La complicada traves¨ªa de Jonas Vingegaard hacia el Tour de Francia
A 80 d¨ªas del comienzo de la ¡®grande boucle¡¯, el dan¨¦s sigue ingresado en un hospital de Vitoria, donde ya le han reparado la clav¨ªcula rota
A Jonas Vingegaard, ingresado desde el jueves pasado en el hospital de Txagorritxu, en Vitoria, le operaron el lunes, una placa, unos tornillos, de la clav¨ªcula que se fractur¨® en la gran ca¨ªda de la Itzulia en la curva de Olaeta, y los que entienden del asunto dicen, qu¨¦ buena noticia. Si le han operado ya, a los cinco d¨ªas de la ca¨ªda, significa, explican, que la lesi¨®n en un pulm¨®n ¡ªcontusi¨®n y neumot¨®rax provocado por varias costillas rotas¡ª est¨¢ perfectamente controlada en la UCI, donde vigilan que el tubo que le insertaron por un costado del t¨®rax hasta el par¨¦nquima (el tejido pulmonar) procure la presi¨®n negativa exacta para liberar al pulm¨®n del aire que le colapsa sin romper el tejido.
Vingegaard podr¨¢ comenzar a hacer rodillo en cuanto reciba el alta. Ser¨¢ el comienzo de una gran traves¨ªa de 80 d¨ªas hacia el Tour de Francia, cambio de planes, recuperaci¨®n, dolor, concentraciones, y quiz¨¢s la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦ hacia el 29 de junio en Florencia, una meta a¨²n brumosa.
Solucionados los problemas pulmonares y recuperada la clav¨ªcula, un tercer elemento retrasar¨¢ en cierta manera la preparaci¨®n del dan¨¦s, de 27 a?os: las costillas rotas. El dolor. Solo los analg¨¦sicos lo calman y aunque Vingegaard se acostumbre a entrenar con molestias llegar¨¢ un momento de sesiones exigentes en el que le ser¨¢ imposible cumplir con lo exigido.
¡°?Se va a recuperar a tiempo para el Tour? S¨ª, sin duda. ?Va a estar en condiciones de disputar una tercera victoria consecutiva? Una inc¨®gnita¡±, se?ala, ciertamente esc¨¦ptico, Pedro Celaya, preparador y m¨¦dico en el Discovery, Astana y RadioShack de Armstrong, Contador y Haimar Zubeldia. ¡°Cada deportista es un mundo¡±.
Es el factor gen¨¦tico. El gen de la entrenabilidad que permit¨ªa a algunos campeones, como ?scar Freire, ponerse en plena forma con pocas sesiones de entrenamiento, o la memoria de las c¨¦lulas, que saben cu¨¢ndo se tienen que estar bien y acortan los plazos de recuperaci¨®n de los mejores, que tambi¨¦n se distinguen por eso. Y Vingegaard es uno de ellos.
Armstrong era un universo en s¨ª mismo. Se cay¨® unos d¨ªas antes del Tour de 2003 y se dio un buen golpe en la rodilla. Lleg¨® cojo al Tour y para que Jan Ullrich, su rival, no se enterase y se lanzara a atacarle enseguida, su pareja entonces, la cantante Sheryl Crow, le maquill¨® la rodilla para que no se notara. Ullrich no le pudo atacar entre otras cosas porque el alem¨¢n se cay¨® antes de la contrarreloj inicial y ya comenz¨® detr¨¢s de Armstrong. Una m¨¢s: ¡°El 23 de marzo de 2009¡å, recuerda Celaya, Armstrong se rompi¨® la clav¨ªcula en la Vuelta a Castilla y Le¨®n. Mes y medio despu¨¦s ya disput¨® el Giro, termin¨® 10?, sin m¨¢s objetivo que el de preparar el Tour, y el 4 de julio lleg¨® a M¨®naco m¨¢s que convencido de que pod¨ªa ganarlo, tan en forma se encontraba. Contador, sin embargo, ten¨ªa otras ideas¡±.
Habla Celaya de otros tiempos, muy diferentes a los actuales, en los que los favoritos del Tour ya comienzan atacando el primer d¨ªa. Un Tour sin tregua que, adem¨¢s, en la edici¨®n que llega ya tendr¨¢ alta monta?a, el Galibier nada menos, en su cuarta etapa, el martes 2 de julio. No puede creerse que en la cabeza de Tadej Pogacar, tan agresivo corriendo como es, pueda caber la idea de dejarle tiempo a Vingegaard para recuperarse retrasando las hostilidades hasta la segunda o tercera semana. Y como Pogacar, derrotado en los dos ¨²ltimos Tours, el debutante Remco Evenepoel, que llegar¨¢ tambi¨¦n con una clav¨ªcula atornillada, o el excompa?ero, ahora rival, Primoz Roglic, tambi¨¦n ca¨ªdo, pero ileso, en la Itzulia, quien hasta ahora parec¨ªa ser due?o del monopolio de la mala suerte en el Tour de Francia.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.