Koepka vuelve a ser grande

Hubo un tiempo en el que nadie le tos¨ªa, en el que siempre que hab¨ªa un major sal¨ªa como favorito. Se lo hab¨ªa ganado a pulso, ganador de cuatro -dos US Open (2017 y 2018) y dos PGA (2018 y 2019)-, y top-5 en otros nueve. Brooks Koepka, de 33 a?os, era el se?or de los grandes, la bestia que cuando tocaba competir lo hac¨ªa mejor que nadie. ¡°Entre el 17 y el 19 fui el mejor del mundo. Pero llegaron las lesiones -las dos rodillas y la cadera- y no sab¨ªa si volver¨ªa a jugar¡±, explicaba el norteamericano, que se perdi¨® entre quir¨®fanos y gimnasios. Su hambre y su tes¨®n, sin embargo, no hab¨ªan menguado. Pero no fue hasta el pasado Masters cuando dijo aqu¨ª estoy, competidor con Rahm hasta el final. Ahora, sin embargo, ya puede decir que ha vuelto, vencedor de su tercer PGA y cinco majors, registro que le sit¨²a entre los 15 mejores de la historia empatado con John Henry Taylor, James Braid, Byron Nelson, Peter Thomson y Severiano Ballesteros.

¡°?Demos la bienvenida al doble campe¨®n del PGA!¡±, grit¨® el speaker del tee del 1 para presentar a Koepka, al tiempo que se descorch¨® una ovaci¨®n bien calurosa, como si ya se hubieran olvidado las rencillas del aficionado por su fuga al LIV. ?l respondi¨® con un ligero movimiento de mano, concentrado en todo lo que estaba por llegar. Y eso era mucho. Porque as¨ª lo quiso su n¨¦mesis en la jornada de ayer, el noruego Viktor Hovland, que pele¨® con todo y m¨¢s. Pero no le alcanz¨®. Resulta que Koepka, competidor de gazuza infinita, car¨¢cter ganador por definici¨®n, hab¨ªa tomado nota de lo que le ocurri¨® con Rahm en el Masters, pues, como un mantra, explic¨® que su fallo, por eso de salir l¨ªder, hab¨ªa sido jugar a no perder, alej¨¢ndose de su mentalidad agresiva, de su golf natural. Y eso, de nuevo al frente de la tabla en el d¨ªa definitivo del PGA Championship, no pas¨® en Oak Hill, donde en la ¨²ltima vuelta hizo cuatro bogeys y siete birdies.

De buenas a primeras, firm¨® tres birdies en los cuatro primeros hoyos, hierros c¨®smicos y tres golpes de ventaja. Le parec¨ªa poco porque en el hoyo seis decidi¨® salir con el driver cuando el campo no le ped¨ªa m¨¢s que una madera, pegador como es. Pero para Koepka todo es rojo o negro, s¨ª o no, sin grises ni matices. La bola se fue al agua. Un bogey. No lo lament¨®. Y eso que Hovland, que no estaba para gaitas, exquisito con el juego de hierros, golpes en la pepa que le daban opciones de birdies o al menos de par, y si no mu?ecas de oro cuando se enredaba en el rough que bordeaba el green y absorb¨ªa la bola. El chico de oro -fue n¨²mero uno en el ranking mundial amateur, campe¨®n del US Amateur, trofeo Ben Hogan al mejor universitario¡­- se ped¨ªa hacerse mayor. M¨¢s a¨²n porque ya ha ganado tres torneos en la PGA y dos en el European Tour. En el ecuador del recorrido un golpe de ventaja y el mano a mano, a esas alturas, ya estaba servido, por m¨¢s que Scheffler no se rindiera y encontrara el camino, ese que le mostraba Will Smith a Matt Damon en La Leyenda de Bagger Vance. Acab¨® con -7 y en segunda posici¨®n empatado con Hovland, lo suficiente para recuperar el liderato en el ranking mundial, para arrebat¨¢rselo a Rahm, castigado durante la semana por el putt y por un driver que no le ha respondido como habit¨²a, por lo que acab¨® con un +7 y en el puesto 50 empatado. Pablo Larraz¨¢bal, por su parte, sereno y competitivo como siempre se hab¨ªa exigido, se las apa?¨® para volver a firmar una vuelta m¨¢s que digna (+4) y finaliz¨® con +12 en el puesto 65 empatado.

Pero lo bueno estaba por llegar porque en el 13 Hovland se marcaba un birdie, a un golpe del l¨ªder con cinco hoyos por jugar. Y repet¨ªa en el siguiente agujero como tambi¨¦n Koepka, que aguantaba las embestidas. La resoluci¨®n, sin embargo, lleg¨® antes de tiempo porque en el hoyo 16 el noruego cay¨® en un b¨²nker desde la salida. La continuaci¨®n fue su drama, bola que no coge altura y que se incrusta de nuevo en el b¨²nker con opci¨®n de droparse sin penalidad, pero en una situaci¨®n de lo m¨¢s inc¨®moda y con la bola en el lecho del frondoso c¨¦sped bermuda. Acab¨® con un doble bogey y Koepka replic¨® con un birdie, cuatro golpes de ventaja a falta de dos hoyos y sanseacab¨® la historia, ¨¦l con -9 final. Aunque hubo otra historia en el torneo, el sue?o americano protagonizado por Michael Block, jugador profesional de club y profesor de golf, que no solo acab¨® el torneo con +1, sino que en el 15 hizo un hoyo en uno sensacional, bola directa al agujero sin bote alguno. ¡°No puede ser, no puede ser¡±, se repet¨ªa¡­ Su torneo bien vale un aplauso y el salvoconducto para el pr¨®ximo PGA porque qued¨® el 15 emparado -as¨ª lo especificaba el reglamento-, excelente marca, la tercera mejor en la historia de un jugador profesional de club, solo por detr¨¢s de Tommy Aycock en el US Senior Open en 1974 y Lonnie Nielsen en 1986 en el Dick¡¯s Sporting Goods Open, ambos decimoprimeros empatados. Gloria para Block y victoria y copa Wanamaker para Koepka, que cerr¨® el pu?o y los dientes antes de abrazarse de forma sentida con su caddie, de emocionarse visiblemente porque lo sufrido le hab¨ªa valido la pena. ¡°Esto es incre¨ªble. Miro d¨®nde estaba hace dos a?os -en referencia a su estado f¨ªsico por las lesiones- y esto es realmente especial. Estoy muy feliz, no tengo palabras. ?Os quiero a todos!¡±. Koepka, ¨²nico con Tiger y Nicklaus en ganar tres PGA Championship, vuelve a ser grande, muy grande.

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