Messi y el Bernab¨¦u, del azote a la sequ¨ªa

Leo Messi visita uno de sus templos preferidos. Ser¨¢ la primera vez que no lo haga con la camiseta azulgrana. La misma que, con el 10 a la espalda, mostro euf¨®rico a la grada del Santiago Bernab¨¦u el 23 de abril de 2017, despu¨¦s de marcar en el minuto 92 el gol del triunfo de su equipo (2-3), que supon¨ªa su segundo en el encuentro; el 500 en su cuenta particular en todas las competiciones y que colocaba al Bar?a como m¨¢ximo candidato al t¨ªtulo a cinco jornadas del final del campeonato. Esa Liga, sin embargo, acabar¨ªa siendo ganada por el Real Madrid con tres puntos de ventaja.

Ya entonces el argentino hab¨ªa convertido el estadio blanco en uno de sus objetivos predilectos. Tanto como para que con el tiempo acabara marcando sobre ese c¨¦sped un total de 15 goles (tres dobletes y un triplete incluidos) de los 26 que le convierten en el m¨¢ximo goleador de la historia de los Cl¨¢sicos, muy por delante de los 18 de Di St¨¦fano y Cristiano Ronaldo.

El primero de sus 45 duelos contra los blancos, los mismos que Sergio Ramos, con quien comparte supremac¨ªa en el otro bando, fue precisamente en ese escenario. Ten¨ªa 18 a?os (19-5-2005) y dio el pase del primer gol a Eto¡¯o. El Bar?a de Rijkaard gan¨® (0-3). Fue sustituido por Iniesta (69¡ä) y fue testigo directo de la ovaci¨®n del Bernab¨¦u a Ronaldinho, autor de los otros dos tantos.

La primera diana del argentino en ese feudo tuvo que esperar hasta el 2 de mayo de 2009, en uno de los mejores Cl¨¢sicos jam¨¢s vistos. Marc¨® un doblete y el Bar?a acab¨® goleando (2-6). Fue el d¨ªa en el que Pep Guardiola le quit¨® de la banda derecha y le coloc¨® de falso delantero centro. Retrasado, con un amplio margen de maniobra, lejos de los centrales, Metzelder y Cannavaro, que no paraban de mirar al banquillo para saber si ten¨ªan que saltar sobre el 10 o esperarle atr¨¢s y a la espalda de los dos mediocentros blancos, Gago y Lass.

Lejos de ser quien fue

El ahora entrenador del Bar?a, Xavi Hern¨¢ndez, explic¨® en su d¨ªa la estrategia de su entrenador: ¡°Coloc¨® a Eto¡¯o a la derecha y a Henry a la izquierda, buscando posiciones de interiores, entre los centrales y los laterales del Real Madrid. A Messi le sac¨® de la pantalla. En la preparaci¨®n del partido, se hab¨ªa dado cuenta que los centrales blancos nunca sal¨ªan a la presi¨®n fuera de su zona. Ah¨ª radic¨® el ¨¦xito de aquel d¨ªa¡±.

En total, Leo, como azulgrana, ha jugado 22 partidos en el Bernab¨¦u con un saldo de 12 victorias, tres empates y siete derrotas. La ¨²ltima vez que jug¨® contra los blancos fue en Valdebebas, el 10 de abril del a?o pasado, y su equipo perdi¨® 2-1. Su ¨²ltimo tanto a los blancos data del 23 de diciembre de 2017, de penalti, (0-3) y no marc¨® en las ¨²ltimas cinco visitas capitalinas y tampoco en sus ¨²ltimos tres encuentros en el Camp Nou, con lo que, sumado el partido de ida con el PSG (fall¨® un penalti) acumula nueve citas sin encontrar puerta ante los blancos.

El Messi del PSG est¨¢ a¨²n lejos de ser quien fue, aunque en los ¨²ltimos encuentros, su influencia en el juego y en los goles de su equipo le hayan revalorizado tanto en el cap¨ªtulo de las estad¨ªsticas como en el de las sensaciones. En total, el argentino ha intervenido en 24 de los 37 partidos que los suyos han disputado en todas las competiciones: 17 de Liga (15 de titular, 2 tantos y 11 pases de gol), seis de Champions (todos completos, cinco goles) y uno de Copa. Ha jugado un total de 1.972 minutos sobre los 3.330 posibles.

Triple perfil: de ¡®7¡ä, ¡®9¡ä y 10

Pochettino le ha utilizado en tres posiciones diferentes y siempre dependiendo de qui¨¦nes eran sus compa?eros de viaje en la faceta ofensiva. En el habitual 1-4-3-3, Messi ha actuado como falso extremo derecho 10 partidos como titular y dos entrando sobre la marcha. Posici¨®n enga?osa, con inclinaci¨®n total para irse hacia el centro y dejar la banda para las constantes incorporaciones de Hakimi Achraf.

De falso delantero centro ha ejercido en ocho encuentros. Cuando se mueve por esa zona de influencia, retrasa bastantes metros su posici¨®n y busca m¨¢s el pase a los dos hombres de las bandas que ocupan el espacio que ¨¦l deja libre, que la acci¨®n personal que pueda acabar en remate. La tercera demarcaci¨®n en la que se ha movido, ha sido la de mediapunta en un 1-4-2-3-1, que representa la versi¨®n m¨¢s ofensiva del PSG. El t¨¦cnico solo ha puesto en pr¨¢ctica esta variante en cuatro partidos de la Ligue 1 (Lyon, Rennes, Saint Etienne y Lorient), nunca en la Champions. Con esta competici¨®n como referencia, lo normal es que el Messi del Bernab¨¦u partiera de la banda derecha -no est¨¢ Mendy enfrente por sanci¨®n- y Mbapp¨¦ ejerciera de delantero centro, con Neymar a la izquierda.

Puras posiciones de partida porque los tres apuestan por la libertad de movimientos que, por momentos, sobre todo cuando hay que defender, se convierten en una anarqu¨ªa que el Real Madrid podr¨ªa y deber¨ªa aprovechar, porque el bloque se parte en dos mitades muy marcadas.

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