Mondo Duplantis promete, cumple y engancha
El atleta sueco nacido en Estados Unidos, que bati¨® el r¨¦cord del mundo de p¨¦rtiga el fin de semana, domina su especialidad con el apetito voraz de un chiquillo
Mondo Duplantis, atleta sueco, nacido y criado en Estados Unidos, con nombre (Armand) y apellido de origen franc¨¦s, como es corriente en los bayous del delta del Misisip¨ª, bati¨® el fin de semana el r¨¦cord del mundo de salto con p¨¦rtiga, proeza para cualquiera y ¨¦xito para ¨¦l, que no cesa de mejorar una marca que a los dem¨¢s les resulta m¨¢s impensable que inalcanzable.
Duplantis, 23 a?os, salt¨® 6,22 metros en Clermont Ferrand, la ciudad donde reside su maestro, el franc¨¦s Renaud Lavillenie, el hombre que hizo de la p¨¦rtiga una especialidad chic, tanto por su calidad como atleta como por su influencia para generar un clima atractivo y solidario en el gremio de saltadores, atm¨®sfera de familiaridad que agradecen y disfrutan los aficionados.
Aunque la atenci¨®n medi¨¢tica que suscitan los atletas ha descendido notablemente, el r¨¦cord no ha pasado inadvertido. Duplantis no es una estrella del f¨²tbol o la NBA, pero su nombre trasciende los m¨¢rgenes del atletismo. Desde los 15 a?os, su trayectoria ha sido irresistible. Ha ganado Mundiales y Juegos Ol¨ªmpicos, ha batido r¨¦cords en todas las categor¨ªas y, lo mejor de todo, es que varias veces los ha conseguido en las competiciones de m¨¢s prestigio, cuando la presi¨®n aprieta el nudo y desvela el verdadero car¨¢cter de los atletas.
Gran parte de la visibilidad de Duplantis se corresponde con el grado de expectativas que despierta y su eficacia para cumplirlas. Es una cualidad que distingue a las super estrellas de los campeones, incluso de los grandes campeones. La gente, aficionada o no al baloncesto, acud¨ªa a los partidos de Michael Jordan porque cualquier noche pod¨ªa suponer un momento m¨¢gico. Mejor no perd¨¦rselo. Con Messi, o con Michael Phelps en las citas ol¨ªmpicas, ha ocurrido lo mismo. Como ellos, cada vez que Mondo Duplantis entra en la pista, se anticipa algo extraordinario, la posibilidad que s¨®lo ¨¦l ofrece de presenciar algo ¨²nico.
Esta cualidad promisoria est¨¢ al alcance de muy pocos deportistas. No es lo mismo batir r¨¦cords o ganar competiciones de prestigio que capturar la imaginaci¨®n de la audiencia, frontera muy marcada en el atletismo, donde algunos campeones son apreciad¨ªsimos entre los aficionados, pero apenas son conocidos fuera de sus l¨ªmites. A estas alturas de su trayectoria, Mondo Duplantis ha llenado su palmar¨¦s hasta los topes, pero su af¨¢n no decae. Propone la idea de un hombre en plena misi¨®n.
Est¨¢n la fama y el dinero ¡ªpor cada cent¨ªmetro que ara?a al r¨¦cord del mundo, la compensaci¨®n es igual de sustanciosa en dinero como en publicidad y patrocinios¡ª, pero resulta dif¨ªcil explicar a Duplantis ¨²nicamente desde esta perspectiva. Una obsesi¨®n recorre su trayectoria desde ni?o. Hijo de un buen pertiguista estadounidense, sus proezas est¨¢n recogidas desde la m¨¢s tierna infancia. Se adelant¨® a su tiempo en todas las categor¨ªas, con unas marcas impensables. Nada, ni la adolescencia, ni su breve etapa universitaria en la universidad estatal de Luisiana, ni el profesionalismo, le ha detenido.
Tampoco le estraga la considerable distancia que mantiene con sus competidores. Cuando los mejores pertiguistas del mundo afrontan los seis metros como un desaf¨ªo casi infranqueable, Duplantis atraviesa esa frontera como si no existiera. Se mueve 10, 15 o 20 cent¨ªmetros por encima de los dem¨¢s, a?o tras a?o, con un peligro latente de estancamiento competitivo. No se ha producido.
Sin uno de esos f¨ªsicos apabullantes que abundan en el salto con p¨¦rtiga, Duplantis (1,81 metros, 80 kilos) domina su especialidad con el apetito voraz de un chiquillo. Mantiene una energ¨ªa y una ambici¨®n juveniles, el tipo de compromiso que no pasa inadvertido a la gente. Mondo disfruta con la p¨¦rtiga y el p¨²blico disfruta con ¨¦l. Ser¨ªa estupendo que el atletismo aprovechara una relaci¨®n tan beneficiosa.
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