La hora de la verdad en el duelo Guardiola-Klopp
Pep es m¨¢s cerebral, busca m¨¢s el control. El alem¨¢n es un entrenador extraordinariamente pasional que busca arrollar al contrario
El Manchester City recibe el domingo al Liverpool en un partido que puede decidir la Premier League. Menos de una semana despu¨¦s, el s¨¢bado 16 de abril, ambos equipos se enfrentar¨¢n de nuevo, en Wembley, en las semifinales de la Copa de Inglaterra, a partido ¨²nico. City y Liverpool podr¨ªan coincidir otra vez el 28 de mayo en Par¨ªs en la final de la Champions porque juegan en cuadros opuestos en los cuartos de final. Todos esos partidos no son solo un duelo entre el Manchester City y el Liverpool, sino entre sus dos carism¨¢ticos entrenadores, Pep Guardiola y J¨¹rgen Klopp, considerados por muchos los dos mejores de la Premier.
Estos enfrentamientos recuerdan de alguna manera los que se vivieron a?os atr¨¢s en Espa?a, cuando Jos¨¦ Mourinho entrenaba al Real Madrid e intentaba destronar como fuera, por lo civil o por lo militar, al glorioso Bar?a de Guardiola. Aquellos tiempos en los que Pep, harto de las provocaciones del portugu¨¦s, aprovech¨® los focos de la Champions para dejar caer su famosa frase ¡°Con ¨¦l nos enfrentaremos en el campo. Fuera de ¨¦l, Jos¨¦ ha ganado todo el a?o. No puedo competir. En esto, es el jefe, el puto amo¡±.
El tono entre Guardiola y Klopp es completamente diferente. ¡°El Liverpool es el equipo m¨¢s fuerte al que me he enfrentado en mis 12 a?os de entrenador¡±, ha elogiado Pep. ¡°Puedo decir lo mismo del City¡±, le ha replicado el alem¨¢n con galanter¨ªa. Si para Mourinho el mejor ataque ha sido siempre una buena defensa, Guardiola y Klopp representan todo lo contrario: la mejor defensa es el ataque. Si Mourinho renuncia a la pelota para intentar aprovechar un descuido del rival y marcar el gol decisivo, Guardiola y Klopp basan su f¨²tbol en ejercer la m¨¢xima presi¨®n sobre el rival con el objetivo de conseguir el bal¨®n lo m¨¢s cerca posible de la porter¨ªa contraria o, como mal menor, impedir que el rival pueda moverlo con soltura y ganar as¨ª tiempo para organizar la defensa propia.
Tienen diferencias, claro est¨¢. Pep es m¨¢s cerebral, busca m¨¢s el control. En su etapa en el Barcelona utilizaba la llamada regla de los seis segundos: los atacantes deben presionar al m¨¢ximo a la defensa contraria en cuanto pierden el bal¨®n pero si esa intensidad no da fruto en seis segundos han de relajar la presi¨®n y guardar fuerzas. En sentido contrario, cuando la defensa recupera la pelota ha de dar tres pases antes de lanzarse al ataque. Lo importante no es llegar cuanto antes a la meta rival (obviamente, hay excepciones y no se puede renunciar siempre al contraataque rel¨¢mpago) sino llegar con el control del juego.
Klopp, que comparte y hasta extrema la obsesi¨®n por la presi¨®n para recuperar la pelota, est¨¢ menos preocupado por el control que por el ataque fulminante. Es un entrenador extraordinariamente pasional que busca arrollar al contrario. Y para eso necesita contagiar a los jugadores esa pasi¨®n. ¡°Mi trabajo consiste en explicarles a los jugadores que el partido m¨¢s importante de su vida es el pr¨®ximo¡±, dijo una vez. Quiz¨¢s por eso se le hizo particularmente dura la Covid: ¡°Jugar en un estadio vac¨ªo es duro. Soy un entrenador emocional, tenemos un equipo emocional, estamos en un club emocional. Necesitamos ese factor extra¡±. Pero eso no le impide recurrir a t¨¦cnicas de neurociencia para mejorar la calma y la concentraci¨®n de los jugadores en los tiros libres y jugadas a bal¨®n parado.
Guardiola siempre ha entrenado a equipos grandes y ha tenido grandes presupuestos (Barcelona, Bayern, City). Klopp empez¨® su carrera en el Mainz, al que ascendi¨® a Primera, y la ciment¨® en el Borussia Dortmund antes de llegar al Liverpool. Pep ha tenido mucho m¨¢s dinero para formar sus equipos, pero ha ganado nueve ligas en 12 temporadas, cinco copas del Rey (o equivalente) y tres Champions, frente a tres ligas, una copa y una Champions de Klopp. Guardiola es m¨¢s caro, pero sale m¨¢s barato. Al menos hasta ahora.
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