparte grupo con los brasile?os Gremio e Internacional y Universidad Cat¨®lica de Chile. Su gran fichaje fue el emotivo regreso de Adri¨¢n Ramos, el veterano delantero que fue campe¨®n en 2008 antes de jugar una d¨¦cada en Hertha Berl¨ªn, Borussia Dortmund y Granada. Los hinchas est¨¢n de nuevo volcados a la esquiva gloria continental y, cuando enfrente el martes a Gremio, se propone demostrar que el estadio Pascual sigue siendo La Caldera del diablo.
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