Jon Rahm tiene a tiro su segundo US Open

?Se puede estar contento despu¨¦s de perder el liderato del US Open con un doble bogey en el hoyo 18? S¨ª, y mucho, si se ha superado uno de esos t¨ªpicos d¨ªas de azote en el Abierto americano: fr¨ªo, viento y un campo preparado para ense?ar las u?as. A Jon Rahm le qued¨® este s¨¢bado ese sabor amargo de los dos golpes sumados en el ¨²ltimo escal¨®n, pero prevalec¨ªa en el paladar el gusto de una gran jornada de golf. El vasco apag¨® la luz con un golpe de m¨¢s en la ronda y -3 en la clasificaci¨®n general, a uno de la pareja de l¨ªderes, el estadounidense Will Zalatoris y el ingl¨¦s Matt Fitzpatrick (-4). Pisando los talones a Rahm, el tr¨ªo que forman Keegan Bradley, Adam Hadwin y el n¨²mero uno del mundo, Scottie Scheffler (-2), y a su rebufo otro grupeto de tres, Sam Burns, Rory McIlroy y Joel Dahmen (-1). Esos son los ¨²nicos nueve jugadores que despu¨¦s de la tercera jornada est¨¢n bajo el par en el exigente Country Club de Brookline. El d¨ªa del movimiento fue una escabechina en la que solo siete golfistas (Zalatoris, Fitzpatrick, Bradley, McCarthy, Woodland, Mu?oz y Lee) entregaron n¨²meros rojos. El par 70 se elev¨® a una media de 73,5 golpes en esta jornada. US Open en estado puro.

Rahm partir¨¢ este domingo a las 14.34 de Brookline (20.34 hora peninsular espa?ola; de 16.00 a 1.00 en Movistar Golf) con Bradley como compa?ero de viaje. A la hora del atardecer en Boston sue?a con levantar su segundo US Open despu¨¦s de la conquista del curso pasado en Torrey Pines, el que ser¨ªa el d¨¦cimo grande del golf espa?ol. La lecci¨®n de este s¨¢bado estar¨¢ presente para todos los competidores. Si las condiciones se repiten, ser¨¢ otra jornada para fajadores, y en ese ring el hombret¨®n de Barrika sabe bailar bien. Por detr¨¢s amenazan dos gigantes: Scheffler, rey del circuito y chaqueta verde en el Masters de Augusta, y McIlroy, que tiene hambre acumulada tras ocho a?os esperando degustar su quinto grande. Por delante, a Zalatoris (mejor vuelta del s¨¢bado, -3) y a Fitzpatrick les mueve la pasi¨®n de una gloria virgen. Ni el estadounidense de 25 a?os ni el ingl¨¦s de 27 han catado ninguna victoria en el PGA Tour. Zalatoris, eso s¨ª, ha sacado notables en el Grand Slam. El chico ha jugado ocho grandes y en cinco ha terminado entre los 10 mejores, sexto esta temporada en el Masters que gan¨® Scheffler y segundo en el PGA despu¨¦s de un desempate con Justin Thomas. Ya sabe lo que es perder, paso previo a ganar. A Fitzpatrick le adorna un palmar¨¦s con siete triunfos en el circuito europeo y dos top ten en los majors. Y sobre todo un recuerdo: en 2013 fue campe¨®n del US Amateur en este mismo campo.

Los dos aspirantes a grandes deber¨¢n estar preparados para escuchar por detr¨¢s el ruido de una locomotora. Jon Rahm levant¨® el pasado US Open partiendo en la ¨²ltima ronda con tres golpes de desventaja. Solo uno le separa ahora de sus presas. A ese escal¨®n lleg¨® este s¨¢bado apret¨¢ndose el cintur¨®n. La ventolera en Brookline se hizo notar desde que dej¨® atr¨¢s la casa club. Un putt de cuatro metros se le qued¨® corto en el 1 cuando pod¨ªa comenzar descontando un golpe, err¨® en el juego corto en el 2 y carg¨® con un bogey, y en el 3 ya tuvo que cerrar la mand¨ªbula para salvar el par desde cinco metros y no dar dos pasos atr¨¢s nada m¨¢s levantarse. Otro apuro en el 4, que el d¨ªa ven¨ªa movido, al perder la calle y luego besar el rough fuera del green. Fueron dos pares salvadores, esos que en US Open se cantan como un gol. Superado ese primer oleaje, Rahm se fabric¨® dos buenas opciones de birdie: en el 5, un par cuatro de 314 yardas, 287 metros, que para el vasco es un juguete porque alcanza el green desde la salida; y en el 6, un par tres en el que supo domar el vuelo de la bola ante los caprichos del viento. En ambos se le escap¨® el acierto por un dedo y en cambio cant¨® bingo en el 7 con un putt de cinco metros y medio. Y lleg¨® el hoyo 8. Par cinco.

El contacto con la punta del driver mand¨® la bola de Rahm a la izquierda de la calle, junto a la base de un ¨¢rbol. No hab¨ªa espacio para su golpe natural, ni tampoco para darle de zurda porque una gruesa ra¨ªz cruzaba el camino. La soluci¨®n fue golpear de espaldas, cogiendo el palo con una sola mano, para devolver la bola al ruedo. La aventura acab¨® en bogey. Dos pares en el 9 y el 10 fueron claves para serenar los ¨¢nimos y pese a otro golpe de m¨¢s en el 13 (visita al rough), Rahm emprend¨ªa el tramo final fresco de manos y de cabeza. El 14, par cinco, lo abroch¨® con un birdie sin sudores y en el 15 agit¨® la chistera para sacarse de la manga un soberbio emboque desde nueve metros. Era la huella del campe¨®n.

Rahm iba lanzado, aclamado por una afici¨®n encendida que prendi¨® un ambiente de alto voltaje. En el 17 compagin¨® un ca?onazo de 300 metros con un golpe suave de mu?eca para saludar de cerca la bandera. Zalatoris y Fitzpatrick hab¨ªan firmado entonces una tarjeta de -4 y el vasco acababa de escribir el -5. Tan confiado caminaba que encar¨® el 18 con ganas de m¨¢s. Pero esto es el US Open. Su vuelo de salida aterriz¨® en un b¨²nker en la calle, y en su intento de escapatoria, ya con la noche cayendo, ¡°un error en el tipo de golpe¡±, admiti¨®, le dej¨® en el mismo sitio. El paseo por la arena no hab¨ªa acabado. Otro b¨²nker a los pies del green, salida larga y putt errado para ese doble bogey que le baj¨® del liderato en solitario y le visti¨® de perseguidor.

¡°La valoraci¨®n general es muy buena, estoy contento. Una pena el 18. El campo ha estado muy complicado, duro, y hacer pares era dif¨ªcil. Un campo muy de US Open, lo han preparado dif¨ªcil. Estoy orgulloso de no dejar que la frustraci¨®n se apoderase de mi vuelta porque ha habido malos momentos¡±, resumi¨® Rahm con ganas de reponer bater¨ªas. La jornada hab¨ªa castigado a McIlroy (m¨¢s tres en el d¨ªa), a Morikawa (ronda de m¨¢s siete para ver la cabeza desde muy lejos) y a Scheffler, que lleg¨® a volar con -6 con un eagle de maestro desde la calle en el 8 y termin¨® zarandeado en una secuencia demoledora: doble bogey en el 11, y bogeys en el 12, 13 y 14. No hay compasi¨®n ni con el n¨²mero uno del mundo en el US Open.

Clasificaci¨®n del US Open.

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