Aymar Navarro, del show del esqu¨ª extremo a las monta?as m¨¢s salvajes
El esquiador espa?ol dejar¨¢ en breve el mundial de freeride para combinar el alpinismo con su pasi¨®n por los descensos
El pasado domingo, 17.000 personas visitaron la estaci¨®n de Baqueira Beret, y 5.000 de ellas presenciaron, en un ambiente de enorme fiesta, el espect¨¢culo de los corredores. Asist¨ªan a la apertura del Freeride World Tour (FWT) en la estaci¨®n del Valle de Ar¨¢n; es decir un circuito que se celebra en cinco escenarios repartidos por medio planeta y donde se citan solo los mejores esquiadores y snowboarders, mujeres y hombres. Es el mundial del freeride y ser¨¢ la despedida de Aymar, quien a¨²n joven y en plena forma a sus 33 a?os, competitivo, ha encontrado una nueva manera de expresarse sobre unas tablas. Ha descubierto que el alpinismo puede llevarle a dibujar descensos en las monta?as m¨¢s elevadas y salvajes del planeta, en el Himalaya, por ejemplo. Tanto como esquiar, Aymar ha aprendido a so?ar con monta?as pero sus anhelos circulan a la inversa de la de los alpinistas: estos ¨²ltimos imaginan l¨ªneas de ascenso cada vez m¨¢s severas, mientras el esquiador sue?a de arriba hacia abajo dibujando a su vez en su cabeza l¨ªneas que tengan la continuidad suficiente para ser esquiadas. Aunque sea a saltos.
Y Aymar habla de su nueva etapa con la ilusi¨®n de los principiantes mientras explica, como si se tratase de un luto, su desapego por la competici¨®n: ¡°por un lado, se me hace raro competir con chavales de 20 a?os cuya aproximaci¨®n a los descensos apenas tiene nada que ver con lo que a mi me enganch¨® en su d¨ªa. Los esquiadores de ahora buscan el espect¨¢culo del freeride trasladado a las monta?as, es decir, saltos, piruetas y ejercicios cada vez m¨¢s complejos. A m¨ª me gusta esquiar una l¨ªnea vertical a gran velocidad, habiendo escogido antes su trazado de forma minuciosa. Digamos que soy m¨¢s cl¨¢sico. Adem¨¢s, necesitaba un cambio. Hay que ser realista: pas¨® la etapa del esqu¨ª alpino y ahora ha pasado la del freeride de competici¨®n. He estado en tres finales del World Tour y creo que he cumplido todas las metas que me propuse al empezar. No he querido adaptarme a los tiempos que corren, aunque entiendo y respeto que la evoluci¨®n de nuestro deporte es hacia el show, hacia el freestyle, pero creo que se ha dejado un poco en la cuneta a la gente del freeride de toda la vida. No es mi manera de ver la monta?a: a m¨ª me gusta leer la monta?a, imaginar l¨ªneas y descenderlas, saltando alguna roca grande¡±, explica.
La diferencia principal entre los reci¨¦n llegados y los que toman la salida es su relaci¨®n con la monta?a. Dicen que uno ama lo que ve a diario, y Aymar naci¨® rodeado de monta?as. Como buen aran¨¦s, defiende su tierra: ¡°La gente joven tiene muy poca cultura de monta?a, vienen de la estaci¨®n. Ni siquiera quieren caminar para acceder al inicio de los descensos. Piden que les lleve un helic¨®ptero¡±, se lamenta. En cambio, todo es nuevo para ¨¦l en su nuevo reto: ahora debo aprender a escalar monta?as complejas, t¨¦cnicas, salvajes como requisito indispensable para atarse las fijaciones e iniciar el reto del descenso. ¡°He recuperado la motivaci¨®n absoluta, me entreno escalando en roca y en hielo, salgo con la bicicleta, hago largas salidas de monta?a¡ Quiero grabar una historia completa, no solo una bajada, sino todo el proceso que requiere escalar una gran monta?a y esquiarla. Pero me da miedo la respuesta de mi organismo ante la altitud extrema y quiero cuidar al m¨¢ximo la aclimataci¨®n as¨ª que voy a empezar dos meses antes de partir con c¨¢mara hipob¨¢rica¡±, explica antes de aclarar que su compa?ero de viaje ser¨¢ el himalayista italiano Simone Moro.
Ambos comparten patrocinador, The North Face, y Moro es el capit¨¢n del equipo europeo, as¨ª como la recientemente fallecida Hilaree Nelson era la capitana estadounidense. La firma de equipaci¨®n de monta?a cree firmemente en la figura del mentor y anima a sus atletas veteranos a tutelar las actividades de los m¨¢s j¨®venes. ¡°Simone es muy purista y no le hace gracia que use la c¨¢mara hipob¨¢rica para aclimatarme en casa, le parede dopaje, pero no quiero dejar nada al azar, llegar y no hacer nada porque no me aclimato. Otra cosa ser¨ªa que me subiesen en helic¨®ptero, eso ni hablar¡¡±, aclara. Aymar y Simone planean escalar en estilo alpino una monta?a en la frontera entre Tibet y Nepal que a¨²n no han revelado, si bien no ser¨¢ un ochomil: ¡°Voy cargado de dudas¡ la nieve all¨ª es hielo m¨¢s bien, pero soy realista, no me considero alpinista, eso que quede claro¡±, advierte.
A finales de marzo del pasado a?o, en la ¨²ltima prueba del FWT en Verbier, Aymar sufri¨® un aparatoso accidente. No se lo esperaba, y qued¨® tan descolocado que decidi¨® posponer un a?o su despedida: ¡°Me parec¨ªa feo, ego¨ªsta con la familia del freeride dejarlo as¨ª¡¡±. Igual que en el mundial cada bajada se filma y emite de forma ¨ªntegra, Aymar desea hacer lo propio con sus ascensiones futuras: ¡°hay que ser honesto a la hora de narrar lo que hago en la monta?a porque no quiero que se malinterprete nada, de ah¨ª que quiera grabarlo todo. Prefiero contar lo de la c¨¢mara hipob¨¢rica aunque se me critique. Hay muchas cosas que le ¨¦lite no cuenta, pero yo quiero ser transparente. Ya estoy con miedo de lo que van a decir de m¨ª¡ pero s¨¦ defender porqu¨¦ lo hago as¨ª¡±, r¨ªe.
Hace unos d¨ªas, en Baqueira, los ni?os a pie de pista enloquec¨ªan cada vez que reconoc¨ªan al ¨ªdolo local, uno que no sabe decir que no y se para y saluda a todos los que le piden una foto, un aut¨®grafo. El alpinismo aut¨¦ntico se practica sin p¨²blico, en cambio. ¡°Me siento m¨¢s orgulloso de que los ni?os y j¨®venes sigan a los riders, que de hacer un buen puesto. Los clubes est¨¢n creando secciones de freeride, cosa que nosotros no tuvimos¡±. Ese ser¨¢ su mejor legado. De hecho, deja al tambi¨¦n aran¨¦s Abel Moga, 22 a?os, instalado en el circuito como digno heredero.
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