La Sotana vs El Sindicato Invisible de la Pur¨ªsima: jueguen
Lo que vende son las portadas con nuevos fichajes, los montajes de los futbolistas propios disfrazados de superh¨¦roes y el desprecio sist¨¦mico al rival
Creo ver una pauta de comportamiento en casi todos los periodistas deportivos que desde el pasado lunes han dedicado alg¨²n esfuerzo a criticar -incluso a menospreciar, que ya son ganas de ponerlo todo perdido de pat¨®genos en estos tiempos- a los compa?eros de La Sotana tras el paso de Gerard Piqu¨¦ por su programa: despu¨¦s de tantos a?os tratando a sus parroquianos como ni?os, ahora se molestan porque alguien no adscrito al Sindicato Invisible de la Pur¨ªsima trate a los suyos como adultos. Esa, por cierto, ni siquiera es la parte original del invento, pues siempre ha habido -y habr¨¢- periodistas que se toman tan en serio la inteligencia del receptor como la suya propia, que cuidan el oficio y cuentan las cosas como son, no como el consumidor final quiere que sean.
Hace unos a?os, durante la presentaci¨®n de un libro en Barcelona, escuch¨¦ a Ernest Folch afirmar -con bastante pesar, por cierto- que los lectores del medio que entonces dirig¨ªa no compraban el peri¨®dico para conocer los entresijos de cuanto pasaba en el Bar?a, que era mucho y escabroso, sino para ilusionarse. Lo que vende -y tampoco tanto, ya- son las portadas con nuevos fichajes, los montajes de los futbolistas propios disfrazados de superh¨¦roes y el desprecio sist¨¦mico al rival. Tambi¨¦n, desde hace un tiempo, las fotograf¨ªas picantes de las llamadas WAGS, los cotilleos, las trifulcas entre tertulianos y hasta los consejos para lucir un mejor abdomen en verano o correr una media marat¨®n sin dejarse los h¨ªgados en el primer intento. Este, no nos enga?emos, es el ecosistema desde el que algunos disparan ahora su ira contra un nuevo formato que ha llegado para quedarse sin pedir permiso: quiz¨¢ sea ese -y no otro- su gran pecado, por mucho que se enarbolen estandartes antiqu¨ªsimos o se invoque al esp¨ªritu de A.J. Liebling contra las hordas invasoras.
Esta misma semana, en una fant¨¢stica entrevista de Rafa La Casa publicada en El Confidencial, Alfredo Rela?o revelaba que lleva en su tel¨¦fono la lista de los ¡°heterodoxos¡± que ¨¦l puede -y debe- presumir de haber descubierto para el gran p¨²blico. Ah¨ª est¨¢n los Valdano, Michael Robinson, Antoni Daimiel, Julio Maldonado, Segurola, Paco Gonz¨¢lez, De la Morena¡ ¡°Primero, lo diferente funciona; segundo, explotarle a cada uno su condici¨®n pero nunca cambiar su personalidad¡±, explica antes de a?adir que ¡°los futbolistas de ahora son de piscifactor¨ªa. Pasa igual con los periodistas¡±. Siguiendo esta l¨ªnea argumental, no parece exagerado afirmar que La Sotana vendr¨ªa a ser una especie de rodaballo salvaje que se ha colado en el acuario, delicioso y desenfadado, dos cualidades inalcanzables para los luminosos corales y las estrellitas de mar.
¡°Te llamo luego, amor, que estoy en directo en la radio¡±, respond¨ªa Piqu¨¦ a una llamada de su esposa durante el programa del pasado lunes, momento que Mag¨ª Garcia, ¡°la calva m¨¢s famosa de Catalunya¡±, aprovechaba para saludar a Shakira con un aplomo casi indecente, provocando la locura en el estudio y en miles de hogares conectados a trav¨¦s de YouTube. Con esa misma confianza habl¨® Piqu¨¦ del estado actual del club, de sus peores y mejores momentos como futbolista del Bar?a, de la no inscripci¨®n de Messi, de los pitos a Umtiti, del Tata Martino y de Pep Guardiola, de la dif¨ªcil relaci¨®n entre futbolistas y medios, entre seres humanos y el p¨²blico¡ Si eso no es radio deportiva de primer¨ªsimo nivel, yo ya no s¨¦ qu¨¦ lo es: jueguen.
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