A veces sucede
El riazorazo es el libro en el que Juan L¨®pez C¨®rcoles narra aquellos d¨ªas de junio que culminaron con un ascenso logrado en un remate de cabeza de los que ya apenas se ven
La mente equipocentrista del hincha genera la sensaci¨®n contraria, pero lo cierto es que a todos les sucede alguna vez. Lo negar¨¢n. Afirmar¨¢n que todo lo malo les pasa a ellos, que sus ex siempre hacen el partido de su vida cuando regresan como rivales o que los rechaces solo van a parar al contrario, que la suerte siempre est¨¢ en el otro lado. Pero es una sensaci¨®n equivocada.
Todo equipo, por modesto que sea, tiene su tarde de ¨¦pica, su partido so?ado, su fichaje desconocido que se convierte en estrella, su ex que es ex del conjunto que tiene enfrente, su victoria en el ¨²ltimo instante, cuando todo estaba en contra y parec¨ªa imposible.
Ese es el acuerdo t¨¢cito al que llegan seguidores y clubes: las alegr¨ªas deben llegar con una periodicidad que permita no olvidarse de que existen, pero que tampoco las conviertan en rutina, no vaya a ser. Y son distintas en funci¨®n de los objetivos. No es lo mismo celebrar de vez en cuando un t¨ªtulo de campe¨®n que un ascenso a la segunda categor¨ªa. O s¨ª.
El pasado 11 de junio, el Albacete Balompi¨¦ y el Deportivo de la Coru?a se jugaban a un partido el ascenso a Segunda Divisi¨®n. El encuentro se disputaba en Riazor, con miles de aficionados locales en las gradas. A 854,6 kil¨®metros de Albacete. Con un condicionante a?adido: si persist¨ªa el empate al final de la pr¨®rroga, el ascenso, tal y como establec¨ªan las normas de la categor¨ªa, ser¨ªa para los gallegos, que hab¨ªan quedado en mejor posici¨®n que los manchegos en la liga regular.
El riazorazo (Uno) es el libro en el que el periodista albacete?o Juan L¨®pez C¨®rcoles narra aquellos d¨ªas de junio que culminaron con un ascenso logrado en un remate de cabeza de los que ya apenas se ven. El autor, que forj¨® su pasi¨®n por el club en los a?os en los que el Albacete se manejaba con desparpajo en la Primera Divisi¨®n, ofrece un relato que combina el humor, la iron¨ªa y el sentimiento. Y que constata que, efectivamente, la fortuna y la alegr¨ªa no viven de forma permanente en otro lado, aunque persista ese empe?o tan fieramente humano de ver el c¨¦sped de los otros siempre m¨¢s verde. Siempre mejor cortado.
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