?Cree el Bar?a en Koeman?
Si el entrenador sigue pero el club no tiene confianza en su trabajo, ser¨ªa empezar con el pie cambiado
Ya ven ustedes, tras semanas, meses, viajes y partidos, al Bar?a se le va escapando la Liga entre los dedos en esos partidos que muchas veces se dan por hechos y ganados. Ese partido contra el Granada despu¨¦s de la euforia de una Copa del Rey celebrada pasando por encima del Athletic Club en la segunda mitad de aquella final en Sevilla... Es m¨¢s, si repasamos el viaje del FC Barcelona en la Copa veremos que ha vivido en el alambre en eliminatorias ganadas en la pr¨®rroga (Cornell¨¤, Granada y Sevilla) y si atendi¨¦ramos a esta estad¨ªstica pensar¨ªamos en un equipo de largo aliento, un equipo que se resist¨ªa a perder, con el orgullo suficiente para ir a buscar la victoria en el ¨²ltimo cent¨ªmetro de la competici¨®n, como esos ciclistas que ganan por un tubular en su ¨²ltimo golpe de ri?ones para impulsar su bicicleta en busca de la victoria.
Y ese mismo equipo, ese mismo colectivo, ese mismo entrenador, han transmutado en esta parte final de la Liga para convertirse en un equipo d¨¦bil, fatigado y, sobre todo, vac¨ªo de confianza, al que cada vez los rivales le han ido a buscar a su ¨¢rea, ya con el resultado desfavorable, para jugar uno contra uno por todo el campo, al m¨¢s puro estilo de Bielsa. Y si utilizamos los t¨®picos futboleros habremos de convenir que uno por uno, jugador por jugador, la plantilla del Bar?a deber¨ªa ganar a las del Granada o Levante. Pero la cuesti¨®n m¨¢s sorprendente es que al Bar?a le han faltado las soluciones colectivas, las de equipo, esas que deber¨ªan propiciar la creaci¨®n de espacios para poder superar esa presi¨®n individual.
Y ese equipo orgulloso, indomable y determinado de la Copa se ha diluido en segundas partes d¨¦biles, livianas y llenas de impotencia.
Ahora que ya la Liga se ve lejana e imposible (atenci¨®n que visto c¨®mo va esto hasta lo m¨¢s imposible podr¨ªa suceder), empiezan las especulaciones sobre el futuro, la temporada que viene, las nuevas ilusiones, las nuevas expectativas, los nuevos horizontes, como si por mirar al futuro pudi¨¦ramos escapar del presente.
Las especulaciones se inician en el entrenador con esa sensaci¨®n de que Koeman ha llevado al equipo m¨¢s lejos de lo que se esperaba en el mes de noviembre, t¨ªtulo de Copa incluido, pero no tan lejos como las expectativas reformuladas a finales de abril. Como Laporta no se ha pronunciado sobre su futuro ¡ªest¨¢ en su derecho en la reflexi¨®n sobre los elementos sobre los que quiere construir su proyecto y su Bar?a¡ª, las especulaciones sobrevuelan el Camp Nou aun sabiendo que los tiempos no son muy boyantes en nombres sugerentes ni en equipos que se hayan destacado por su brillantez en el juego para que sus entrenadores se puedan postular para ese puesto maravilloso y asfixiante que es el banquillo del Bar?a. Ser¨ªa bueno que si Ronald se queda ¡ªha hecho m¨¦ritos para opositar el primero a esa plaza¡ª, sea porque el club cree en ¨¦l y en su trabajo. Lo contrario ser¨ªa empezar con el pie cambiado.
Y ya puestos, dos apreciaciones sobre asuntos de mercado. La primera parte de la reflexi¨®n de Florentino P¨¦rez, que nos hablaba de que los clubes est¨¢n arruinados. Todos. Dif¨ªcil mercado el que se tiene que desarrollar sin dinero ya que solo puede sustentarse en el dinero a futuro, ese que tiene que llegar. Pero ya sabemos c¨®mo acaba ese cuento de la lechera.
La segunda va m¨¢s en mi mirada desde la porter¨ªa. Veo que los grandes nombres del mercado siempre van asociados a los delanteros, ya sabe, los Haaland, Mbapp¨¦, Neymar o Lewandowski, pero si miramos en otras Ligas se dir¨ªa que una parte importante del ¨¦xito de Manchester City, Liverpool y Chelsea vienen en gran parte de la incorporaci¨®n de R¨²ben Dias, Van Dijk y Thiago Silva. Centrales y mucho m¨¢s que defensas. Habr¨¢ que aprender de los mejores.
Puedes seguir a DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.