Medio Rahm y mucho Fowler y Schauffele en el US Open
El espa?ol cierra la primera vuelta con -1, lejos de los dos l¨ªderes, con -8 y r¨¦cord de golpes en un grande
Se proclamaba a los cuatro vientos que el campo de Los ?ngeles Country Club era magn¨¦tico, desconocido para la mayor¨ªa y sobre todo exclusivo, ensamblado en Beverly Hills y con unas preciosas vistas a la ciudad californiana. ¡°Guardo grandes recuerdos de aqu¨ª, es un gran campo¡±, resolv¨ªa Jon Rahm, cerca de la mansi¨®n PlayBoy -colindante al recorrido porque dice la leyenda que a Hugh Hefner no le dejaron hacerse socio-, pues hace una d¨¦cada jug¨® un torneo universitario. Se dec¨ªa, tambi¨¦n y con raz¨®n, que se hab¨ªa cuidado hasta el m¨ªnimo detalle y, de paso, salpicado cada hoyo con dificultades. Ninguna como el rough, briznas selv¨¢ticas de bermuda que no escond¨ªan sino que engull¨ªan cada bola que aterrizaba en sus faldas; y como los greens, que eran aut¨¦nticas pistas de patinaje sobre hielo. Pero el campo era corto y ya desde la primera jornada los m¨¢s rom¨¢nticos lamentaban que no ser¨ªa un US Open como la tradici¨®n exige, pues la historia dice que en este torneo se ganan con muy pocas bajo par. Rickie Fowler y Xander Schauffele, l¨ªderes al acabar con -8, firmaron el r¨¦cord en la historia de los majors con 62 golpes ¡ªigualado con Brendan Grace (British 2017)¡ª, aunque con un poco de trampa porque el par del campo es 70 cuando suele ser 72. Lejos de Rahm (-1) y su golf de contrastes., incluso de un fenomenal ?lex del Rey (-2) en su estreno en la competici¨®n, tambi¨¦n de David Puig (-1).
A lo Michael Jackson, vestido por completo de negro y con los aderezos de blanco (gorra, guante y zapatos), Rahm se llev¨® una t¨ªmida ovaci¨®n al pisar el tee del 10 -empez¨® por la segunda vuelta-, pues a¨²n era pronto para los poco madrugadores. Pero empez¨® la jornada torcida, un aperitivo de lo que le suceder¨ªa¡ ¡°?Bola!¡±, grit¨® al tiempo que levantaba el brazo izquierdo para advertir a los espectadores de que pod¨ªan llevarse un buen chich¨®n. No sucedi¨® pero s¨ª descubri¨® la bermuda, pues antes de golpear ni se le ve¨ªan los pies, envueltos de verde. Si bien en esa ocasi¨®n no le incomod¨® demasiado, pues se sac¨® de la chistera un golpazo que le valdr¨ªa para firmar el birdie, la magia no podr¨ªa repetirse por definici¨®n. Sus salidas eran un tormento, de madera o driver, siempre un pelo desviado sin poder encontrar la calle -tard¨® siete hoyos en lograrlo-, golpes de penalidad o al menos impactos que no le val¨ªan opciones de birdie. As¨ª, castigado desde el tee, salidas que le complicaban en exceso la vida, arreglaba los apuros con el putt. Pero cuando se corrigi¨® el swing, ya golpes largos rectos como una vela y hierros afilados, le fall¨® el putt, aunque no tanto porque cerr¨® el d¨ªa con un -1, todav¨ªa vivo para lo que queda de torneo. Pero parece complicado asaltar el grande como hiciera en el US Open de 2021 o el pasado Masters.
Mucho mejor le iba a su compa?ero de partida Xander Schauffele, que descorch¨® esa versi¨®n tan incisiva y de jugador con colmillo, fiable y recto en los golpes largos, exquisito en los cortos y monumental con el putt, un m¨¢ster de golf que reclam¨® su trono porque ya ha hecho cinco top-5 en los grandes, segundo en el PGA Championship de 2018 y el Masters de 2019. Un -8 para la historia como tambi¨¦n lo fue el de Rickie Fowler, uno de los jugadores m¨¢s queridos en el circuito por su carisma y educaci¨®n, tambi¨¦n competitividad. Pas¨®, sin embargo, serios problemas con su golf durante un par de a?os, tanto que superar el corte se le hac¨ªa monta?a. En este curso, sin embargo, est¨¢ recuperando su juego como demostr¨® en California. Es el Fowler de anta?o, el que en 2014 termin¨® entre los cinco primeros en los cuatro majors, primer jugador en conseguirlo tras Tiger Woods, nueve a?os antes. Ha trabajado el putt y sobre todo su mayor tara, que era poner la bola en green desde el rough. En Los ?ngeles se vio que al fin se ha salido del molde y aspira a ganar un grande por primera vez. Su ¨²ltima conquista fue en Phoenix Open en 2019. Y todos los ganadores de ese torneo desde 2015 (Koepka, Simpson y Woodland) han vencido el US Open.
Pablo Larraz¨¢bal sigue jugando a un alto nivel, ya sereno, ya maduro, ya disfrutando del deporte. Lo hizo en el PGA Championship y tambi¨¦n en Los ?ngeles, una vuelta de +1 -cerr¨® con dos bogeys en los tres ¨²ltimos hoyos- que explica que tiene mucho golf. Y Sergio Garc¨ªa, solido pero con apuros con los greens, acab¨® al par. Todos ellos lejos de los dos l¨ªderes y del elenco de perseguidores: Wyndham Clark (-6), Dustin Johnson, Brian Harman y el esperado Rory McIlroy (-5).
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