Carlos Alcaraz, y luego los dem¨¢s

Medio en broma, medio en serio, Stefanos Tsitsipas demanda: ¡°Ey, rel¨¢jate, rel¨¢jate hermano¡­ compartir es vivir. Enhorabuena una vez m¨¢s; van muchas ya¡­¡±. El griego, quinto mejor tenista del mundo, pide piedad a Carlos Alcaraz, que sonr¨ªe felizmente despu¨¦s de haber conquistado otra vez el God¨® (6-3 y 6-4, en una hora y 18 minutos) y el noveno trofeo de su carrera, el tercero este a?o y el sexto sobre tierra batida. Va cogiendo el chico, 19 a?itos, m¨¢s desparpajo en el discurso. Buena falta le va a hacer. No deja de recoger premios y la victoria se ha convertido en casi una constante. ¡°He sido yo mismo. Ten¨ªa que disfrutar y he jugado fluido, relajado; ten¨ªa que hacerlo y creo que lo he conseguido con creces¡±, expresa el campe¨®n ante la grada de Pedralbes, a la que hace un a?o se meti¨® en el bolsillo y que vuelve a aclamarlo.

Hoy por hoy, el circuito masculino se sintetiza en dos claros bloques: Alcaraz y despu¨¦s, a remolque y haciendo la goma, todos los dem¨¢s. Tiene el chico algo de Merckx, de ese tipo de deportistas a los que todo les parece poco y que no se conforman con nada. Ni las migas, quiere dejar. El joven prodigio sigue marcando el paso de este curso e imponiendo su tenis de rompe y rasga, tan creativo como incisivo, y a esa imaginaci¨®n tan seductora va a?adi¨¦ndole poso y sobre todo una correcta lectura de las situaciones. En el episodio definitivo del torneo entendi¨® que con su ritmo intermedio de bola le bastaba para resolver, de modo que puso el autom¨¢tico, activ¨® la velocidad de crucero y poco a poco fue desarmando al griego, al que de paso cosi¨® a dejadas, cada cual m¨¢s precisa y m¨¢s certera; nueve de ellas le concedieron el punto.

Tiene infinidad de recursos Alcaraz y los emplea de forma instintiva, pero en paralelo va interiorizando el oficio y aprendiendo a descifrar qu¨¦ debe proponer en cada momento, qu¨¦ le exige cada situaci¨®n. A lo largo de la semana despleg¨® el cat¨¢logo completo y a los brillos tradicionales les a?adi¨® ese intangible tan determinante del que adolece la gran mayor¨ªa de los integrantes de la ¨²ltima generaci¨®n. Luci¨® b¨ªceps en el estreno ante Borges, pero luego supo arremangarse ante el p¨¦treo Bautista, casi siempre un hueso, y recurrir de nuevo al pico y pala para rendir a Davidovich; no le dio opci¨®n alguna al veterano Evans y como r¨²brica ofreci¨® una demostraci¨®n de facultades, dejando otra vez claro que en estos momentos no hay jugador que le haga sombra.

Es ¨¦l, el ¨²ltimo can¨ªbal, y a continuaci¨®n el resto del pelot¨®n. Lo demuestra el juego, pero tambi¨¦n el trazado completado hasta este punto en el que comienzan a asomar las rampas de la primavera. Hasta hoy, el n¨²mero dos del mundo resume su productividad en tres trofeos ¡ªun 250, un 500 y un Masters 1000¡ª, en 23 triunfos y solo dos derrotas en los cinco torneos que ha disputado. Tan solo Cameron Norrie, que aprovech¨® un percance f¨ªsico en la final de R¨ªo de Janeiro, y Jannik Sinner en las semifinales de Miami han conseguido superarle. El resto de la hoja de servicios se traduce en un paseo militar en toda regla que escapa a n¨²meros o porcentajes, porque prevalece la sensaci¨®n de que ahora mismo, tanto desde el punto de visto f¨ªsico como del t¨¦cnico o el emocional, Alcaraz se ha desatado y est¨¢ varios cuerpos por delante.

Por un nuevo orden

Sin Rafael Nadal sobre el tapete, intentando restablecerse de la lesi¨®n sufrida en el psoas en enero, y con Novak Djokovic pendiente de que su dolencia en el codo derecho no vaya a m¨¢s, ¨¦l sigue ganando terreno y copando los titulares. Dice Alcaraz tener verdaderas ganas de medirse con el serbio, que a principios de a?o elev¨® su 22? grande en Melbourne, como si tuviera la necesidad de reafirmar el ¨®rdago, de no dejar lugar a la duda de que este curso va a por todas y de que tras la estruendosa explosi¨®n de 2022 quiere imponer definitivamente un nuevo orden. Queda por ver qu¨¦ puede ocurrir cuando los dos gigantes vuelvan al tablero. De momento, ¨¦l dicta sobre la arcilla y se eleva de cara a la cita venidera de Madrid, con una secuencia de 15 triunfos sucesivos en territorio espa?ol y tras firmar una semana impecable.

Redonde¨® este domingo frente a Tsitsipas, un quiero y no puedo cada vez que ambos miden sus fuerzas: cuatro cruces, cuatro derrotas. Todas ellas dolorosas. En su d¨ªa, el ateniense amenaz¨® con dinamitar la tiran¨ªa de la ¨²ltima ¨¦poca, pero su proyecci¨®n ha ido qued¨¢ndose en fuegos artificiales, con todav¨ªa un generoso margen de tiempo para responder a las expectativas que suscit¨® cuando fue capaz de rendir a Nadal, Federer y Djokovic reci¨¦n alcanzada la veintena. Espl¨¦ndido jugador, hoy transmite sensaci¨®n de fatiga y cierto decaimiento an¨ªmico por haber chocado contra los colosos y por haberse topado ahora con la extraordinaria efervescencia de Alcaraz. El murciano no es de amagos; el murciano directamente golpea.

Aunque cedi¨® el servicio temprano, supo enmendarse y tomar el tim¨®n del partido hasta el final. Sell¨® con autoridad la primera manga y por la misma v¨ªa la segunda, mientras Tsitsipas iba d¨¢ndole vueltas al coco y descomprimi¨¦ndose. Combativo y a la vez resignado, no desisti¨® el griego, que no es poco, pero no pudo resistir a los acelerones de Alcaraz ni a su tremenda determinaci¨®n. 26 ganadores, solo 7 errores; as¨ª se defiende un t¨ªtulo. Donde otros sufren, ¨¦l disfruta. Lo dice su preparador, Juan Carlos Ferrero. ¡°Ha nacido para jugar este tipo de partidos. Se ha desenvuelto superbi¨¦n, muy ordenado t¨¢cticamente. Es un tibur¨®n competitivo y con ¨¦l siempre pensamos a lo grande¡±, valoraba al cierre del torneo el t¨¦cnico, mientras su disc¨ªpulo va agrand¨¢ndose y sigue emitiendo un mensaje di¨¢fano: all¨¢ que va, Roland Garros.

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