Toni Kroos: la gran mentira del Real Madrid
Si el destino del mundo dependiera de los pies y la sangre fr¨ªa de un mortal, el alem¨¢n deber¨ªa encabezar la terna de los elegidos junto a Marc-Andr¨¦ Ter Stegen

Hay fechas que es mejor no recordar y la del fichaje de Toni Kroos por el Real Madrid bien podr¨ªa ser una de ellas. Unos meses antes, por cierto, el equipo blanco ya hab¨ªa incorporado a Luka Modric, otra efem¨¦ride a desterrar de la memoria afectiva si uno no quiere terminar tirando paredes con alg¨²n Napole¨®n en el patio de un psiqui¨¢trico. Alguien dentro del club ¨Ca quien est¨¢n tardando en hacer un monumento, sea quien fuere¨C decidi¨® que ya estaba bien de armarse con Khediras y Diarras para las batallas futuras, que la pelota era algo m¨¢s que un arma arrojadiza y que el f¨²tbol moderno, como pregonaba El Que No Debe Ser Nombrado, era negocio de centrocampistas.
¡°A los alemanes no les quema ni la sal en los ojos¡±, suele decir un chapista amigo m¨ªo que se dedica a revender coches de importaci¨®n. Sabe de lo que habla, aunque su afirmaci¨®n nada tenga que ver con el f¨²tbol: simplemente, le va el negocio en ello. De los coches alemanes de segunda mano se alaba la mec¨¢nica al tiempo que se desconf¨ªa de la carrocer¨ªa, principalmente por aquello de los duros inviernos, la necesidad de mantener abiertas las carreteras y el exceso de cloruro s¨®dico. ¡°Todo mentira¡±, me asegura cada vez que le saco el tema. Y entonces pienso en Toni Kroos, a quien el Bayern M¨²nich vendi¨® a precio de saldo por considerarlo reemplazable ¨Cy casi por encima del cad¨¢ver de su entrenador¨C para reforzar a un rival directo en las justas anuales por la corona europea: menudo negocio, Karl-Heinz Rummenigge.
Si el destino del mundo dependiera de los pies y la sangre fr¨ªa de un mortal, Toni Kroos deber¨ªa encabezar la terna de los elegidos junto a Marc-Andr¨¦ Ter Stegen, otro made in Germany con el temple por castigo. La leyenda cuenta que pudieron compartir vestuario en Barcelona, pero uno nunca sabe cu¨¢nto hay de verdad en ciertos rumores. Y quiz¨¢s sea mejor as¨ª. Para el aficionado cul¨¦ supondr¨ªa la constataci¨®n definitiva de que, al menos durante algunos a?os, la secretar¨ªa t¨¦cnica del gran rival practic¨® una suerte de cruyffismo heterodoxo para rodear a Cristiano Ronaldo de los mejores socios posibles, justo lo contrario de lo que sucedi¨® con Leo Messi en las oficinas del Camp Nou. Convencidos de que el mejor centrocampista del mundo era ¨¦l, al argentino lo complementaban cada verano con una serie de h¨ªbridos todav¨ªa por catalogar, probablemente futbolistas, aunque tampoco conozco a nadie que ponga la mano en el fuego por ello.
Mucho se habla estos d¨ªas de solidez defensiva y mentalidad ganadora cuando la realidad es mucho m¨¢s sencilla: en cuanto el Madrid se enfrenta con un equipo que le puede hacer da?o a trav¨¦s del bal¨®n, llega Toni Kroos y se lo esconde, se lo quita, se lo niega. No solo ¨¦l, claro est¨¢, pero sobre todo ¨¦l: la gran mentira de que el madridismo solo disfruta del v¨¦rtigo, del toque a rebato y la carrera infinita, qued¨® desarticulada hace tiempo, apenas un argumentario pol¨ªtico con fecha de caducidad para tiempos de guerra. Y, miren, no pasa nada por reconocerlo. Piensen que m¨¢s duro es, para las aficiones rivales, seguir manteniendo que el Madrid no juega a nada cada vez que Toni Kroos imanta un partido como si quisiera grabarnos una fecha concreta en la frente.
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