Bajonazo al Madrid
La Real sella un empate en Valdebebas tras un duelo marcado por las discutibles decisiones de los dos t¨¦cnicos y el Real llegar¨¢ al derbi del domingo a cinco puntos del Atl¨¦tico
Un Madrid que iba de carrerilla a por el derbi del pr¨®ximo domingo en el Metropolitano se vio cegado por la Real, que tampoco brind¨® como debiera. Mucho tuvieron que ver los entrenadores. Mandaba el Real cuando Casemiro se empotr¨® entre los centrales y dio vuelo al adversario durante veinte minutos del segundo tiempo (0-1). Mandaba la Real cuando su t¨¦cnico orden¨® la marcha atr¨¢s (1-1). No fue el d¨ªa de la pizarra y tan corto se qued¨® el Madrid como su rival.
Nada vertebra mejor a la Real, equipo de enorme potencial, que su ataque. Es su dicha. Hasta que Zidane orden¨® el revuelo defensivo con Casemiro, no lo fue en Valdebebas, donde el equipo donostiarra se qued¨® chato hasta entonces. Tuvo observatorio Silva, pero no tacto. Tuvo panor¨¢mica Oyarzabal, reiterativo en las p¨¦rdidas, dale que dale, una tras otra. Apagado el efervescente Portu, un goteo de Isak y nada m¨¢s. Sin bienaventuranzas ofensivas, la Real se ci?¨® al cat¨¢logo defensivo. En ocasiones, demasiado defensivo, con el conjunto de Imanol m¨¢s enchironado de lo conveniente.
Lo percibi¨® el Madrid, con gente enciclop¨¦dica para detectar las debilidades ajenas. Casemiro y Modric atizaron a los visitantes con disparos m¨¢s all¨¢ de la frontera del ¨¢rea. Tanto se encapsulaba la Real que hab¨ªa paisaje para armar el tiro. Tambi¨¦n remaba Lucas, al que Oyarzabal rastreaba con la mirada, sin tonelaje. Una aventura del lateral gallego deriv¨® en un cabezazo de Mariano que rebot¨® en el cogote de Gorosabel antes de ser escupido por el larguero. Al rechace acudi¨® Asensio, frustrado por Le Normand, que hizo de barricada.
Apretaba el Real, m¨¢s huesudo. Y no hab¨ªa flechazos de la Real, pulcra con el protocolario Guevara para arrimarse a sus distinguidos atacantes, pero sin hilo de ¨¦stos, recusados por la zaga local. Con superioridad num¨¦rica en el medio campo, y con el Madrid algo quebrado en el eje, los de Imanol ten¨ªan horizontes. Pero nada. Ni un tirito contra Courtois en todo el primer acto. Asalto a asalto, cada madridista se impon¨ªa a su oponente. Otro diente. Sin alardes, pero con firmeza, el grupo de Zidane tuvo la gobernanza todo el primer periodo, por m¨¢s que apenas hubiera migas de Mariano. La trama era asunto de los cl¨¢sicos, Kroos, Casemiro y Modric. Y algunas huellas de Isco.
El segundo tiempo se abri¨® con otra perspectiva. La Real ya tuvo otro colmillo, otro enchufe. Advirti¨® que Casemiro, vaya usted a saber la causa, reculaba entre los centrales, lo que dejaba a la intemperie a Kroos y Modric y estiraba m¨¢s de la cuenta las filas blancas. Daba pista el Madrid y la Real ya no chapoteaba. Otra decisi¨®n. Otra jerarqu¨ªa. Casi anot¨® de chilena Monreal justo antes de que el lateral enroscara la pelota en la cabeza del m¨¢s bajito de la contienda. Lo mismo dio. Mendy, sin cadena, lleg¨® con retraso y Portu caz¨® un cabezazo tan complejo como estupendo. Desatado ya el equipo visitante, a Isak le falt¨® un me?ique para alcanzar un servicio de Portu. Ido el Madrid, intervino Zidane. Ya es costumbre.
Por tercer partido consecutivo mand¨® al garete al tr¨ªo atacante y repesc¨® a Vinicius, el reaparecido Rodrygo y Hugo Duro. Para entonces, el encuentro ya no lo articulaban Kroos y Modric. El choque iba a pies de Silva, a pies del cl¨ªnico Guevara. El Madrid ya solo estaba dispuesto a los toques de corneta. Con m¨¢s remangue que f¨²tbol, a la b¨²squeda de alguna descarga de su mejor delantero de estos d¨ªas: Casemiro, tipo que deforesta el ¨¢rea cuando entra en combusti¨®n. Un par de cabezazos se le fueron por una cuarta.
A Zidane le respondi¨® Imanol con un rearme de la retaguardia con tres centrales. Bater¨ªas frente a un Madrid cada vez m¨¢s forzado, cada vez m¨¢s limitado a las cargas de cualquier manera sobre el rancho de Remiro. Mala decisi¨®n la del t¨¦cnico realista, que prefiri¨® abocar a los suyos a la trinchera antes que dar la puntilla. En Madrid los partidos son largos, muy largos. Vinicius se lo hizo pagar con un gol muy a lo Vinicius, un remate de direcci¨®n confusa desviado por Zubeldia. Quedaba un parpadeo y nadie se fue satisfecho de Valdebebas. Contar¨¢ la Real que un punto ante el Madrid no es mal bot¨ªn. Pudo aspirar a mucho m¨¢s. Contar¨¢ el Real que, al menos, rescat¨® un punto -llegar¨¢ al derbi a cinco del Atl¨¦tico y con un partido m¨¢s-. Debi¨® aspirar a mucho m¨¢s. Pero no fue la noche de los pizarreros.
26 remates blancos a los palos este curso
Primero Mariano, luego Asensio y a continuaci¨®n Varane. En un suspiro, los tres jugadores del Madrid se estrellaron contra los palos de la porter¨ªa de la Real Sociedad.
Engord¨® as¨ª la estad¨ªstica que sit¨²a a los blancos como el conjunto que m¨¢s ha visto frenadas sus aspiraciones de gol por las astillas. Hasta 16 remates a los palos acumula el grupo de Zidane en la Liga en este curso, por los 12 del Atl¨¦tico y los 10 del Barcelona, Celta, Eibar y Villarreal.
En las grandes ligas, el registro lo igualan el Milan y el West Ham, y solo lo superan dos equipos, curiosamente los dos franceses, el PSG y el Olympique de Lyon, ambos con 19.
La racha blanca no es solo cuesti¨®n de la competici¨®n liguera.
En otras 10 ocasiones ha sonado el bal¨®n contra la madera del portero rival: siete en la Champions, dos en la Supercopa de Espa?a y una en la Copa del Rey. En total, 26 remates del Madrid a los palos en lo que va de temporada.
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