Dani Carvajal: ¡°Nos han sometido¡±

Cuando, despu¨¦s de una hora de tortura, retir¨® del campo a Luka Modric, Carlo Ancelotti se fue a recibirlo en la salida. Le ech¨® un brazo por encima del hombro y le revolvi¨® el pelo. Cari?o y respeto para un s¨ªmbolo. Tambi¨¦n quiz¨¢ un peque?o gesto para compartir la desesperaci¨®n de una noche en la que la maquinaria no hab¨ªa fluido. Dani Carvajal esboz¨® poco despu¨¦s un resumen bastante preciso de lo que hab¨ªa sucedido en el campo: ¡°El rival ha sido mejor de principio a fin. Nos han sometido. Nos ha faltado un poco de valent¨ªa. Hemos estado demasiado metidos atr¨¢s¡±.

Unos minutos despu¨¦s del croata dej¨® el campo Toni Kroos, tantas noches el socio con el que gobern¨® partidos y espant¨® miedos pisando con calma centros del campo atestados de trampas. Tambi¨¦n hab¨ªa dejado poco. Tambi¨¦n se march¨® a sentarse cabizbajo. La pelota hab¨ªa sido del Manchester City. El partido hab¨ªa sido del City, que frustr¨® al Real Madrid, como explic¨® Ancelotti: ¡°No pod¨ªamos salir y tomaron ventaja¡±, dijo.

El t¨¦cnico italiano trat¨® enseguida de centrar el an¨¢lisis de la temporada en la dura derrota contra Guardiola. Y eso pese a que las particularidades del encuentro se prestaban a establecer balances. Se trataba del encuentro en el que Ancelotti se convert¨ªa en el entrenador que m¨¢s veces hab¨ªa dirigido en la Copa de Europa, con 191. Tambi¨¦n pas¨® a ser su derrota m¨¢s amplia, junto con el 4-0 que encaj¨® dirigiendo al Milan contra el D¨¦por en Riazor en 2004.

Para el club tambi¨¦n supuso una marca en la historia. Antes de este 4-0, el Madrid solamente contaba con cuatro derrotas por cuatro o m¨¢s goles en la Copa de Europa, seg¨²n el recuento de Alexis Mart¨ªn-Tamayo: un 5-1 contra el Benfica en 1965, un 5-1 ante el Hamburgo en 1980, un 5-0 contra el Milan en el que el propio Ancelotti abri¨® el marcador en 1989 y un 4-0 contra el Liverpool en 2009.

Los primeros mensajes del club tambi¨¦n apuntaron a tratar de que la debacle no funcionara como una marca determinante. El director de relaciones institucionales del club, Emilio Butrague?o, asegur¨® que no se trataba de un punto de giro: ¡°Estos jugadores nos han dado mucho y merecen todo el respeto. En el grupo hay gente veterana y joven, no tiene por qu¨¦ ser un final de ciclo¡±.

Ancelotti tampoco cree que la dura derrota apunte necesidades nuevas en el grupo de futbolistas a su disposici¨®n: ¡°Claro que con esta plantilla se puede pelear, como el a?o pasado¡±. Quiso mirar enseguida hacia delante: ¡°Estamos ya focalizados en la pr¨®xima Champions League, donde vamos a pelear para ser protagonistas como el a?o pasado¡±. Todav¨ªa sobre los rescoldos de la hoguera en la que hab¨ªan ardido en M¨¢nchester, el italiano dibuj¨® un futuro en el que se ve¨ªa sentado en el banquillo: ¡°Nadie duda, porque el presidente ha sido bastante claro hace 15 d¨ªas. Entonces, nadie duda¡±, dijo en referencia a las declaraciones de Florentino P¨¦rez en el estadio de La Cartuja despu¨¦s de que el equipo ganara la Copa.

Pese a que todas las miradas se dirig¨ªan hacia el futuro, el desempe?o del equipo result¨® preocupante. Las ¨²nicas se?ales de vida que dej¨® el Madrid en muchos tramos del encuentro fueron fugaces raptos de supervivencia al l¨ªmite, apenas el ¡°coraje¡± que hab¨ªa invocado el d¨ªa antes Ancelotti. Bajo el vendaval, parec¨ªan sostenerse a¨²n en pie Alaba y Courtois. Y ni con esas. El belga le hizo cinco paradas a Haaland en esta eliminatoria, m¨¢s que ning¨²n otro portero en esta Champions, seg¨²n Opta. Contra ning¨²n otro equipo intent¨® tantos remates el noruego sin marcar: siete, cinco de ellos a puerta.

Pero la desconexi¨®n del Madrid fue muy notable: solo en el primer tiempo, permiti¨® 13 remates, m¨¢s que nunca en un partido de Champions al menos desde la temporada 2003/04. Courtois vio el derrumbe desde primera l¨ªnea: ¡°Ellos empezaron con mucha presi¨®n, nos metieron en el ¨¢rea, pero el problema era que no hicimos nuestro juego y no les hicimos da?o. Nos cost¨® mucho¡±, dijo el que tal vez fue el ¨²nico futbolista que rindi¨® a su nivel en M¨¢nchester. Poco m¨¢s que salvar de un hundimiento de ¨¦poca ante Guardiola.

Cuando todo termin¨®, Kroos regres¨® a la hierba, cruz¨® el campo hasta la esquina de la hinchada blanca y volvi¨® el ¨²ltimo a la bocana del t¨²nel, donde le esperaba el resto. Solo entonces se fueron juntos.

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