La infinita Croacia y Modric bailan en los Pa¨ªses Bajos
Los croatas se meten en la final de la Liga de Naciones tras imponerse a la selecci¨®n local con un espl¨¦ndido partido que ya mereci¨® ganar antes de ir a la pr¨®rroga
Si a la escuela holandesa siempre le quedar¨¢n los extremos como se?a de identidad, a Croacia siempre le quedar¨¢n el empeine exterior de Luka Modric y el callo competitivo que la han llevado a firmar en el ¨²ltimo lustro algunos de los episodios m¨¢s ¨¦picos del f¨²tbol internacional. En la noche de este mi¨¦rcoles, con el estadio del Feyenoord te?ido de naranja fluorescente, no fue menos. Las pr¨®rrogas son cosa de Croacia. Gan¨¢ndolas lleg¨® hasta la final del Mundial 2018, a las semifinales del de Qatar y anoche a la de la Liga de Naciones (2-4). A Espa?a o a Italia les aguarda un combatiente indesmayable que a¨²na la t¨¦cnica de sus mejores futbolistas con un fervor nacionalista que le agiganta. Croacia juega para Croacia.
Hab¨ªa marcado Pa¨ªses Bajos pasada la primera media hora en una combinaci¨®n que pareci¨® reflejar el impasible paso del tiempo para los croatas. La pelota circul¨® limpia del flanco izquierdo, por donde pululaba el centelleante Xavi Simons, hasta el costado derecho del ¨¢rea, bajo la mirada y estatismo de los croatas. All¨ª se present¨® Malen para descerrajar un tiro cruzado. Fue el momento en el que Croacia sacara a relucir su condici¨®n de buena encajadora. Se elev¨® Modric, primer creyente de que un mero gol en contra no conjuga con la derrota. Alrededor del madridista empezaron a carburar Kovacic, Brozovic, Kramaric, Pasalic e Ivanusek. La crecida de Croacia tuvo su recompensa cuando Modric sufri¨® un inocente agarr¨®n de Gakpo que no perdon¨® Kramaric al poco de iniciarse el segundo acto.
El tanto erigi¨® a¨²n m¨¢s a Modric como due?o del partido. Selectivo en sus apariciones, un pase curvado con el exterior, unas descarga al primer toque o un taconazo le confirmaban como el indiscutible cacique del juego. Pasalic engatill¨® con el interior un centro suave desde la izquierda que silenci¨® a la ruidosa hinchada local. El jolgorio se traslad¨® al fondo que ocupaban los aficionados croatas. La afrenta de Dalic y sus futbolistas era hist¨®rica. Las estad¨ªsticas reflejaban que Modric y compa?¨ªa le ganaban la posesi¨®n a la selecci¨®n Oranje en su casa y la oblig¨® a un f¨²tbol primario. Koeman meti¨® al gigant¨®n Wieghorst y reforz¨® el ataque por las alas con Lang y Bergwijn para iniciar un bombardeo de centros al ¨¢rea. El granel de balones colgados tuvo su fruto en el ¨²ltimo suspiro del tiempo a?adido cuando Lang emboc¨® un rechace.
La pr¨®rroga fue croata de principio a fin por arrojo, entra?as y f¨²tbol. Petkovic marc¨® con un disparo lejano y Modric sentenci¨® de penalti. Reemplazado en los ¨²ltimos minutos de la pr¨®rroga, a la afici¨®n neerlandesa le brot¨® su paladar fino. Cuando el madridista caminaba por el lateral del campo camino de los vestuarios, contempl¨® como era ovacionado en pie por los seguidores locales. El ¨¦xtasis fue cuando pas¨® por delante del fondo en el que se api?aban las rojiblancas ajedrezadas camisetas de sus compatriotas. Tron¨® agudo el tributo al infinito capit¨¢n. ¡°Luka, Luka¡±, se escuch¨®, mientras ¨¦l regalaba una sonrisa tras su ¨²ltima clase de f¨²tbol.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.