Esperanzadora fluidez en la selecci¨®n espa?ola
Hacia el Rubic¨®n que separa el ¨¦xito del fracaso se encamina el equipo de Scariolo con tranquilidad, sin estridencias, llamando lo justo la atenci¨®n, concentrada en lo suyo, sabedora de que va a necesitar una marcha m¨¢s
Fluye adecuadamente Espa?a en este Mundial, confirmando la senda apuntada en los partidos de preparaci¨®n y corroborada por la placidez de su paso por la primera fase. A la espera de Letonia y sobre todo Canad¨¢, varas de medir m¨¢s exigentes, crece la sensaci¨®n de que Scariolo ha vuelto a conformar un grupo s¨®lido y solvente, ambicioso y confiado en sus posibilidades.
Fluye su rotaci¨®n, entendible y coherente con las caracter¨ªsticas de los jugadores y las demandas del partido. En el baloncesto moderno la dureza f¨ªsica obliga a manejar muchos jugadores. Es la prueba del algod¨®n de un entrenador. En este apartado, como en otros, Scariolo es todo un maestro, pues con sus correctas decisiones suele alcanzar un doble objetivo. El primero, sumar esfuerzos y aciertos al lograr una buena aportaci¨®n de casi todos los jugadores. El segundo, conseguir en diferentes momentos del partido positivas asociaciones entre jugadores complementarios para que puedan lucir lo mejor de su repertorio.
Fluye y hace fluir Juan N¨²?ez, el chico de moda de la selecci¨®n. No es para menos, pues aun a sabiendas de su enorme talento, su rendimiento est¨¢ superando expectativas. Ninguna situaci¨®n parece lo suficientemente complicada como para verle superado, lo que le emparenta con otros bases hist¨®ricos de extrema precocidad como Corbal¨¢n o Rubio. Para entender que estamos ante un jugador muy especial basta observar su calmado e inalterable lenguaje no verbal. Su relajada forma de subir la pelota botando o conduciendo un contraataque, la cabeza siempre erguida buscando al compa?ero mejor situado, la mente clara para decidir entre dar una asistencia o tirar un triple. Todo lo que hace transmite seguridad y control emocional. Lo que es la vida. Hace pocas semanas iba a ver el Mundial por la tele. Hoy es una referencia fundamental en el juego de la selecci¨®n.
Fluye el decisivo armaz¨®n defensivo, sobre todo cuando el toque de corneta lo protagonizan dos jugadores singulares como son Alberto D¨ªaz y Usman Garuba. Cada vez que Scariolo les pone en la pista dan todo un curso de intensidad, piernas y disposici¨®n para romperse el espinazo en la lucha por una pelota sin due?o o plantarse delante de un tren de mercanc¨ªas a toda velocidad para robar una falta de ataque. Este esp¨ªritu inquebrantable resulta contagioso por lo que el efecto sobre el ¨¢nimo del equipo es impagable.
Fluye el relevo generacional, pausado y sin estridencias. Los j¨®venes van tomando protagonismo de una forma muy natural sin que para ellos los m¨¢s curtidos tengan que perder peso en el entramado colectivo. Diferentes edades y momentos vitales con un libreto com¨²n que permite que se superpongan de una forma generosa y altruista. Resultado, todos contentos y a favor de la obra.
Fluye tambi¨¦n el sentimiento grupal que alcanza incluso a los que por diversas circunstancias no pueden estar en el aqu¨ª y ahora. El detalle de la camiseta de Ricky Rubio explica una atenci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de lo profesional y que ahonda en ese mantra de #LaFamilia, toda una se?a de identidad colectiva.
Fluye, en definitiva, un equipo que conoce perfectamente los tiempos de este tipo de torneos. Librados sin sobresaltos los primeros compromisos, la carretera se empina en la b¨²squeda de la mejor posici¨®n para los cuartos, Rubic¨®n que separa el ¨¦xito del fracaso. Hacia este nuevo escenario se encamina Espa?a con tranquilidad, sin estridencias, llamando lo justo la atenci¨®n, concentrada en lo suyo, sabedora de que va a necesitar una marcha m¨¢s. La que le puede dar una mayor incidencia en el juego del anterior MVP, Willy Hernang¨®mez.
Es tiempo para el ajuste fino. Eso s¨ª, siempre fluyendo.
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