Pau Gasol, un viaje inolvidable
El p¨ªvot nos llev¨® a descubrir terrenos y situaciones que ni hab¨ªamos so?ado, se encargaba de demostrarnos que todav¨ªa quedaban lugares no pisados que visitar
?ltima parada, Springfield. Con su entrada en el Sal¨®n de la Fama norteamericano, Pau Gasol alcanza el final de trayecto de su lustrosa carrera, pues ya no queda galard¨®n individual o colectivo que no haya recibido, reconocimiento que no haya merecido, alabanza incluso extrema que haya podido sonar excesiva. Medallas a cascoporro, doblete de anillos, estad¨ªsticas marcianas, partidos inolvidables en los momentos m¨¢s cr¨ªticos, camiseta retirada en un equipo m¨ªtico (los Lakers), salones de la fama abiertos¡ todo esto hemos vivido y disfrutado durante m¨¢s de dos d¨¦cadas. Solo falt¨® el oro ol¨ªmpico con Espa?a, que se escap¨® dos veces de entre las manos, pero que tambi¨¦n tiene una lectura positiva, pues oblig¨® a EE UU a mandar lo mejor de su inagotable ajuar. Es m¨¢s, la segunda final, la de Londres 2012, termin¨® con una pl¨¦yade de megaestrellas de la NBA haciendo cola para mostrar sus respetos a un jugador y un equipo que les hab¨ªan llevado al l¨ªmite. Una derrota convertida en otro triunfo may¨²sculo.
Subidos a su talento y ambici¨®n, el viaje ha sido incre¨ªble pues nos llev¨® a descubrir terrenos y situaciones que ni hab¨ªamos so?ado antes de su aparici¨®n. A cada escal¨®n ascendido, a cada sue?o realizado, pens¨¢bamos que ya era suficiente, que ya estaba bien, incluso que tanto disfrute no pod¨ªa ser bueno, pero Pau se encargaba de demostrarnos que todav¨ªa quedaban lugares no pisados que visitar y que el final siempre estaba lejos. Desde aquel d¨ªa con 12 a?itos que vio en los Juegos de Barcelona al Dream Team y marc¨® como objetivo principal de su carrera el jugar con los mejores, para Pau no existi¨® meta inalcanzable ni puerta imposible de derribar.
Siendo formidable lo logrado, su tot¨¦mica figura se sustenta sobre algo que va m¨¢s all¨¢ de la relaci¨®n de metas alcanzadas. El legado de Pau excede a los terrenos que solo tienen que ver con la consecuci¨®n de objetivos para adentrarse en el modo y manera que los persigui¨®. La grandeza trae consigo una gran responsabilidad, dijo el d¨ªa de su retirada en Barcelona. Y esa responsabilidad le empuj¨® hacia la ejemplaridad en su comportamiento tanto dentro como fuera de la pista. Ferozmente competitivo sin tener que ser despiadado, luci¨® como estrella sin tener que opacar al resto de sus compa?eros. Ejemplar tanto en la victoria como en la derrota, no vio nunca enemigos pero s¨ª rivales, lider¨® sin necesidad de humillar y ense?¨® sin tenerse que subirse a un p¨²lpito. No hubo nunca derrota de antemano, sino peleada hasta el final. Tampoco excusa exculpatoria posterior.
Todo ello conform¨® un estilo ejemplar de ser, estar y competir del que comulgaban sus compa?eros de generaci¨®n y que ha impregnado a la actual selecci¨®n de baloncesto, capaz, como vimos el a?o pasado, de ganar un Europeo contra pron¨®stico una vez que la mayor¨ªa de referentes dieron por concluida su carrera. Se fueron los maestros encabezados por Pau, pero las ense?anzas que dejaron son oro puro.
Esta madrugada, Gasol entrar¨¢ con todos los honores en el sal¨®n de la fama estadounidense, pocos meses despu¨¦s de que su camiseta de los Lakers fuese colgada en lo m¨¢s alto del pabell¨®n. Dos ¨²ltimos actos por los que mostrar felicidad pero que tambi¨¦n tienen su punto de tristeza pues nos indican que el maravilloso viaje ha terminado. Al menos con Pau al mando de las operaciones. Eso s¨ª, su herencia es tan rica y profunda que si bien es dif¨ªcil que haya otro, s¨ª le podremos reconocer en alg¨²n detalle, comportamiento o declaraci¨®n en la que veamos con satisfacci¨®n que su esp¨ªritu permanece vigente.
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