El Fenerbah?e, nuevo cortocircuito para el Barcelona

Euroliga jornada 28

Fenerbahce

81 73

Finalizado

Bar?a

Parece deshojar una margarita el Barcelona cuando juega, ahora s¨ª y ahora no, espect¨¢culo o bochorno, tif¨®n o tiritada, show time o p¨¢jara. Irregular en su baloncesto, el equipo es capaz de lo mejor y de lo peor, una constante en el curso, y as¨ª lo volvi¨® a demostrar en el pabell¨®n del Fenerbah?e. Ocurri¨® que en esta ocasi¨®n volvi¨® a salir cruz -por primera vez en el curso suma tres derrotas seguidas tras las del Casademont Zaragoza y Olympiacos-, que hace que el equipo se enrede para conseguir el factor cancha en las eliminatorias previas a la Final Four en el bolsillo.

Herido en su orgullo, molesto porque el equipo es incapaz de borrar las dudas sobre su baloncesto y capacidad para reclamar un trono europeo que se le resiste desde 2010 -por m¨¢s que desde el ¨¢rea deportiva se rascaran el bolsillo-, el Bar?a comenz¨® el duelo ante el Fenerbah?e como un cicl¨®n, baloncesto de sal¨®n tan el¨¦ctrico como afinado, una partitura con Mirotic y Laprovittola como directores de orquesta. Lo habitual. Lo mismo que sucedi¨®, sin ir m¨¢s lejos, en el pasado duelo ante el Olympiacos. Pero entonces, como tambi¨¦n suele ser frecuente en el conjunto de Saras Jasikevicius, desaprovech¨® la renta holgada de puntos para torcer el brazo y el gesto. Al equipo le falta mordiente, mala baba, autoridad para imponer su ley de pe a pa. En Turqu¨ªa, sin embargo, parec¨ªa renegar de su condici¨®n de blandibl¨². Solo lo parec¨ªa.

Aunque Vesely fall¨® el primer lanzamiento a canasta, quiz¨¢ todav¨ªa abrumado por el homenaje que le hicieron antes del encuentro en la cancha -visti¨® seis temporadas la camiseta del Fenerbah?e y levant¨® la Copa de Europa-, el resto del quinteto inicial entr¨® en combusti¨®n, efervescencia incontenible que el rival no pod¨ªa frenar ni con tiempos muertos. Cuatro de cinco triples, Laprovittola y Mirotic de ca?oneros, adem¨¢s de las penetraciones de Kalinic y Satoransky frente a una defensa de plastilina. Una oda al ataque que descompon¨ªa la idea de los cambios defensivos permanentes de un Fenerbah?e desnortado, que encog¨ªa los hombros tras el primer cuarto (18-30). Todos menos uno, pues Wilbekin apretaba los dientes y los pu?os, reacio a bajar los brazos antes de tiempo. Capataz de los ataques, repartidor de caramelos (sobre todo a un Guduric inspirado a m¨¢s no poder) o francotirador, el base norteamericano erosion¨® poco a poco la confianza azulgrana, record¨¢ndole que lo suyo no son las demostraciones de poder¨ªo. Todo un desastre azulgrana de manos encogidas, mu?ecas arrugadas y p¨¦rdida de facultades ante la f¨ªsica defensa rival. As¨ª que de lo que pudo ser a lo que fue, hubo un mundo. 37-40 al descanso, tres tristes puntos de ventaja tras ir de 17 en el primer cuarto.

¡°Empezamos un nuevo partido¡±, resolvi¨® Jasikevicius tras el entreacto. Y aunque se azuz¨® el Barcelona por la conexi¨®n checa -Satoransky y Vesely-, pronto se desvaneci¨® el arrebato, castigado sobremanera por los colegiados con las personales pero sobre todo por su defensa de mantequilla, de manotazos antes que de cuerpeo, con segundos de m¨¢s para que los contrincantes armaran el brazo. Jauja para Calathes y Hayes-Davids, los denostados por Jasikevicius en el pasado mercado veraniego, que paladeaban su venganza. Y aunque Vesely segu¨ªa en sus trece de no caer contra sus excompa?eros, fue Mirotic, qui¨¦n si no, el que volvi¨® a pedir la bola y el protagonismo, la responsabilidad del tiro. Pero ni con esas. Por dentro y por fuera, con Motley y Booker en la pintura y con Wilbekin desde el per¨ªmetro, el Fenerbah?e firm¨® la puntilla y el triunfo ante un Barcelona que solo carbur¨® en el primer cuarto y que volvi¨® a aclarar que sufre de una grave despersonalizaci¨®n ante rivales de alta enjundia, tambi¨¦n que le falta alma cuando el partido se enroca.

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