El Atl¨¦tico tampoco levanta cabeza en Almer¨ªa
El equipo de Simeone empata ante el conjunto local, que evit¨® la derrota con dos grandes intervenciones finales de su meta Fernando
Intermitente, incapaz de sostener un partido redondo, presa de la ansiedad en las definiciones claras y tambi¨¦n de algunas decisiones de Simeone, el Atl¨¦tico volvi¨® a naufragar. Esta vez ante un buen y valiente Almer¨ªa, al que arranc¨® un empate que es otro paso atr¨¢s en su intento por eludir la cat¨¢strofe deportiva y econ¨®mica alcanzando un puesto en la pr¨®xima Liga de Campeones. Pudo ganar el Atl¨¦tico cuando apret¨® en el tramo final, pero Morata y Correa se precipitaron para ejecutar a Fernando, ganador en dos disparos a quemarropa que lo encumbraron como el salvador de su equipo.
No levanta cabeza este Atl¨¦tico. Ni con Jo?o F¨¦lix, ni sin ¨¦l. La salida del luso cedido al Chelsea se ha interpretado como una especie de purificaci¨®n del ambiente, como la extirpaci¨®n de un problema para el vestuario y el entrenador. Jo?o F¨¦lix ya no est¨¢ y los males permanecen. Es cr¨®nico ya el mal juego del equipo, y tambi¨¦n su tendencia a descomponerse o, con los cambios t¨¢cticos de su entrenador, descoserse al primer golpe que recibe.
Sin Jo?o F¨¦lix, Simeone dibuj¨® un once y un molde muy suyo. Eligi¨® a Reinildo por Reguil¨®n, a Koke por Pablo Barrios, escor¨® a Lemar a la izquierda, que fracas¨®, y situ¨® a Griezmann y a Correa como pareja de ataque. Todo para cuadrar un 4-4-2 simeonesco. Y ese Atl¨¦tico que pretend¨ªa ser reconocible a ojos de su entrenador, se destap¨® vertical y astuto para abrir el marcador pasado el cuarto de hora. Una jugada en l¨ªnea recta desde el pase agudo de Kondogbia, la jugarreta de Griezmann para dejar pasar la pelota y de picaresca de Correa para col¨¢rsela entre las piernas a Fernando. El tanto supon¨ªa un espaldarazo a esa apuesta por la normalizaci¨®n del libreto del preparador argentino. Y pudo ser reforzado si Kondogbia no hubiera remachado en fuera de juego y sobre la l¨ªnea de gol una rosca colocada de Marcos Llorente que entraba limpia y ajustada al palo.
La acci¨®n dio paso a una bajada de tensi¨®n del Atl¨¦tico y tambi¨¦n a una decisi¨®n reservona de Simeone, que quiso asegurar la ventaja antes del descanso variando el dibujo ante los agujeros que ve¨ªa a la espalda de Molina y Reinildo y los desajustes de Koke. Orden¨® el t¨¦cnico una defensa de cinco y su equipo dio un paso atr¨¢s que termin¨® pagando. El Almer¨ªa, que solo hab¨ªa hecho ruido con Embarba y el criterio y la clase de Robertone, se instal¨® en campo contrario y empez¨® a ganar duelos y disputas. De una de esas batallas, perdida por Lemar, naci¨® el empate. La pelota le cay¨® a Robertone y este traz¨® un pase memorable. Una curva tensa y cruzada al segundo palo que pas¨® por delante de todos los centrales del Atl¨¦tico. Por el rinc¨®n del ¨¢rea apareci¨® en tromba El Bilal Toure para fusilar a Oblak de un martillazo por alto con la testa.
Del golpe tard¨® mucho en recuperarse el equipo, pese a que en el entretiempo Simeone sent¨® a Koke para dar entrada a Barrios y volver al 4-4-2. Con todo, no volvi¨® a entrar en combusti¨®n el Atl¨¦tico hasta que el partido no se rompi¨® en el tramo final, ya con Morata y Reguil¨®n en el campo. Rompi¨® a la carrera el conjunto madrile?o con la potencia de Llorente y Reguil¨®n. De sus carreras al espacio nacieron esas dos ocasiones que encumbraron a Fernando y destaparon la falta de pausa de Morata y Correa para definir. El primero no le busc¨® el contrapi¨¦ y le remat¨® a su palo m¨¢s cercano y el argentino dispar¨® al centro con porter¨ªa libre a derecha y a izquierda. Una vez m¨¢s las ¨¢reas castigaron al Atl¨¦tico, pero tambi¨¦n lo que pas¨® de una a otra durante mucho tiempo.
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