La Superliga presenta otra Superliga
A22 Sportsmanagement elabora un dec¨¢logo con el que aspira a sustituir a la Champions con una competici¨®n que englobe a m¨¢s de 60 clubes y con un m¨ªnimo de 14 partidos
A22 Sportsmanagement, empresa impulsora de la Superliga, ha elaborado un dec¨¢logo, que este jueves publica EL PA?S junto a otros diarios europeos, que expone las bases sobre las que trabaja para redefinir su proyecto. La nueva Superliga corrige algunos de los puntos m¨¢s conflictivos de su planteamiento inicial y aboga por una competici¨®n en la que tengan cabida los mejores clubes de las grandes ligas europeas y en la que prime el m¨¦rito deportivo.
A la espera de que en las pr¨®ximas semanas el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) emita la sentencia que dirima si la UEFA y la FIFA incurren en abuso de posici¨®n de dominio como organizadores de las competiciones internacionales, la Superliga sigue trabajando en la creaci¨®n de una competici¨®n ahora ya abierta y sin miembros permanentes.
Real Madrid, Barcelona y Juventus de Tur¨ªn, los tres clubes que siguen activamente al frente del proyecto, han contactado con m¨¢s de 50 equipos europeos y aspirar a crear una gran liga que tenga entre 60 y 80 participantes repartidos en divisiones. Mientras tanto, los otros nueve fundadores (Atl¨¦tico, Manchester City, United, Arsenal, Chelsea, Liverpool, Tottenham, Inter y Milan) que renunciaron p¨²blicamente a continuar con la aventura todav¨ªa no se han desligado del proyecto contractualmente.
La agencia promotora al frente del proyecto por encargo de la European Super League Company (ESL) aspira a crear un nuevo ecosistema en el que sean los propios clubes los que gestionen las competiciones europeas. El movimiento pretende emular al que en su d¨ªa ejecutaron las grandes ligas profesionales para explotar los torneos nacionales al margen de sus respectivas federaciones. En este caso, la principal entidad sacada de la ecuaci¨®n econ¨®mica y de gobernanza ser¨ªa la UEFA, aunque la independencia tambi¨¦n incluir¨ªa a la FIFA.
La Superliga, que garantiza un m¨ªnimo de 14 partidos a sus participantes (ahora mismo solo los finalistas disputan hasta 13 partidos), ambiciona una competici¨®n que sustituya en la pr¨¢ctica a la actual Liga de Campeones. Para ello crear¨ªa una entidad que reemplace como explotadora de los torneos al actual organismo rector del f¨²tbol europeo.
El fondo del cisma que se vislumbra no es nuevo. Desde hace a?os, los clubes vienen reclamando un mayor reparto de los ingresos que generan las competiciones internacionales, adem¨¢s de una mayor participaci¨®n en la toma de decisiones sobre los formatos de las mismas. Antes de que el 19 de abril de 2021 la Superliga rompiera la baraja y anunciara su nacimiento, la mayor¨ªa de los grandes equipos de Europa pretend¨ªan incrementar sus ingresos por participar en las competiciones de la UEFA y un formato m¨¢s atractivo de la Champions. Tambi¨¦n que la UEFA tirara solo de las Eurocopas para el reparto de los beneficios entre las federaciones europeas. El argumentario para que se otorgara v¨ªa libre a sus demandas es el mismo que expone y abandera ahora la Superliga. Los clubes razonaban que estaban obligados a realizar grandes inversiones para mejorar los estadios o componer plantillas competitivas mientras que la UEFA, sin exponerse, era la gran beneficiada de los r¨¦ditos que principalmente genera la Liga de Campeones.
Ante la crisis econ¨®mica que tiene en jaque al f¨²tbol, surge la necesidad, seg¨²n los ide¨®logos del proyecto, de esa autogesti¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica. La Superliga, que vio como su primer proyecto fracasaba por el rechazo popular emanado de las calles de Inglaterra, ha absorbido las reticencias que generan los clubes estado en los aficionados y la condescendencia con la que la UEFA trat¨® al PSG cuando quebr¨® las normas de control econ¨®mico. Tambi¨¦n ha lanzado el guante a clubes hist¨®ricos que se han quedado rezagados en el segundo o el tercer vag¨®n del f¨²tbol europeo por sus penurias econ¨®micas. Campeones de la Copa de Europa o de las extintas Recopa y Copa de la UEFA han sido sondeados y algunos de ellos reclutados para la rupturista causa.
Ante este ¨®rdago, la UEFA ya hab¨ªa reaccionado. Cambi¨® el formato de la Champions a partir de la temporada 2024-2025, en la que se pasar¨¢ de 32 a 36 participantes y de seis a ocho partidos en la primera fase, cuatro en casa y cuatro fuera, contra rivales distintos. Una sociedad compartida al 50% con los clubes ya opera para la explotaci¨®n de las competiciones.
La decisi¨®n del TJUE ser¨¢ decisiva para las aspiraciones de la Superliga. El informe previo del abogado general de la UE, el griego Athanasios Rantos, fue favorable a la UEFA, a la que legitimaba para organizar y autorizar las competiciones europeas. La opini¨®n del magistrado no tiene por qu¨¦ ser igual al fallo que se emitir¨¢ en primavera, pero suele coincidir en un 80% de las ocasiones. Sin el respaldo de la justicia europea, el poder de convencimiento de la Superliga para atraer clubes quedar¨ªa muy mermado.
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