Djokovic se crece en direcci¨®n a la gran final con Tsitsipas
El serbio fulmina a Paul (7-5, 6-1 y 6-2) y se cita con el griego en el ep¨ªlogo del domingo en Melbourne, cuyo vencedor destronar¨¢ a Alcaraz como n¨²mero uno
La bola de Tommy Paul se va larga y Novak Djokovic (7-5, 6-1 y 6-2) aterriza en su d¨¦cima final del Open de Australia al galope. Aprieta dientes y pu?os el serbio, que gira el cuello hacia su banquillo, celebra y piensa ya en Stefanos Tsitsipas, el ¨²nico que puede ponerle freno. Ambos tienen una cita el domingo (9.30, Eurosport), con el t¨ªtulo y el n¨²mero uno en juego; el que venza destronar¨¢ a Carlos Alcaraz. De antemano, un desequilibrio evidente: el griego pisa su segunda final de un grande, mientras que ¨¦l encara la 33? ¨Cdesmarc¨¢ndose de Serena Williams, solo por detr¨¢s de Chris Evert (34) en el listado hist¨®rico¨C y amenaza el r¨¦cord de Rafael Nadal, un major por delante el espa?ol, 22-21. Est¨¢ Nole donde quer¨ªa, y se acuerda de su familia: ¡°Sin ellos y sin mi equipo, todo esto no hubiera sido posible¡±.
En su box hay un asiento vac¨ªo, el que en principio iba a ocupar su padre Srdjan. Sin embargo, el patriarca, que el d¨ªa previo hab¨ªa sido noticia por haber posado la noche del mi¨¦rcoles con varios seguidores de Vladimir Putin en los exteriores de la central, despu¨¦s de que fueran desalojados por la organizaci¨®n al exhibir s¨ªmbolos prohibidos, se pronuncia a media tarde: ¡°Para no perturbar a mi hijo, ver¨¦ el partido desde casa¡±. La madre del tenista chuequea su tel¨¦fono sin acompa?ante a la derecha y el duelo, 2h 20m, transcurre envuelto por una extra?a p¨¢tina, mitad deporte mitad pol¨ªtica, pendiente todo el mundo de que pueda producirse otra salida de tono en la grada, en la que cuatro morlacos barbudos que beben cerveza reciben una amonestaci¨®n por sus gritos fuera de lugar. Rectifican o a la calle, as¨ª de simple. Reculan los cuatro. Por lo dem¨¢s, ambiente sano.
Abajo, Djokovic pelotea como si quisiera cobrarse varias deudas a la vez. Est¨¢ ah¨ª la cuesti¨®n de fondo del a?o pasado, el muslo da?ado y ahora le duele tambi¨¦n lo del padre, recluido en el hotel mientras ¨¦l empieza como un tiro y va desmigando a Paul, fall¨®n al principio y renacido despu¨¦s. Percute Nole con la derecha y el rev¨¦s, pero hay mucha zozobra en ese subconsciente; tal vez demasiada, aunque quiz¨¢ no tanta para ¨¦l, el mago del irse y volver. Tiene el serbio de vez en cuando esa tendencia a sestear y reaparecer, de entrar y salir de los partidos con una maestr¨ªa al alcance solo de los superdotados. Nadie sube y baja tan bien. Viento en popa, manda por 5-1, pero de repente gripa: 5-2, 5-3, 5-4, 5-5¡ y el aficionado australiano tiene m¨¢s ganas de marcha, as¨ª que arropa a Paul para ver si lo de hoy gana chicha y hay l¨ªo, que es noche de viernes.
¡°Supongo que en este tipo de partidos en particular, en las rondas finales de un Grand Slam, puedes esperar tener algunas crisis; una o dos o tres crisis. Cuantas menos, mejor. Pero las tuve, y estoy muy contento de haberlas superado¡±, afirma en la sala de conferencias; ¡°siento la presi¨®n y el estr¨¦s como cualquier otro jugador, los nervios y las emociones. En estos partidos pasas por diferentes emociones¡±.
#AusOpen semifinals: ????????????????????#AusOpen finals: ??????????
— #AusOpen (@AustralianOpen) January 27, 2023
Will X mark the spot for @DjokerNole on Sunday?@wwos ? @espn ? @eurosport ? @wowowtennis ? #AO2023 pic.twitter.com/lcx6Wnm3dT
El serbio escucha un ¡°?Vamos Rafa!¡± al ir a sacar, luego niega porque otro individuo intercede antes de sacar, las gaviotas no callan desde las alturas y cuando todo se equilibra, se desploma en la silla como si hubiera desfallecido. Paul (25 a?os, 35? en el ranking) carga con todo y exprime sus opciones, firmando un punto soberbio al resistir a un intercambio infernal, m¨¢s de 20 pelotazos a todo trapo. Fabuloso, pero un espejismo. A continuaci¨®n, lo de casi siempre. Djokovic se reengancha, contragolpea y despelleja. Su madre ¨Cdespistada al volver al sitio en una de las pausas, mala elecci¨®n de pasillo¨C se levanta y se desga?ita, mientras su hijo se lleva la mano izquierda al o¨ªdo, retador, ?dec¨ªais algo?, y la grada responde al gesto con un abucheo m¨¢s jocoso que verdaderamente intencional. Melbourne quiere divertirse.
Golpea fuerte el The White Stripes, de Seven Nation Army, y hay palmadas para el primer ministro, Anthony Albanese, que saluda desde primera l¨ªnea ante el reclamo de los presentes, conforme aparece en el pantall¨®n. En ese instante, Djokovic (35 a?os) ya se ha asegurado tambi¨¦n el segundo parcial y sus seguidores, m¨¢s bien t¨ªmidos hasta entonces, empiezan a dejarse ver y le jalean mientras Paul hace lo que puede, que es mucho y en realidad poco. Ara?a un par de juegos en la recta final. Abordar al balc¨¢nico aqu¨ª es algo as¨ª como intentar ir a la Luna en avioneta. Dif¨ªcil, dif¨ªcil. Con el piloto autom¨¢tico, Nole encadena 27 triunfos sucesivos en el Open, sigue sin fallar en unas semifinales (10-0) y cabalga imparable en este 2023, resumido para ¨¦l en 11 partidos y otras tantas victorias. Solo Tsitsipas, 2-10 en contra en los precedentes, puede evitar lo que desde hace unos d¨ªas se sospecha que puede llegar a pasar.
¡°MI PADRE PENS? QUE SE ESTABA HACIENDO LA FOTO CON ALGUIEN DE SERBIA¡±
Ya de madrugada, medio centenar de periodistas aguardaba las respuestas de Djokovic tras el episodio protagonizado por su padre dos días antes, y tanto por una parte como por otra se fue al grano, sin rodeos: ¿Qué piensa de lo sucedido?
“No lo supe [la noticia] hasta anoche. Lamento que la malinterpretación haya llegado hasta un nivel tan alto, y por supuesto, no estoy contento. Mi padre, mi familia y yo hemos sufrido varias guerras durante en los noventa y, como dijo mi padre [que se expresó a media tarde mediante un comunicado], estamos en contra de la guerra. Nunca apoyaremos ninguna violencia ni ninguna guerra porque sabemos lo devastadora que es. Eso es lo primero que quiero decir”, introdujo.
“Lo segundo es que mi padre ha estado yendo después de cada partido para reunirse con mis aficionados en la plaza principal de aquí [Melbourne Park] para agradecerles su apoyo, estar con ellos y hacerse fotos. Cuando se hizo la foto, él estaba de paso, y escuché lo que dijo en el vídeo”, prosiguió; “dijo ‘salud’, pero lamentablemente algunos medios de comunicación lo han interpretado de una manera muy equivocada. Lo siento y espero que la gente entienda que no había absolutamente ninguna intención de apoyar ninguna guerra ni nada por el estilo”.
Nole incidió en que su padre “había muchas un montón de banderas serbias alrededor” y en que Srdjan, su progenitor, “pensó que estaba haciéndose una foto con alguien de Serbia. Y ya está. Siguió adelante”. El tenista finalizó: “por supuesto, no es agradable para mí pasar por esto después de todo con lo que tuve que lidiar el año pasado y este en Australia. No es algo que quiera o necesite. Espero que la gente lo deje estar y podamos centrarnos en el tenis”.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.