Caruana crea y lucha, pero no gana
El ruso Niep¨®mniachi neutraliza una idea innovadora del estadounidense, que sufre para empatar
El ajedrez del siglo XXI se parece cada vez menos al del XX, por la enorme influencia de las computadoras. Un ejemplo di¨¢fano de ello es la partida que Fabiano Caruana e Ian Niep¨®mniachi han empatado tras m¨¢s de cinco horas de lucha en la 4? ronda del Torneo de Candidatos que ocho ajedrecistas disputan en Yekaterimburgo (Rusia). Las otras tres tambi¨¦n son peleas interesantes que terminaron en tablas.
El campe¨®n del mundo, el noruego Magnus Carlsen, fue el primero que aplic¨® en el juego entre humanos las revolucionarias ideas descubiertas por uno de los mayores logros de la inteligencia artificial, Alpha Zero, cuya tecnolog¨ªa se utiliza actualmente en la investigaci¨®n del coronavirus. AlphaZero vapule¨® en 2018 a Stockfish, el mejor programa de ajedrez hasta ese momento, con sacrificios de peones -e incluso piezas- a largo plazo, a cambio de conceptos tan et¨¦reos como dinamismo, actividad o iniciativa. La calidad del juego de Carlsen y sus resultados han mejorado ostensiblemente con ese cambio.
Y Caruana ha hecho hoy lo mismo. Una de las reglas estrat¨¦gicas del ajedrez que todos los ni?os aprend¨ªan hasta hace poco es que no se debe atacar en un flanco si el centro no est¨¢ bloqueado o, al menos, muy estable. Y otra, consecuente con la anterior: lo mejor frente a un ataque de flanco es el contraataque central. El estadounidense ha puesto en pr¨¢ctica hoy otra hip¨®tesis: si tu centro es muy s¨®lido y dif¨ªcil de romper, aunque sea m¨®vil, puedes atacar por las alas.
Los ajedrecistas de silicio, que calculan millones de jugadas por segundo, bendicen esa idea del subcampe¨®n del mundo. Pero la precisi¨®n de los ajedrecistas inhumanos est¨¢ a a?os luz de los de carne y hueso, y Caruana no fue capaz de realizar tantas jugadas exactas para mantener su ventaja. Al mismo tiempo, Niep¨®mniachi exhibi¨® otro de los grandes cambios del ajedrez en el siglo XXI, debido al entrenamiento intensivo con computadoras: la tremenda mejora de la t¨¦cnica defensiva. De modo que Caruana no solo fracas¨® en su intento de poner al ruso contra las cuerdas, sino que adem¨¢s qued¨® un poco peor tras el primer control de tiempo (40 movimientos).
En ese momento, la retransmisi¨®n en directo por internet ofreci¨® un plano que habr¨¢ dejado estupefactos a los espectadores no expertos: Niep¨®mniachi recost¨® su cabeza sobre su brazo derecho, apoyado en la mesa, como si fuera a echar una siesta; y as¨ª se qued¨® durante un buen rato. En realidad, esa imagen se ve con cierta frecuencia en los torneos profesionales: el jugador necesita desviar la vista de la posici¨®n que tiene ante sus ojos, que de hecho le molesta, porque la que necesita calcular y evaluar con exactitud no es ¨¦sa, sino la que puede producirse dentro de varios movimientos; por eso cierra los ojos, con el fin de que la concentraci¨®n sea mayor.
Pero ni siquiera as¨ª pudo el ruso hallar un camino a la victoria -no lo hab¨ªa-, y el cuarto empate de la cuarta jornada se firm¨® al filo de la quinta hora. Los otros tres: el ruso Alex¨¢nder Grischuk, con negras, se apur¨® much¨ªsimo de tiempo una vez m¨¢s, pero logr¨® salir vivo frente al franc¨¦s Maxime Vachier-Lagrave; el holand¨¦s Anish Giri supo neutralizar la iniciativa del chino Liren Ding con una idea similar a la de Caruana. Y el otro chino, Hao Wang, apret¨® mucho con blancas al tercer ruso, K¨ªril Alexeyenko, quien sin embargo supo zafarse en la cuarta hora, no sin apuros.
El coronavirus sigue sobrevolando el torneo de diversas maneras. Las autoridades invitadas para hacer el saque de honor se lavan las manos delante de los jugadores con soluciones alcoh¨®licas antes de agarrar el pe¨®n del primer movimiento. Y las estrellas del ajedrez se encuentran inc¨®modas en su confinamiento. ¡°Es verdad que nuestra vida normal en un torneo no difiere mucho de la que hacemos aqu¨ª. Pero la importante diferencia es que, ahora, si en alg¨²n momento nos apetece salir a la calle, nos lo tenemos que pensar dos veces porque tiene sus riesgos¡±, explic¨® P¨¦ter Sv¨ªdler, octacampe¨®n de Rusia, analista de Alexeyenko. Y Giri fue a¨²n m¨¢s gr¨¢fico: ¡°Normalmente invierto las horas libres de un torneo en seguir la pol¨ªtica o algunos programas de televisi¨®n. Pero es que ahora solo hay coronavirus en todas partes, y no es muy estimulante precisamente. De modo que invierto m¨¢s tiempo en preparar y analizar partidas, para evadirme¡±.
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