Ganar el Dakar, (ojal¨¢) visitar La Moncloa
Nadie se salva de una conversaci¨®n privada donde suelen decirse burradas notablemente m¨¢s graves que llamar ¡°asshole¡± a un se?or que por otra parte se sabe uno de los seres humanos m¨¢s odiados
Carlos Sainz llam¨® gilipollas a Pedro S¨¢nchez hace d¨ªas en una charleta con se?ores del motor en la que se intercalan otros dos t¨¦rminos: ¡°cojones¡± y ¡°catalan situation¡±. Es una l¨¢stima que esa conversaci¨®n no haya sido grabada al menos un par de minutos m¨¢s porque de esos barros vienen otros lodos deliciosos, y podr¨ªa apostarme con ustedes una ca?a y un pincho de tortilla a que se mencionan otras cosas, como alguna se?ora de buen ver, alg¨²n chiste de homosexuales y enanos y as¨ª hasta que Alfonso Guerra consiga el nirvana que merece.
El caso es que el piloto ha ganado su cuarto Dakar a los 61 a?os y una imaginaba que Pedro S¨¢nchez se vengar¨ªa recibi¨¦ndolo en Moncloa con el chambergo de Davos y el coche aquel con el que resucit¨® de entre los muertos de la pol¨ªtica para pedirle una vueltecita por los jardines de palacio.
Pero no. Solo ha puesto un mensaje en X en el que lo felicita y de paso comparte el aplauso con Lucas Cruz y Cristina Guti¨¦rrez, ganadores tambi¨¦n de esta carrera que se celebra en Arabia Saud¨ª, donde abrir¨¢ su academia de tenis Rafael Nadal. Todo son alegr¨ªas para los pr¨®ceres espa?oles. Felicidades.
La victoria de Sainz ¡ªque se present¨® en la candidatura de Juan Manuel Villar Mir para presidir el Real Madrid en otro de esos momentos maravillosos de la historia de nuestro pa¨ªs¡ª no puede verse empa?ada por este v¨ªdeo sin importancia, y constata uno de los errores cr¨®nicos de este pa¨ªs, el de dar importancia a las opiniones pol¨ªticas de gente que se dedica a otra cosa, siendo, como es este caso, buen¨ªsimo en lo suyo. ?Alguien le ha preguntado alguna vez a S¨¢nchez por la direcci¨®n de fotograf¨ªa de una pel¨ªcula o si considera que los deportes de motor son un poco meh porque dependen excesivamente de la calidad de la m¨¢quina en cuesti¨®n y no tanto de quien la conduce?
Nadie se salva de una conversaci¨®n privada donde suelen decirse burradas notablemente m¨¢s graves que llamar ¡°asshole¡± a un se?or que, por otra parte, se sabe uno de los seres humanos m¨¢s odiados y parece importarle m¨¢s bien poco. Y porque, ya que estamos, es muy probable que no quede un se?or de derechas que no haya llamado gilipollas a S¨¢nchez, como no queda izquierdista vivo que no haya dicho algo similar de Isabel Natividad D¨ªaz-Ayuso.
A m¨ª todo esto me da much¨ªsima vidilla porque aparte de alegrarme el triunfo de Sainz me ha permitido recordar aquella vez en la que nuestro ganador del Dakar dijo que Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida da la talla, cosa que no puede decir de otros, o alg¨²n que otro art¨ªculo en el que se ensalza al ¡°Matador¡± ¡ªfantas¨ªa de apodo, por otra parte¡ª y a toda su familia en su conjunto, en la que por supuesto todas las mujeres son ca?onas e ideales y ¡°de fuerte car¨¢cter¡±. Y otro en el que se afea que Perro haya tardado tanto en ladrar en X mientras Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha estado rapid¨ªsimo en su mensaje: ¡°Experiencia y motivaci¨®n son grandes garant¨ªas de triunfo y t¨² te muestras, a?o tras a?o, inagotable en ambas¡±.
Se me ha ocurrido alg¨²n chistecillo al respecto del agotamiento vital del l¨ªder de la oposici¨®n, pero mejor me callo. Total, en este pa¨ªs ya no se puede decir nada. Que se lo digan a Guerra.
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