Sachsenring es man¨¢ para Marc M¨¢rquez
El piloto de Honda vuelve a ganar a?o y medio despu¨¦s en el GP de Alemania, tras nueve meses de baja y tres operaciones en el h¨²mero derecho
Hace casi un a?o que la vida se detuvo en casa de los M¨¢rquez. Donde un d¨ªa todo fueron risas, no aparec¨ªan m¨¢s que caras de preocupaci¨®n. Hasta este domingo. Marc ha ganado. Otra vez. En Sachsenring (Alemania), su circuito fetiche, despu¨¦s de a?o y medio. Y se abre paso la esperanza.
El rey, due?o y se?or de MotoGP, sufri¨® una ca¨ªda en Jerez un domingo de julio, en el a?o de la pandemia, y apenas se movi¨® del hospital a casa y viceversa mientras incrustaba en su d¨ªa a d¨ªa a su fisio Carlos Garc¨ªa, residente en la habitaci¨®n de invitados desde hace casi un a?o. Pero hay pocos pilotos m¨¢s duros que Marc M¨¢rquez. Puro positivismo.
Y a eso se han aferrado tanto ¨¦l como el equipo Honda en los ¨²ltimos tiempos. Especialmente desde que regres¨® a la competici¨®n cinco grandes premios atr¨¢s. Y a pesar de las ¨²ltimas tres ca¨ªdas. El cero de Montmel¨®, hace dos semanas, le supo mejor que alg¨²n podio. Su carrera dur¨® cinco vueltas. Pero tuvo adelantamientos. Y se vio a un piloto con solera acercar el hombro al ¨¢pice de cada curva. Puro estilo, la t¨¦cnica fant¨¢stica. ¡°He vuelto a ser Marc¡±, concedi¨® entonces.
De regreso a la competici¨®n, de vuelta a Alemania, donde acumulaba 10 triunfos consecutivos, M¨¢rquez fue el mejor Marc. Y volvi¨® a ganar. No lo hac¨ªa desde el GP de la Comunidad Valenciana de 2019, en el mes de noviembre. Logr¨® la und¨¦cima victoria seguida en Sachsenring. Pero ninguna con tantos matices como esta, capaz de desbordar de emoci¨®n al propio piloto y a cada uno de los miembros del equipo Honda.
Sigue limitado el f¨ªsico, maltrecho ese hombro derecho que tanto ha soportado los ¨²ltimos 11 meses, dolorido, falto de fuerza, siempre tenso. Sigue complicada la Honda, la moto m¨¢s costosa del equipo m¨¢s poderoso, a menudo poco amigable, hace falta retorcerla para que entre bien a las curvas. Y si no entra bien, sale mal, acelera peor y los tiempos no salen. No hab¨ªa, sin embargo, mejor combinaci¨®n que Sachsenring y M¨¢rquez para reconocer en el 93 al piloto que todo lo puede.
Se hab¨ªa clasificado quinto ¨Dtodav¨ªa le cuesta mucho que salgan los tiempos a una vuelta, cuando m¨¢s explosividad se exige¨D; ya hab¨ªa advertido de que en este trazado, con 10 curvas a la izquierda y solo tres a la derecha, las limitaciones f¨ªsicas ser¨ªan menos. No aspiraba a ganar, pero s¨ª so?aba con el podio. Ocurri¨® que bord¨® la salida: tom¨® el carril de en medio, se coloc¨® tras Aleix Espargar¨®, primero, busc¨® el interior de la curva uno y al llegar a la segunda le meti¨® la rueda al de Aprilia. Era primero en dos curvas. Y ya nadie le dio caza.
Apret¨® los dientes al inicio. Y se la jug¨® cuando al cabo de siete vueltas empezaron a caer cuatro gotas. En esos segundos en que sus rivales trataban de entender si hab¨ªa que dar m¨¢s o menos gas, cuando pensaban de d¨®nde sacar algo de agarre, ¨¦l tir¨® de su mu?eca derecha. Y abri¨® un hueco. La lluvia no fue a m¨¢s y ¨¦l supo como nadie vivir de las rentas. De lo bien que conoce ese trazado. Del m¨¢s de un segundo que le sac¨® primero a Aleix y luego a Miguel Oliveira, el ¨²nico que le busc¨® las cosquillas en la segunda parte de la carrera. Constante y veloz el de KTM, rompi¨® la barrera del segundo, pero nunca alcanz¨® al mejor.
¡°Vengo de una situaci¨®n dif¨ªcil, con tres ceros seguidos, pero sab¨ªa que hoy era el d¨ªa. Cuando vi caer cuatro gotas dije ¡®esta es mi carrera¡¯. Lo hemos vuelto a hacer. Y esto lo hemos hecho juntos, no lo he logrado yo solo¡±, dijo, las l¨¢grimas entrecortando su discurso, en reconocimiento a su familia y a su equipo, al bajarse de la moto. ¡°S¨¦ que en Holanda volveremos a nuestra realidad, que no es la victoria. Pero volveremos a ganar en el futuro¡±.
Al t¨¦rmino de la carrera, una mezcla de experiencia, conocimiento, t¨¦cnica, valent¨ªa y estrategia, un pu?ado de comisarios de pista, dispuestos para encender una traca, como marca la tradici¨®n en el circuito de Sachsenring, rodeaba a un emocionado Marc M¨¢rquez, que se arrodillaba en el suelo y acariciaba el asfalto de su circuito fetiche. Ese anillo de la Baja Sajonia es man¨¢ para el 93. Un regalo ca¨ªdo del cielo para un piloto que ha aprendido a sufrir. Y a salir desde las sombras.
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