Un Granada diferente

A veces, ser hincha del equipo de f¨²tbol de tu ciudad tiene mucho m¨¦rito y algo de inexplicable. Sobre todo si la infancia o la adolescencia -etapas en las que se establecen la mayor¨ªa de afinidades deportivas y en las que el ¨¦xito suele influir mucho en la elecci¨®n- coincide con un periodo en el que el club vive alejado de las categor¨ªas punteras.

Pero incluso en las ¨¦pocas m¨¢s bajas, los a?os de gloria del pasado pueden ayudar a construir un relato en torno al escudo e incrementar su masa social. Ahora, con Internet y toda la hemeroteca a disposici¨®n, es relativamente sencillo mostrar el legado m¨¢s o menos glorioso de una entidad. En los a?os 80 era bastante m¨¢s complicado.

A Jos¨¦ Manuel Quesada Jim¨¦nez tuvo que caerle encima un calendario de la temporada 74-75 para cerciorarse de que su Granada Club de F¨²tbol hab¨ªa competido en la Primera Divisi¨®n. Tal vez porque forj¨® su sentimiento en los a?os m¨¢s complicados de la entidad, en Los antih¨¦roes del Granada C.F (Aliar), Quesada selecciona 24 historias de otros tantos futbolistas que forman parte de la historia del club por diferentes motivos. Principalmente el escaso rendimiento que ofrecieron o su complicada personalidad.

El guardameta uruguayo Ladislao Mazurkiewicz lleg¨® a la ciudad tras disputar tres Mundiales y jug¨® ¨²nicamente dos partidos en las dos temporadas en las que estuvo en Granada. Los mismos encuentros que disput¨® Severiano Ur¨ªa, fichaje estrella de la temporada del 42, que en su debut sufri¨® un ataque de nervios y, en lugar de jugar, deambul¨® por el campo pateando sin sentido el bal¨®n cada vez que le llegaba. De Lalo Maradona se dec¨ªa que era ¡°el mejor de los tres hermanos¡±. Su aportaci¨®n deportiva fue poco destacable, pero permiti¨® la celebraci¨®n de un partido hist¨®rico frente al Malmoe sueco en el que Diego Armando visti¨® la camiseta nazar¨ª, anot¨® un gol y dej¨® una gran recaudaci¨®n de taquilla. Jug¨® con el n¨²mero nueve y fue capit¨¢n.