Crivill¨¦: ¡°Nadie era tan duro como Doohan¡±
Cuando el espa?ol lleg¨® a Honda en 1994 qued¨® fascinado por el carisma de su compa?ero y su estilo de pilotaje, aunque luego se enemistaron
Cuenta ?lex Crivill¨¦ que cuando Mick Doohan acababa una sesi¨®n de entrenamientos con el mejor tiempo, o sea, muchas veces, el australiano esperaba a los periodistas en su box y sacaba pecho: ¡°Le gustaba quitarse la parte de arriba del mono delante de la prensa y ense?ar m¨²sculo¡±. Crivill¨¦ (Seva, Barcelona; 50 a?os) gan¨® el t¨ªtulo de 125cc en 1989, y 10 a?os despu¨¦s se convirti¨® en el primer campe¨®n espa?ol de 500cc. Fue tambi¨¦n compa?ero de equipo del implacable Doohan, cuyas rutinas y ¨¦tica del trabajo asimil¨® para convertirse en mejor piloto. ¡°No hab¨ªa nadie tan duro como ¨¦l¡±, r¨ªe.
¡°Me impact¨® tenerlo como compa?ero y me impresion¨® el estilo de pilotaje que ten¨ªa¡±, recuerda. En el a?o 1994, cuando Doohan empez¨® a monopolizar la categor¨ªa, Crivill¨¦, 24 a?os, acababa de aterrizar en el equipo Repsol Honda. En el zurr¨®n, una victoria (Assen, 1992) y muchas ganas. ¡°Yo estaba all¨ª, intentando aprender. ?Y lo ten¨ªa como compa?ero!¡±. Alucinaba: ¡°Me peleaba codo con codo con los pilotos americanos y australianos, que siempre me pasaban. Y mi compa?ero de equipo era el que marcaba la pauta. Lo hac¨ªa con un estilo totalmente at¨ªpico, distinto. Era un antim¨¢rquez: si Marc, hoy, carga todo el peso de su cuerpo hacia la curva, Mick iba totalmente al rev¨¦s, la rodilla buscando en asfalto, pero el cuerpo metido hacia dentro¡±.
Con su peculiar estilo, Doohan se erigi¨® en el l¨ªder de 500cc. Y empez¨® a ganar Mundiales. Aquel 1994 logr¨® el primero de sus cinco t¨ªtulos consecutivos. ¡°Lo ten¨ªamos como referencia¡±, cuenta Crivill¨¦, que asume el impacto que tuvo en su pilotaje y en su evoluci¨®n como deportista. En primer lugar, por c¨®mo era capaz de ir r¨¢pido con esas maneras tan curiosas de llevar la Honda: ¡°El estilo de Doohan era at¨ªpico. Hab¨ªa otros pilotos distintos, como Jean Philippe Ruggia (Yamaha), que acercaba el codo a tierra; y se le criticaba porque entonces aquello no era normal, no estaba bien. Nosotros nos fij¨¢bamos en un estilo m¨¢s sencillo, menos extremo, como el de Wayne Rainey (Yamaha). Y nos pregunt¨¢bamos c¨®mo pod¨ªa Doohan hacer aquello¡±.
Gracias al ejemplo del australiano, Crivill¨¦ empez¨® tambi¨¦n a valorar el impacto de la preparaci¨®n f¨ªsica en los resultados. Mick no descansaba ni los domingos. As¨ª que empez¨® a entrenar la fuerza y tambi¨¦n a practicar dirt-track en la pista de tierra del circuito de Montmel¨®, donde aprendi¨® a derrapar con Kenny Roberts.
Aquel final de Jerez
Eran los inicios de su relaci¨®n y Doohan era el n¨²mero uno en Honda. ¡°Todo el equipo giraba en torno a ¨¦l. ?l decid¨ªa. As¨ª que hac¨ªamos la pretemporada en Australia, entre los circuitos de Eastern Creek, en Sidney, y Phillip Island, en Melbourne. Yo no volv¨ªa a Espa?a. Y Mick me dio llaves de su casa en Gold Coast. ?bamos al gimnasio juntos y hasta d¨¢bamos alg¨²n paseo en su barquita por el canal que tiene delante de casa. Ten¨ªamos una relaci¨®n muy aut¨¦ntica¡±, rememora. ¡°Todo eso fue, claro, mientras yo rodaba a cinco o seis d¨¦cimas de distancia¡±, puntualiza. Entre el 95 y el 96 esa amistad se fue al garete.
¡°Empec¨¦ a mejorar mi pilotaje, a acercarme a sus tiempos. Y¡ t¨² a la tuya y yo a la m¨ªa; ya no te ayudo m¨¢s, debi¨® de pensar. No ten¨ªamos un panel para separar los dos lados del box, como Rossi y Lorenzo, pero como si lo tuvi¨¦ramos¡±, recuerda ?lex, que todav¨ªa revisa con amargura la carrera de Jerez de 1996. La de la invasi¨®n de pista, la que perdi¨® tras un magn¨ªfico vuelta a vuelta y un fatal ¨²ltimo giro que le dej¨® tirado en la grava mientras Doohan cruzaba la meta en primera posici¨®n. ¡°Ah¨ª empez¨® el mal rollo¡±.
El remate tuvo lugar en Eastern Creek, durante el ¨²ltimo gran premio del mismo a?o. Crivill¨¦ lleg¨® a aquel domingo con la pole en el bolsillo y el convencimiento de que ten¨ªa que ganar. Pero el final fue tan apretado como el de Jerez. ¡°Hasta que a dos curvas del final ¨¦l par¨® mucho la moto: yo ven¨ªa pasado y no pude evitar hacer un strike¡±. Crivill¨¦ se meti¨® r¨¢pido en el box. El equipo tuvo que bajar la persiana. ¡°La afici¨®n me quer¨ªa matar. Hab¨ªa tirado a su ¨ªdolo. Hubo momentos de mucha tensi¨®n, los japoneses estaban muy nerviosos. Incluso alg¨²n mec¨¢nico amenaz¨® con romperme la cabeza herramienta en mano. Al final, no nos hicimos da?o¡±.
Hoy se r¨ªe al contarlo. Retirado Doohan, retirado ¨¦l, ya solo quedan las an¨¦cdotas. Y las carreras. Porque ellos tienen ahora una relaci¨®n muy cordial. ¡°De amistad¡±, asegura Crivill¨¦.
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