Guerra mundial en el f¨²tbol

Las batallas que se vienen dirimiendo por el control del negocio del f¨²tbol tienen a este al borde de una guerra mundial, si es que esta no puede darse ya por iniciada tras el impulso que esta semana ha cobrado la idea de la FIFA de organizar el Campeonato del Mundo de selecciones cada dos a?os y el rechazo frontal mostrado por la UEFA y la Confederaci¨®n Sudamericana de F¨²tbol (Conmebol). La organizaci¨®n y ocupaci¨®n del calendario mundial emerge como el principal motivo de las disputas. Las fechas de las competiciones son la base imprescindible sobre la que se negocian la explotaci¨®n de los derechos de retransmisi¨®n del f¨²tbol y sus derivados comerciales como la publicidad y la mercadotecnia, las tres patas que sustentan la industria del f¨²tbol, alimentadas a su vez por el consumo masivo de los aficionados de todo el globo. La mayor¨ªa de estos asisten con el ce?o fruncido a c¨®mo los cambios que se proponen para hacer m¨¢s atractivo y rentable el f¨²tbol atentan contra algunas de las costumbres y tradiciones que engrandecieron el deporte que les enganch¨®.

La revuelta de los hinchas ingleses porque la Superliga era una competici¨®n cerrada y elitista fue muy significativa. La f¨®rmula de un Mundial cada dos a?os tiene un punto en com¨²n tanto con la Superliga como con el nuevo formato de la Champions que entrar¨¢ en vigor en 2024: un mayor n¨²mero de enfrentamientos entre los clubes y las selecciones m¨¢s potentes que realce el valor del producto. Todos pretenden ocupar m¨¢s y mejor las fechas del calendario para incrementar sus ingresos.

El estudio del proyecto de un Mundial cada dos a?os fue aprobado por el congreso del organismo mundial el pasado mayo con una votaci¨®n de 166 votos a favor y 22 en contra. El plan, que puede ser ratificado en 2022, pasa por reorganizar el citado calendario de las competiciones internacionales, potestad de la FIFA, para establecer las fases de clasificaci¨®n en un mes, el de octubre del a?o anterior a la celebraci¨®n de la Copa del Mundo. La nueva periodicidad del Mundial se iniciar¨ªa en 2028, dos a?os despu¨¦s del previsto para 2026 en Estados Unidos y M¨¦xico, pero la idea ha sido rechazada por la UEFA y la Conmebol, que este jueves emiti¨® un comunicado en el que aseguraba que ¡°una Copa del Mundo cada dos a?os podr¨ªa desnaturalizar la m¨¢s importante competici¨®n de f¨²tbol en el planeta, rebajando su calidad y minando su car¨¢cter exclusivo¡±.

El jueves, el presidente de la UEFA, el esloveno Alexander Ceferin, ya amenaz¨® con el boicot en una entrevista concedida a The Times ¡°Podr¨ªamos decidir no jugar. Hasta donde yo s¨¦, los sudamericanos est¨¢n en la misma l¨ªnea¡±. El paraguayo Alejandro Dom¨ªnguez, presidente de la Conmebol, se hab¨ªa manifestado en varias ocasiones a favor de la idea de la FIFA. ¡°Este es uno de los sue?os que uno tiene porque traer¨ªa muchos beneficios¡±, dijo Dom¨ªnguez en 2018, se?alado por entonces como uno de los impulsores del Mundial cada dos a?os.

En los ¨²ltimos meses, sin embargo, Conmebol ha fraguado una alianza con la UEFA. Esta es hostil a cualquier competici¨®n internacional que la obligue a compartir el pastel televisivo y publicitario en un momento en el que el sector da por hecho que el valor de los derechos de retransmisi¨®n ha tocado techo y los operadores han empezado a adquirirlos a la baja, como es el caso de la Premier League inglesa.

M¨¢s partidos

Ceferin cuenta con el apoyo de las ligas continentales, que tambi¨¦n ven amenazado el valor de sus competiciones y con el de la Asociaci¨®n Europea de Clubes (ECA), presidida por Al-Khelaifi, m¨¢ximo mandatario del PSG. De este organismo ya no forman parte el Real Madrid, el Barcelona y la Juventus, que mantienen su particular batalla judicial por la Superliga, que la FIFA nunca vio con malos ojos pese a haberse pronunciado en su contra. La guerra es total, cruzada y global.

La FIFA y las confederaciones donde menos desarrollado est¨¢ el f¨²tbol como deporte y negocio (Asia, ?frica, Ocean¨ªa y Centroam¨¦rica) pretenden el Mundial cada dos a?os como motor econ¨®mico que mejore infraestructuras y eleve el nivel competitivo para consolidar la expansi¨®n y el crecimiento del f¨²tbol por todos los rincones del mundo. Para implementar estas pol¨ªticas, desde que lleg¨® a la presidencia en 2016, el suizo Gianni Infantino ha tenido como principal objetivo que la FIFA deje de tener solo como gran fuente de ingresos el Mundial cada cuatro a?os. Este empe?o ya le supuso un crudo enfrentamiento con la UEFA que ha sido el caldo de cultivo de la guerra desatada ahora. Infantino pretend¨ªa contar cada cuatro a?os con la mayor¨ªa de los grandes clubes europeos para renovar el anual y apagado Mundial de Clubes. La UEFA se opuso y desde entonces el frentismo entre Infantino y Ceferin no ha cesado. El primero no dud¨® en apadrinar la Asociaci¨®n Mundial de Clubes, creada y presidida por Florentino P¨¦rez, cuando hace dos a?os Ceferin recul¨® en su idea inicial de establecer un formato de la Champions similar al que present¨® la Superliga en abril.

La realidad es que la UEFA, con su nuevo formato de Champions, ha aumentado en 100 los partidos anuales respecto al actual sistema, con la creaci¨®n de la Liga de Naciones y la reci¨¦n estrenada Conference League, una tercera divisi¨®n de sus competiciones de clubes, y no ha tenido problema alguno en recargar el calendario. La FIFA tambi¨¦n sostiene que su plan conlleva reducir la fase de clasificaci¨®n a un mes y que esto evitar¨ªa la contrariedad de los clubes por ceder a sus jugadores en cuatro ventanas al a?o. La Conmebol ha celebrado cuatro Copas Am¨¦rica desde 2015 cuando la periodicidad es de cuatro a?os.

Si hay acuerdo, de esta guerra saldr¨¢ un nuevo calendario internacional. Si no es as¨ª, est¨¢ en peligro el sistema actual y en juego la gobernanza del f¨²tbol mundial.

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