FC United of Manchester, la ant¨ªtesis de los Glazer
Parte de la oposici¨®n a los due?os se debe a la creencia de que el club deber¨ªa estar gestionado por los socios
El FC United of Manchester es la ant¨ªtesis de los Glazer. O al menos para eso se cre¨® en 2005, como respuesta de miles de hinchas del Manchester United FC al desembarco en Old Trafford de esa familia de empresarios estadounidenses especializados en ganar dinero a costa del deporte. Los estatutos del FC United establecen, entre otros principios fundacionales, que el consejo de direcci¨®n ha de ser elegido democr¨¢ticamente por todos sus miembros; que las decisiones se han de tomar de acuerdo con el principio de cada miembro, un voto; que los precios de las entradas han de ser asequibles; y que el club es una entidad sin af¨¢n de lucro que no ha de caer en el mercantilismo (los patrocinadores no est¨¢n prohibidos, pero no puede haber publicidad en la camiseta). Es decir, lo contrario que el Manchester United FC de los Glazer.
Este modesto proyecto alternativo tiene m¨¢s de 5.000 socios (que pagan menos de 20 euros al a?o). Tras cuatro ascensos y un descenso, juega en la primera divisi¨®n de la Northern Premier League (s¨¦ptimo nivel del f¨²tbol ingl¨¦s) y, desde mayo de 2015, disfruta de un estadio nuevo con cuatro tribunas cubiertas y una capacidad para 4.400 espectadores, Broadhurst Park, construido en Moston, al noreste de M¨¢nchester, con un coste de 6,3 millones de libras (7,2 millones de euros). Antes del coronavirus, estaba entre los estadios con mejores porcentajes de ocupaci¨®n del f¨²tbol regional.
Es muy probable que una muy buena porci¨®n de los seguidores del United que tomaron Old Trafford el fin de semana pasado en protesta contra los Glazer y la Superliga fueran socios del FC United of Manchester, aunque su propia existencia genera divisi¨®n de opiniones entre los hinchas del United de toda la vida. Dos vacas sagradas del club se han manifestado en sentidos opuestos: sir Alex Ferguson (en contra) y Eric Cantona (a favor).
Parte de la oposici¨®n a los Glazer se debe a una genuina creencia de que el club deber¨ªa estar gestionado por sus socios y que los beneficios deben reinvertirse en mejorar la plantilla y las instalaciones. Pero tambi¨¦n ha influido la forma en que los Glazer entraron y lo que han hecho desde su llegada. En 2003 empezaron a comprar peque?os paquetes de acciones. En 2004 aceleraron su penetraci¨®n y en mayo de 2005 ten¨ªan ya una mayor¨ªa que les oblig¨® legalmente a presentar una oferta p¨²blica de adquisici¨®n de acciones que dej¨® en sus manos el 98% del capital.
El problema es que los Glazer traspasaron al club la deuda de 525 millones de libras (600 millones de euros) con la que lo hab¨ªan comprado y fueron elevando esa deuda (alcanz¨® los 825 millones de euros en 2010). La ley que permite ese tipo de endeudamientos tiene como objetivo asegurar el acceso de una empresa joven al capital, pero no (aunque es legal) que los accionistas le endosen a una empresa madura el coste de su propia deuda.
Al mismo tiempo, los Glazer fueron embols¨¢ndose dinero. Un estudio del diario The Guardian en 2018 conclu¨ªa que la llegada de los Glazer le ha costado al Manchester United 1.000 millones de libras (1.150 millones de euros) en intereses, costes, gastos en remuneraciones y dividendos.
La virulencia de las protestas contra los Glazer desde el l¨ªo de la Superliga parece haber colocado a los propietarios del United ante tres opciones completamente distintas. Una, ignorar pura y simplemente los deseos de los seguidores. Otra, vender sus acciones. La tercera, invertir en jugadores e instalaciones para revalorizar el club y dejar sin argumentos a quienes les hacen responsables de la sequ¨ªa de t¨ªtulos que sufre el United, que no gana la Premier desde 2013, la Champions desde 2008 y solo una copa de Inglaterra (2016) desde la que gan¨® en 2004. La Liga Europa de 2017 fue m¨¢s consuelo para Jos¨¦ Mourinho que para los hinchas del Manchester United FC¡
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