Verstappen suma en Monza su und¨¦cimo triunfo de la temporada

Ha habido domingos esta temporada en los que Ferrari se ha cubierto de gloria estrat¨¦gicamente hablando, y le ha hecho el pase¨ªllo a Max Verstappen, que al ritmo al que circula revalidar¨¢ su corona de campe¨®n m¨¢s pronto que tarde. Sin embargo, la ¡®Scuderia¡¯ no hizo nada deliberadamente mal este domingo en Monza, en su casa, all¨ª donde los ¡®tifosi¡¯ m¨¢s se hacen escuchar, y a pesar de todo claudic¨® ante Red Bull y el actual campe¨®n del mundo, en estado de gracia y completamente sobrados. Ni la ¡®pole position¡¯ lograda por Charles Leclerc, ni los volantazos dados desde el muro por los t¨¦cnicos de la tropa de Maranello sirvieron para contener a ¡®Mad Max¡¯, una aut¨¦ntica bestia capaz de remontar desde la s¨¦ptima plaza que ocup¨® en la arrancada y de ir sorteando coches como si sus rivales fueran marcha atr¨¢s. Este triunfo es el und¨¦cimo para el muchacho de Hasselt y el quinto consecutivo que encadena, una inercia que le ha llevado a disponer de un margen de (116 puntos), casi cinco grandes premios, cuando quedan seis por disputarse. De hecho, Verstappen tendr¨¢ a su favor la primera bola de partido en la pr¨®xima cita, en Singapur, dentro de tres semanas.

Las ¨²ltimas pruebas se han resuelto hacia el mismo lado pero vale la pena destacar que la de Italia tuvo mucha miga, gracias a la sacudida que provocaron las distintas sanciones impuestas, que remezclaron el pelot¨®n, y a la perezosa actuaci¨®n de los comisarios de la Federaci¨®n Internacional del Autom¨®vil (FIA). En Abu Dabi, en aquel explosivo final del ¨²ltimo curso, la devoci¨®n por el espect¨¢culo forz¨® una ¨²ltima vuelta que le neg¨® la gloria a Lewis Hamilton, que pasar¨¢ a la historia y que motiv¨® el despido de su impulsor. Esta vez, la poca agilidad de los operarios en desalojar el monoplaza de Daniel Ricciardo (vuelta 47 de 53) evit¨® un ¨²ltimo ataque de Leclerc, que, eso s¨ª, con casi toda seguridad habr¨ªa perdido el duelo de todas formas. El monegasco cruz¨® la meta el segundo y George Russell complet¨® un podio al que aspiraba Carlos Sainz hasta la aparici¨®n de ese ¡®safety¡¯ que se hizo eterno para todo el mundo menos para el ganador. A pesar de quedarse fuera del caj¨®n, el madrile?o protagoniz¨® una remontada estratosf¨¦rica, desde la 18? plaza hasta la cuarta, que dej¨® claro el nivel al que se encuentra el espa?ol. Fernando Alonso, por su parte, se vio obligado a abandonar (vuelta 32) por una aver¨ªa en su Alpine.

El s¨¢bado, todos los habitantes del ¡®paddock¡¯ se preguntaban cu¨¢ntas vueltas necesitar¨ªa Verstappen para ponerse en condiciones de discutirle el triunfo a Leclerc. Fueron concretamente 13 los giros que tard¨® el neerland¨¦s en deshacerse de los cinco b¨®lidos que le separaban de su principal oponente, a quien ni siquiera tuvo que adelantar en pista. Seguramente conscientes de la mayor velocidad del Red Bull, los t¨¦cnicos de Ferrari quisieron aprovechar un temprano coche de seguridad virtual (vuelta 12) para ganar algo de tiempo en la primera visita a los talleres. Una operaci¨®n comprensible pero infructuosa para el equipo de ¡®Il Cavallino Rampante¡¯, que, con el avance del calendario ha ido comprobando como su prototipo perd¨ªa pegada al medirse con el energ¨¦tico.

Tras un inicio de campeonato m¨¢s turbulento de lo deseado, con varios abandonos provocados por aver¨ªas de juventud, el constructor del b¨²falo rojo ha dado finalmente con el coche perfecto que se vio en Monza, donde, una vez m¨¢s, Ferrari no encontr¨® consuelo.

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