La Espa?a quebrada
Los dos empates, el baj¨®n de juego contra Polonia, la pol¨¦mica por el c¨¦sped de La Cartuja y el descontento de la hinchada simbolizan el p¨¦simo arranque de la selecci¨®n de Luis Enrique
Dos partidos, dos empates, un gol a favor y otro en contra tienen a la Espa?a de Luis Enrique al borde del abismo. Solo la victoria ante Eslovaquia garantiza el pase a octavos de la Eurocopa sin tener que mirar de reojo el Suecia-Polonia. El tenso escenario en el que deben manejarse el t¨¦cnico y sus internacionales antes de la trascendental cita del mi¨¦rcoles era impensable cuando arranc¨® el torneo. ¡°Esperaba tener seis puntos ahora mismo y cero goles recibidos, pero la realidad es la que es¡±, admiti¨® el preparador asturiano tras el segundo empate consecutivo. Este segundo traspi¨¦, ante la selecci¨®n polaca, ha hecho saltar todas las costuras de la Roja, del c¨¦sped a la grada, pasando por el seleccionador y sus futbolistas.
El estado de la hierba ha se?alado a La Cartuja como la peor de las 11 sedes de la Eurocopa. Tras el empate contra Polonia, Luis Enrique y los jugadores volvieron a cargar contra el c¨¦sped, cuyas mejoras fueron perecederas con el paso de los minutos. La federaci¨®n y la Junta de Andaluc¨ªa, que pretende sacar del barbecho un coliseo infrautilizado durante a?os, andan a la gresca mientras cada vez les es m¨¢s complicado explicar por qu¨¦ no se eligi¨® el S¨¢nchez Pizju¨¢n o el Benito Villamar¨ªn. El montacargas por el que acceden la prensa nacional e internacional a las tribunas y la alternativa al rudimentario elevador, una escalera de tubo mecano encajada entre andamios, disparan los chascarrillos en cada subida o bajada. La imagen ofrecida retrotrae a la Espa?a improvisada y gris de otros tiempos.
Los pitos que arreciaron contra el t¨¦cnico y los jugadores al t¨¦rmino del encuentro del s¨¢bado tienen a gran parte de la hinchada a punto de proclamar el divorcio y el desenganche amenaza con producirse si contra Eslovaquia el triunfo no es solvente en el marcador y en el juego. Si contra Suecia falt¨® principalmente gol, contra la selecci¨®n dirigida por el portugu¨¦s Paulo Sousa tambi¨¦n se ausent¨® el buen f¨²tbol. Luis Enrique lo admite sin ambages: ¡°Lo que hay que hacer es jugar mejor, marcar y ganar¡±.
El seleccionador explic¨® el empate ante Polonia transmitiendo desconcierto porque esta vez el rival no se limitara simplemente a defender en su campo como hizo Suecia. ¡°Nos han cerrado muchas de las opciones, nos han presionado y nos han hecho transiciones¡±, analiz¨® delatando cierta sorpresa por el planteamiento que vertebr¨® Paulo Sousa. Una carrera de Lewandowski (32 a?os), de ¨¢rea a ¨¢rea sin que nadie le saliera al cruce hasta que Jordi Alba pudo desbaratarla a pocos metros de Unai Sim¨®n, volvi¨® a retratar los riesgos del libreto de Luis Enrique ante los contragolpes del contrario. Retirar a Morata y Gerard Moreno tambi¨¦n ha puesto en solfa los cambios que realiz¨® el seleccionador para tratar de romper el empate que estableci¨® Lewandowski. ¡°Me hubiera gustado que los cambios hubieran aportado m¨¢s, pero ellos son los primeros interesados en hacerlo bien¡±, disculp¨® el t¨¦cnico.
Si algo transmit¨ªa esta selecci¨®n era el br¨ªo de su juventud para presionar al rival en campo contrario hasta asfixiarle. Contra Polonia, esa se?a de identidad se fue diluyendo con el paso de los minutos hasta caer en el desorden que propiciaba la sensaci¨®n de que la derrota tambi¨¦n pod¨ªa asomar en cualquier contragolpe.
Toque intrascendente
L¨ªnea por l¨ªnea, tambi¨¦n saltaron todas las costuras que cuestionan la lista elaborada por Luis Enrique y sus alineaciones. La facilidad con la que Lewandowski le gan¨® el espacio para rematar a Laporte resucit¨® la a?oranza de Ramos para un lance de ese tipo o el oficio relegado al banquillo de Azpilicueta. Las consecuencias de alinear a Marcos Llorente de lateral reavivaron que se pierde el peso de su presencia y de sus goles en el juego ofensivo del Atl¨¦tico y de paso revivieron los lamentos por la lesi¨®n de Carvajal y el descarte de Jes¨²s Navas.
En el medio y en los ¨²ltimos 30 metros, a Espa?a no le corre la pelota y el estado de la hierba no es el ¨²nico culpable. De nuevo, la abundancia de pases f¨¢ciles y al pie convirtieron a Espa?a en el rey de la posesi¨®n intrascendente del torneo. La comparativa del ritmo de pelota que impone Alemania siendo tan dominadora del bal¨®n como la selecci¨®n de Luis Enrique explica d¨®nde se ha estancado el f¨²tbol espa?ol desde que inici¨® su decadencia en el Mundial de Brasil de 2014. Si en el medio, Rodri, Koke y Pedri fueron los ap¨®stoles del juego horizontal, en los ¨²ltimos 30 metros volvi¨® a aflorar el baj¨®n de calidad experimentado tras la jubilaci¨®n de los Iniesta, Xavi, Cesc, Cazorla, Silva y compa?¨ªa. No hay combinaciones en las inmediaciones del ¨¢rea para recordar en los dos partidos disputados hasta el momento. Y Morata y Gerard Moreno, penalti y rechace incluido a puerta vac¨ªa, no concretaron las pocas ocasiones claras que les fabricaron.
Con este panorama, en la concentraci¨®n de Espa?a se agarran a la l¨®gica de las estad¨ªsticas. Argumentan el convencimiento en la victoria ante Eslovaquia asegurando que en tres partidos es imposible que no se concreten el dominio y las ocasiones de gol generados ante suecos y polacos. Pero como dice Luis Enrique, ¡°esto es f¨²tbol¡±, y a su Espa?a no le sobran ni juego ni gol.
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