A golpes, nadie es m¨¢s fuerte que la campeona Sabalenka
La bielorrusa, imbatida esta temporada, remonta a la kazaja Rybakina (4-6, 6-3 y 6-4) con una ofensiva de 51 tiros ganadores que le conduce hacia su primer grande
A base de pegar y pegar, mazo en mano, Aryna Sabalenka abate a Elena Rybakina (4-6, 6-3 y 6-4, tras 2h 28m) y se abre paso este s¨¢bado hacia su primer grande, ese que tanto ansiaba y que atrapa en Melbourne, donde encuentra premio la m¨¢s fuerte porque esta final iba de eso y a golpes, no hay quien arremeta con m¨¢s violencia que ella, la reina del martillo. Se emociona y llora la campeona, muerde el trofeo y lo eleva hacia el cielo de Melbourne, ya de noche. Lo merece. Pocas jugadoras han demostrado tanto empe?o como ella en los ¨²ltimos a?os y por fin, en este presente dulce que resume de victoria en victoria, pleno en este primer mes del a?o, alcanza un ¨¦xito que subraya el cada vez m¨¢s acentuado devenir de los tiempos: m¨¢s y m¨¢s velocidad.
Su cumbre no hace sino subrayar el v¨¦rtigo y la potencia. Prevalece el brazo y se echan en falta las mu?ecas. No es ninguna virtuosa Sabalenka, pero en este predominante escenario de pegadoras y tenis de un solo sentido tiene muchos n¨²meros para obtener una interesante cosecha. Se le resist¨ªa el bingo en un major, despu¨¦s de alzar 11 trofeos ¨Calgunos de ellos de prestigio, como Madrid, Doha o Wuhan¨C y de haberse consolidado en la zona noble del circuito; desde 2018, su nombre luce entre los 11 mejores pero a la hora de la verdad, presa de su tremenda exigencia y su apetito, terminaba pinchando. Tres veces se qued¨® en las semifinales: en Wimbledon y el US Open hace dos a?os, y otra vez en Nueva York el curso pasado.
Ahora, Melbourne alumbra su primera coronaci¨®n, que la a¨²pa al segundo puesto del ranking ¨Cmuy lejos todav¨ªa de la polaca Iga Swiatek¨C y llega tras una equilibrada guerra de trincheras, refugiada una y otra en la l¨ªnea de fondo. M¨¢s valiente la bielorrusa, m¨¢s especulativa la kazaja. Sabalenka, de 24 a?os, se expresa de principio a fin como la p¨²gil que descerraja golpes contra el saco, mientras que Rybakina, otro tallo ¨C1,84, por el 1,82 de la vencedora¨C, se sostiene con el saque y conf¨ªa en el error de la rival. La segunda (23) es un di¨¦sel silencioso, hielo en fondo y forma, una contraposici¨®n absoluta a la primera, visceral y fogosa. Un libro abierto.
Nada perturba a una, inalterable, mientras que la otra grita, lamenta, r¨ªe, celebra y mantiene un soliloquio permanente. Habla consigo mismo Sabalenka, temiendo que esas tres oportunidades de sellar el pulso le pesen demasiado; una de ellas se esfuma tras otra de esas dobles faltas ¨Ccinco en el primer parcial¨C que la consum¨ªan hasta que decidi¨® contratar en primavera a un ingeniero y modific¨® su biomec¨¢nica. No se autodestruye esta vez. Algo parece haber cambiado. En este 2023, la hoja de servicios se?ala 11 partidos y otros tantos triunfos, solo un set concedido.
Your #AO2023 women¡¯s singles champion, @SabalenkaA ?@wwos ? @espn ? @eurosport ? @wowowtennis ? #AusOpen pic.twitter.com/5ggS5E7JTp
— #AusOpen (@AustralianOpen) January 28, 2023
Pone la r¨²brica en un episodio que es la viva expresi¨®n de estos nuevos tiempos de potencia y m¨¢s potencia, resueltos todos los puntos a ca?onazos o a manotazos. La embestida se refleja en la estad¨ªstica y en alg¨²n servicio que llegar a alcanzar los 195 kil¨®metros por hora, pese a que cueste mover estas bolas; son 51 golpes ganadores, por los 31 de Rybakina, ins¨ªpida en la propuesta la ¨²ltima campeona de Wimbledon.
Hoy d¨ªa, si la cosa va de golpes, no hay tenista m¨¢s poderosa que Sabalenka, que por fin se sale con la suya. Ya tiene su tesoro. Desde que la legendaria Serena Williams ganase su ¨²ltimo grande, Australia 2017, el palmar¨¦s recoge 15 ganadoras diferentes en los majors. Desde que la australiana Ashleigh Barty se retirase, marzo del a?o pasado, gobierna con pu?o de hierro Swiatek. Apareci¨® Rybakina sobre la hierba de Londres y ahora, por derecho propio, la bielorrusa festeja por todo lo alto. En Melbourne, se impone esta vez la ley de la m¨¢s fuerte.
¡°AHORA ME RESPETO M?S A M? MISMA¡±
Con el trofeo posando a su lado en la sala de conferencias, Sabalenka anticipó un triple deseo: “comer pizza, beber champán –mientras daba un segundo trago a la copa– y regresar a Miami, donde vivo ahora”. La bielorrusa es una de las tenistas más risueñas del circuito y abraza la fortuna en Australia después de un camino lleno de curvas.
“Las derrotas me han ayudado a entenderme mejor a mí misma”, expresa. “Cada vez que venían a pedirme un autógrafo, me decía: ‘¿por qué? Soy solo una tenista, no he ganado un Grand Slam ni nada de eso’. Ahora todo ha cambiado y me respeto más a mí misma. He empezado a entender que he llegado hasta aquí porque trabajo duro y soy una buena jugadora”, agrega.
Las cifras finales del torneo refuerzan su condición de bombardera. A lo largo de estas dos semanas ha firmado 247 tiros ganadores –35 por partido, cantidad más que considerable– y después de Rybakina, autora de 54 aces, ha sido la sacadora más incisiva con 46.
“Es el mejor día de mi vida”, precisa. “Y diría que sí, ha sido el mejor partido de mi carrera”, añade la campeona, que prescindió de la ayuda profesional que recibía y que ahora se define como su “mejor psicóloga”.
Triunfadora sin bandera, penalizado su país por la ofensiva sobre Ucrania, no quiso entrar en cuestiones políticas –“todo el mundo sabe que soy bielorrusa, y eso es todo”– y pese a estar a un mundo de Swiatek en el listado, 4.385 puntos entre una y otra, no se conforma: “Todas tenemos las mismas metas, y ganar un Grand Slam no es para mí la última”.
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