Ashleigh Barty, la excepci¨®n que se hart¨® del tenis
La n¨²mero uno, vac¨ªa f¨ªsica y emocionalmente, anuncia su retirada a los 25 a?os tras una brillante carrera, definida por un estilo ¨²nico dentro y fuera de la pista
Pocos pod¨ªan imaginar que ese ¨²ltimo derechazo que firm¨® Ashleigh Barty el pasado 29 de enero para batir a la estadounidense Danielle Collins y acabar, por fin, con la sequ¨ªa del tenis femenino australiano en casa, ser¨ªa el ¨²ltimo pelotazo de la n¨²mero uno. Este mi¨¦rcoles, la tenista, de 25 a?os, anunci¨® una retirada prematura que llega a su estilo, como a ella le gusta, en forma de uno de esos reveses cortados con los que tantos y tantos puntos ha cerrado: a contrapi¨¦, y en consonancia con estos tiempos, v¨ªa Instagram, pero sin adornos: ¡°Lo he dado absolutamente todo. Me siento plena, feliz¡±. Y de alguna manera, tambi¨¦n vac¨ªa, ya sin demasiados alicientes, por muy extra?o que pueda resultar. Con la noticia, el tenis sufri¨® un colapso, pero la australiana se ha regido siempre por sus particulares reglas. Por la v¨ªa Barty.
Nunca fue previsible la oce¨¢nica, ni dentro ni fuera de la pista. No es nada casual que para comunicar su adi¨®s escogiera como interlocutora a Caser Dellacqua, la exjugadora que ahora trabaja para la televisi¨®n de su pa¨ªs y que a?os atr¨¢s convenci¨® a su amiga de que pod¨ªa volver y triunfar, despu¨¦s de que Barty hiciera un primer (y s¨®lido) amago de colgar la raqueta. Cuando acababa de alcanzar la mayor¨ªa de edad y ya hab¨ªa ganado Wimbledon como j¨²nior, sencillamente se hart¨®. ¡°Necesitaba encontrarme a m¨ª misma. Me sent¨ªa muy mal y perdida, no quer¨ªa alejarme de casa¡±, explic¨® hace un par de a?os en una de las escasas entrevistas que ha concedido a lo largo de su carrera, siempre huidiza de los medios, sin disfrutar del protagonismo. En una ¨¦poca de redes sociales, brillantinas y sobreexposici¨®n, ella es una excepci¨®n.
Entre 2014 y 2015, oprimida por las expectativas y la erosi¨®n diaria de su deporte, Barty desconect¨® en su tierra natal jugando al cr¨ªquet en las filas del Brisbane Heat. Se detuvo durante 17 meses, aunque finalmente regres¨®. ¡°Echo de menos probarme a m¨ª misma¡±, adujo entonces. Y as¨ª lo hizo. Escal¨® y escal¨®, hasta la cima. Se apropi¨® del n¨²mero uno ¨C120 semanas en total, la s¨¦ptima en la escalera hist¨®rica por detr¨¢s de Monica Seles (178)¨C y engarz¨® 15 trofeos, tres grandes. Curiosamente, abri¨® el mel¨®n en Roland Garros (2019), pero dos a?os despu¨¦s cumplir¨ªa el sue?o de los sue?os para ella: conquistar Wimbledon. Luego, hace solo dos meses, se convirti¨® en la primera mujer local que triunfaba en Australia, despu¨¦s de 44 a?os de aridez.
Ese d¨ªa, Barty sinti¨® que hab¨ªa cerrado un c¨ªrculo. ¡°A¨²n estoy aprendiendo y conoci¨¦ndome d¨ªa a d¨ªa¡±, expres¨® enigm¨¢tica, siempre en tono neutro. Pero, en realidad, el triunfo previo en Londres ya hab¨ªa apagado de alguna manera una sed competitiva que ahora se ha agotado. ¡°El ¨¦xito para m¨ª es saber que lo he dado todo¡±, transmiti¨®. ¡°Cuando fui capaz de ganar Wimbledon, cambi¨® mi perspectiva. Ya no tengo el impulso f¨ªsico ni el deseo emocional que se necesita para desafiarte a ti misma al m¨¢ximo nivel. Estoy f¨ªsicamente agotada, no tengo nada m¨¢s que dar¡±, se sincer¨®. Es decir, Barty lo deja porque est¨¢ literalmente fundida.
De Bj?rn Borg a Justine Henin
De forma parad¨®jica, el deporte que tanto ama la ha dejado KO. Una circunstancia que no es nueva, sino muy reiterativa. No son pocos los profesionales a los que el estr¨¦s y la presi¨®n de saber que deben ponerse d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n a prueba ha terminado por consumirlos. El legendario Bj?rn Borg, por ejemplo, se despidi¨® a los 26 a?os porque ya no disfrutaba. No obstante, en el caso femenino solo existe un precedente similar. En 2008, la belga Justine Henin decidi¨® retirarse cuando estaba en lo m¨¢s alto y hab¨ªa ganado ya siete grandes. Tambi¨¦n con 25 a?os. ¡°He vivido desde los cinco a?os para esto¡±, aleg¨®; ¡°si paro ahora podr¨¦ recordar el tenis con una sonrisa; si espero tres meses, quiz¨¢ podr¨ªa arrepentirme¡±.
Dos a?os despu¨¦s, Henin regres¨®, pero la temporada siguiente y algo descabalgada, tuvo que abandonar definitivamente debido a una lesi¨®n en el codo. Sin contratiempo f¨ªsico alguno, Barty decide ahora echar el freno de mano y despedirse, y los aficionados ya la a?oran. En cualquier caso, en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa ido dejando algunas pistas. El estallido de la pandemia hizo que renunciase a jugar, de febrero al curso siguiente, y el a?o pasado redujo llamativamente la actividad, disputando solo 13 torneos y dejando ver que los protocolos para poder viajar de un rinc¨®n a otro del mundo empezaban a pesarle demasiado. Ahora, renunci¨® a Dub¨¢i y Doha, y tambi¨¦n anticip¨® que se saltar¨ªa la doble cita de Indian Wells y Miami.
En noviembre, la tenista ¡ªnacida en Ipswich, estado de Queensland; de ra¨ªces abor¨ªgenes¡ª anunci¨® su enlace matrimonial con el golfista Garry Kissick. Es el golf, precisamente, otra de sus grandes pasiones y entretenimiento al que dedicaba las horas libres. Ganadora del premio m¨¢s elevado de la historia del tenis (3,9 millones de euros en el Masters de 2019), Barty deja un inmenso hueco en su deporte y un profundo vac¨ªo en Australia, sin m¨¢s figuras en la actualidad y uno de los pa¨ªses m¨¢s fuertes que mayor inversi¨®n anual efect¨²a. El mejor activo femenino es Ajla Tomljanovic (38?) y el masculino es Alex de Mi?aur (28?).
Sin embargo, ahora cree que es ¡°la forma perfecta de acabar el viaje¡± y se abre un gran interrogante: ?En qu¨¦ estrato hist¨®rico hubiera acaba de haber continuado? Y en paralelo, otra inc¨®gnita: ?Habr¨¢ una tenista capaz de asumir el liderazgo con la autoridad que lo hizo ella? Desde la era en la que Serena Williams ejerci¨® con mano de hierro, el tenis femenino no contaba con una gobernadora como la australiana, distinguida en medio de un pelot¨®n de pegadoras; flaco favor, pues, para un circuito que precisa de campeonas carism¨¢ticas y grandes rivalidades, de alternativa en alternativa un torneo tras otro.
Sin ella y con Naomi Osaka inmersa en una complicada situaci¨®n personal, se buscan otra vez nuevas referencias. Cierra Barty un trayecto a su manera. Hace una elecci¨®n de vida.
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